Imagen de la presidenta de la Diputación de Castellón, Marta Barrachina, junto a Alberto Núñez Feijóo

Imagen de la presidenta de la Diputación de Castellón, Marta Barrachina, junto a Alberto Núñez FeijóoPartido Popular

La 'Ayuso' de Castellón: cuando la mayoría absoluta del Partido Popular en la Comunidad Valenciana es posible

La Diputación de Castellón, dirigida por la 'popular' Marta Barrachina, es la institución valenciana más importante donde el PP gobierna con mayoría absoluta, sin necesidad de alianzas ni apoyos externos de otros partidos

Castellón se ha convertido en un caso excepcional dentro del tablero político de la Comunidad Valenciana. En una región donde el Partido Popular ha recuperado poder tras los comicios de 2023, la Diputación de Castellón destaca como la institución valenciana más importante donde los populares gobiernan con mayoría absoluta, sin necesidad de alianzas ni apoyos externos, ni siquiera de Vox, su socio habitual en el resto de administraciones clave del territorio.

Este fenómeno de pactos entre el PP y Vox no es exclusivo de la región valenciana. En buena parte del país los populares necesita de este apoyo para poder gobernar en comunidades autónomas y ayuntamientos donde no alcanza la mayoría absoluta. Aragón, Castilla y León, Extremadura o la Región de Murcia son ejemplos claros donde ambos partidos comparten gobierno o han suscrito acuerdos de investidura y estabilidad. Solo algunos territorios escapan a esta dinámica de dependencia. Uno de ellos es Galicia, donde el presidente Alfonso Rueda revalidó en 2024 la mayoría absoluta del PP en el Parlamento gallego, sin necesitar ningún tipo de apoyo externo. El otro gran caso es el de la Comunidad de Madrid, donde Isabel Díaz Ayuso logró también una mayoría absoluta en la Asamblea, permitiéndole gobernar con un discurso claramente diferenciado de Vox y sin necesidad de coaliciones.

En el actual mapa político español, marcado por la fragmentación y los pactos forzados, Marta Barrachina en la Diputación de Castellón e Isabel Díaz Ayuso en Madrid representan dos de las pocas figuras del Partido Popular que han logrado consolidar mayorías absolutas sin depender de Vox ni de otras formaciones. Ambas comparten un perfil político de liderazgo fuerte, gestión con discurso propio y una estrategia clara: mantener la identidad del PP sin diluirse en coaliciones que condicionen su agenda o narrativa.

La presidenta Diputación de Castellón, Marta Barrachina

Imagen de archivo de la presidenta Diputación de Castellón, Marta BarrachinaDiputación de Castellón

Tanto Ayuso como Barrachina han sabido capitalizar un voto mayoritario de centro-derecha, apelando a la estabilidad, la cercanía y una gestión eficaz como ejes de su propuesta. Mientras Ayuso ha construido un relato de autonomía madrileña con proyección nacional, Barrachina ha reforzado su peso en la provincia como garante de un gobierno «libre de peajes ideológicos». En un momento donde gran parte del poder territorial del PP depende de acuerdos con Vox, ambas dirigentes representan la excepción convertida en símbolo de fortaleza interna del partido.

La victoria en las elecciones municipales y la correlación de fuerzas en los municipios claves le proporcionaron al partido de Marta Barrachina, actual presidenta de la Diputación, una mayoría absoluta en el pleno provincial, que se traduce en 14 diputados de los 27 totales, frente a los 10 del PSPV-PSOE, 2 de Compromís y 1 de Vox. Un caso similar al de Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, con el Partido Popular como primera fuerza más votada y consiguiendo 71 escaños, tres más de los necesarios para la mayoría absoluta y permitiendo a la popular gobernar en solitario. Más Madrid y PSOE empatados como segunda fuerza más votada, mejorando ambos sus resultados y consiguiendo 27 representantes en la Asamblea cada uno y Vox empeorando sus resultados anteriores consiguiendo tan solo 10 escaños.

Y es que la Diputación de Castellón dista mucho del resto del panorama político de la Comunidad Valenciana. La Generalitat, máximo organismo de la región, está presidida por Carlos Mazón, líder popular que gobierna en solitario, pero en minoría tras su ruptura con Vox, con un total de 40 diputados de los 99 posibles, por tanto, aún a falta de 10 escaños para obtener una mayoría absoluta. Por su parte, Vox obtuvo en las últimas elecciones 13 diputados, Compromís 15 y PSOE 31.

Imagen de archivo de Marta Barrachina, Carlos Mazón, Vicent Mompó y Toni Pérez

Imagen de archivo de Marta Barrachina, Carlos Mazón, Vicent Mompó y Toni PérezEl Debate

A nivel provincial y local pasa una situación similar en la región. En la Diputación de Valencia, el gobierno quedó en manos del popular Vicent Mompó junto al partido comarcal Ens Uneix y el apoyo externo de Vox. En la Diputación de Alicante, el popular Toni Pérez, alcalde de Benidorm, preside la corporación provincial con el respaldo de Vox. Al igual que en las capitales de provincia y ciudades valencianas más grandes como Valencia, Alicante, Castellón de la Plana, Elche y Torrente, donde el Partido Popular gobierna, pero con apoyo de otros partidos y sin conseguir una mayoría absoluta.

Salto de la política local a provincial

Teniendo en cuenta los datos anteriores de las principales administraciones valencianas, el logro de Barrachina consolidando su liderazgo en la provincia de Castellón resaltada todavía más. Y es que la castellonense ha conseguido afianzar una trayectoria política ligada al Partido Popular desde 2003, cuando se afilió con apenas 21 años, con unos números históricos. Su carrera se forjó en el Ayuntamiento de Vall d'Alba, donde fue elegida alcaldesa en 2015 y revalidó su cargo en 2019 y nuevamente en 2023.

En las elecciones municipales del pasado 28 de mayo, el PP obtuvo un contundente 74,41 % de los votos y 9 concejales, dos más que en la anterior legislatura, lo que representa la mejor cifra del partido en la historia reciente del municipio, situado en la comarca de la Plana Alta y que cuenta con 12.194 habitantes censados. Este tercer mandato consolida su imagen de gestión eficaz, basada en la cercanía y la transparencia, que la ha convertido en una figura clave al frente del partido en la provincia.

El éxito electoral de su gestión local se trasladó directamente al ámbito provincial. En las elecciones a la Diputación de Castellón, el PP recuperó el control tras cuatro años en la oposición, alcanzando 14 de los 27 diputados, como se ha mencionado anteriormente. Este respaldo popular permitió a Barrachina asumir la presidencia de la Diputación en julio de 2023, convirtiéndose en la primera mujer al frente de esta institución en sus más de 200 años de historia. Desde entonces, ha impulsado iniciativas como el programa «Pobles amb futur», dotado con 4,7 millones de euros para fortalecer los municipios más pequeños, y ha liderado la defensa del sector pesquero ante Bruselas, exigiendo mayor flexibilidad para asegurar la actividad laboral.

Este escenario excepcional en Castellón cobra aún más relevancia si se tiene en cuenta la proyección de las últimas encuestas de cara a los comicios autonómicos y municipales de 2027. Según los sondeos más recientes, la derecha mantendría su hegemonía en la Comunidad Valenciana, con el Partido Popular como primera fuerza, pero sin alcanzar la mayoría absoluta, lo que augura una reedición de pactos con Vox para asegurar la gobernabilidad tanto en la Generalitat como en las principales diputaciones. En ese contexto, la Diputación de Castellón se erige como un caso singular dentro del mapa político valenciano, ya que no solo es el único gran organismo que el PP gobierna en solitario, sino que también simboliza la consolidación de un liderazgo autónomo y fuerte, como el de Marta Barrachina, capaz de sostener una mayoría absoluta sin alianzas externas. Su gestión se ha convertido en un ejemplo de estabilidad institucional en tiempos de pactos forzados y fragmentación política, marcando una diferencia que, de mantenerse, podría reforzar aún más su papel estratégico dentro del partido de cara al nuevo ciclo electoral.

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