Imagen de archivo de dos «ninots» que representan a Pedro Sánchez y al prófugo Carles Puidemont
El independentismo declara el 24 de junio 'diada nacional de los países catalanes' y se apropia de las Hogueras de Alicante
Cada 24 de junio, coincidiendo con las celebraciones de San Juan y las Hogueras de Alicante, el independentismo catalán lanza una campaña coordinada para apropiarse de una de las fiestas más emblemáticas de la Comunidad Valenciana. Bajo el pretexto de una inexistente 'diada nacional de los países catalanes', partidos y entidades secesionistas, entre las que se encuentran formaciones como las de Carles Puigdemont o ERC, que sustentan en plena crisis por los escándalos de corrupción al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentan estas celebraciones como parte de una supuesta nación común, pese a la falta total de reconocimiento legal o arraigo social en tierras valencianas.
Lo que para los alicantinos es una fiesta propia -la más importante del año en la capital- se ha convertido para los nacionalistas catalanes en un símbolo artificial con el que intentar agrupar bajo una misma bandera a Cataluña, Baleares y la Comunidad Valenciana. Desde hace años, esta apropiación se repite con puntualidad anual, sin disimulo.
La llama de la manipulación
La operación simbólica comenzó hace más de una década, cuando Òmnium Cultural difundió por primera vez un manifiesto presentando el 24 de junio como 'la diada de los países catalanes', gracias a la «Flama del Canigó», una fiesta de fuego que recorrió pueblos desde el Pirineo hasta Valencia y Baleares con un objetivo claro: construir una identidad común, supuestamente compartida, entre territorios distintos.
En 2019, esta misma entidad volvió a insistir en el uso político de las fiestas de San Juan, proclamando que «la llama representa la renovación de una tradición popular mediterránea y europea (...) finalmente laica i catalanizada». Y remataba: «Viva la Llama del Canigó. Viva la lengua y la cultura catalanas. Vivan los países catalanes».
Imagen de un cartel de las juventudes de ERC publicitando el 'Dia de los países catalanes'
En 2022, el líder de ERC, Oriol Junqueras, elevó la tensión al asegurar que Alicante era «la cuarta capital de los países catalanes» en una visita a la provincia. Ese mismo año, las juventudes de su partido publicaban un manifiesto afirmando que la noche de San Juan era una fiesta ancestral compartida por «la nostra nació», en la que se incluían las Fallas, los Foguerons de Mallorca y, sin pudor, las Hogueras de Alicante.
Ya en 2023, Carles Puigdemont escribió: «Feliz día de los Países Catalanes. Que la llama siga encendida en todos los rincones del país», reforzando la narrativa simbólica de anexión cultural. Ese mismo 24 de junio, la Asamblea Nacional Catalana afirmaba que la Diada era «un símbolo de resistencia».
El brazo valenciano del catalanismo
Mientras tanto, asociaciones como Acció Cultural del País Valencià (ACPV) siguen actuando como correa de transmisión del nacionalismo catalán en territorio valenciano. En los últimos años, esta entidad ha mantenido reuniones con la cúpula de Junts para «reforzar puentes» con el partido de Puigdemont. No en vano, durante los gobiernos del PSOE y Compromís se llegaron a repartir hasta 1,8 millones de euros en subvenciones a colectivos que promueven los ficticios 'países catalanes'.
Ante estos hechos, tal y como informó El Debate, el actual Gobierno valenciano se prepara para responder con una herramienta legal contundente. El Ejecutivo presidido por Carlos Mazón tiene previsto aprobar en el segundo tramo de la legislatura una Ley de Señas de Identidad Valenciana, cuyo principal objetivo será frenar las injerencias nacionalistas y proteger los símbolos, tradiciones y denominaciones propias de la Comunidad.
La norma -acordada entre el PP y Vox- prohibirá explícitamente la concesión de subvenciones públicas a cualquier entidad que promueva la idea de los 'países catalanes', no respete la denominación oficial de «Comunidad Valenciana» o utilice símbolos y términos no reconocidos por el Estatuto de Autonomía. El proyecto, que ya ha retomado impulso tras los Presupuestos y la reconstrucción tras la dana de octubre, busca blindar el patrimonio cultural valenciano de futuras apropiaciones ideológicas.
Lo que está en juego no es una simple disputa cultural, sino la defensa de una tradición que forma parte del patrimonio identitario de la Comunidad Valenciana frente a una ofensiva política por puros intereses ideológicos. Las Hogueras de Alicante no son patrimonio compartido ni símbolo nacional de ningún proyecto supravalenciano, como pretende el independentismo catalán. Son una celebración propia, reconocida y defendida por quienes las han vivido generación tras generación.
Que partidos como Junts y ERC -socios clave del Gobierno de Pedro Sánchez- sigan alimentando esa apropiación con apoyo institucional y respaldo económico es una muestra más del precio que el presidente está dispuesto a pagar, con el dinero de los españoles, para mantenerse en el poder.