Carlos Mazón y Emiliano García-Page conversan durante el desfile del 12 de octubre de 2023, en Madrid

Carlos Mazón y Emiliano García-Page conversan durante el desfile del 12 de octubre de 2023, en MadridEuropa Press / Alberto Ortega

La corrupción fulmina el plan de Sánchez para contentar a Puigdemont y Page que deja sin agua ni financiación a la Comunidad Valenciana

Las concesiones del presidente del Gobierno con el cupo catalán y la mutilación del trasvase Tajo-Segura para mantenerse en el poder dañan los intereses de la región y no han servido para aplacar las críticas del manchego y las exigencias del independentista

El escritor y poeta francés Jean de La Fontaine dejó escrito en su día que «cualquier poder, si no se basa en la unión, es débil». Si no desde hace tiempo, de unos días a esta parte algo de ello debería de saber (reconocerlo y actuar ya es harina de otro costal) el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Si las imputaciones de su hermano, su mujer y el fiscal general del Estado no son platos de buen gusto, el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre José Luis Ábalos, Koldo García y Santos Cerdán ha convertido el clima en irrespirable y la situación en insoportable.

El socialista se comprometió durante su último debate de investidura, allá por 2023, a levantar «un muro de democracia, convivencia y tolerancia» frente a la derecha del que, una vez construido, «no se dará ni un paso atrás» porque, en su opinión, España «peligra de la mano del PP y Vox». Más allá de la política que está llevando a término a nivel nacional a la hora de gobernar para los que considera los suyos, esa anómala circunstancia se da con especial relevancia en la Comunidad Valenciana.

El origen de ello no es la dana. Ni mucho menos. Lo ha agravado, pero viene de lejos. Se arrastra, incluso, desde antes de llegar Carlos Mazón a la Generalitat. El muro en la región lo ha alzado a costa de varios aspectos, entre los que destacan dos que resultan esenciales: agua y una financiación justa para poder mantener y ofrecer los servicios esenciales.

La cuenca del Segura, al 31 %

Con tal de mantenerse en el poder y dada la endiablada aritmética parlamentaria fruto de las elecciones veraniegas que decidió anticipar para estupor nacional, el jefe del Ejecutivo sabía que tenía que controlar la sede de Ferraz hacia dentro y también conocía la enorme ristra de concesiones a independentistas y nacionalistas de todo pelaje, convertidos todos ellos en aliados indispensables. En cuanto a lo primero, le urgía calmar las aguas con su principal detractor, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Sus desavenencias son del todo conocidas, pero había un punto clave en el que podía contentarle. Se trata del trasvase Tajo-Segura.

Infraestructura trasvase Tajo-Segura

Imagen de archivo de un tramo del trasvase Tajo-SeguraASAJA Alicante

Con la Comunidad Valenciana, la Región de Murcia y Andalucía en un frente común para que no se recortase la infraestructura, que es vital para la economía, el empleo y el medioambiente de la zona, el presidente del Gobierno se plegó ante su compañero de filas y materializó la fulminación del trasvase, obviando la voz de miles de agricultores que la definían y definen como «sectaria» e «ideológica».

Los datos de agua embalsada en la cuenca del Segura son más que evidentes. Según la última actualización del pasado lunes, se encuentra al 31,32 % de su capacidad, con tan solo 357 hectómetros cúbicos, muy por debajo de los 446 y el 39,18 % que viene registrando de media en los últimos diez años. Por el contrario, la cuenca del Tajo, cuenta con 9.302 hectómetros cúbicos o, lo que es lo mismo, el 84,14 % de lo que puede contener. Frente al descenso medio de la última década en la del Segura, la del Tajo ha aumentado en más de veinte puntos porcentuales en el mismo periodo de tiempo (62,12 % y 6.867 hectómetros cúbicos de media).

Sin embargo, el resultado con Page fue efímero. La amnistía, el cupo catalán y la corrupción rebosante en el PSOE han hecho que esa estrategia de pasarle la mano por la espalda a Page para calmarle a costa de los intereses de los alicantinos saltara por los aires. El resultado bien puede parecerse al dicho de 'un pan como unas tortas': Sánchez, en su peor momento; el manchego, aún más díscolo; y los regantes de la 'huerta de Europa', sin agua.

Imagen de archivo de Ruth Merino y María Jesús Montero, en la sede del Ministerio

Imagen de archivo de Ruth Merino y María Jesús Montero, en la sede del MinisterioGVA

El balance no es mejor en lo relativo a la hoja de ruta que el socialista se marcó para su relación con el expresidente catalán y prófugo de la justicia española, Carles Puigdemont. Los actores son prácticamente los mismos que en el punto anterior. Así, vuelve a entrar en escena Sánchez como el gran muñidor, seguir en el Palacio de La Moncloa como fin y no como medio, y la Comunidad Valenciana como la gran perjudicada. Solo hay un cambio de cromos. Sale Page y entra Puigdemont.

Además de la amnistía, a la que días atrás la Comisión Europea puso un sinfín de reproches, el hecho de poner sobre la mesa y, para colmo, naturalizar y defender a capa y espada una financiación singular para Cataluña y otros beneficios fiscales son unos de los episodios más dolorosos para las perspectivas económicas y financieras de la región. Mientras la conexión Madrid-Barcelona para proponer y aplicar cesiones funciona mejor que el Puente Aéreo, el muro de Sánchez «asfixia», en palabras de Mazón, a la Comunidad Valenciana.

Sirva como ejemplo que la reforma del modelo de reparto de fondos entre los diferentes territorios de España sigue en el limbo y en ningún momento de los más de siete años de Sánchez en el Gobierno ha sido un asunto primordial ni siquiera secundario ni para él ni para su número dos y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Mismo panorama con el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) extraordinario, que sigue sin aplicarse después de estar activado los últimos doce años. O con las entregas a cuenta a las regiones, que la Generalitat recuerda que «no son un regalo».

En este sentido, el escrito de la UCO que se conoció la semana pasada ha provocado que el líder socialista haya improvisado una ronda de contactos con sus socios en el Congreso de los Diputados de cara a explorar cómo queda la legislatura...o cuánto puede quedarle. Este hecho previsiblemente se traducirá en que Puigdemont subirá el precio de su apoyo en la Cámara Baja. Por tanto, que la Comunidad pueda tener en el corto plazo los recursos que su cantidad de población habitual más la que recibe a lo largo de un año es una quimera total. El muro no tiene grietas. Mismo desenlace que con el Tajo-Segura.

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