Sánchez recomendó veranear este año en Valencia: ¿Van a predicar con el ejemplo el presidente y sus ministros?

Hubo una época en la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, iba a la Comunidad Valenciana. Esa estampa se daba, incluso, sin huir, cumpliendo el horario previsto. Recién llegado al Palacio de La Moncloa, el socialista empezó a hacer uso del Falcon. Lo hizo, entre otros motivos, para llegar al Aeropuerto de Castellón. En cuestión de unos pocos minutos se vio con la alcaldesa de entonces, Amparo Marco, y con el otrora presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Un visto y no visto, que empezaba el concierto de The Killers en el Festival Internacional de Benicássim (FIB) y los artista son esperan.

Sea como fuere, no se le conoce a Sánchez y señora otro veraneo de larga estancia en la Comunidad. Y ya es difícil. 470 kilómetros de costa tiene la región, con 270 de playas. Los palacetes a cargo del erario público suelen ser más rentables. Otro agravio más hacia la región, que se une, entre otros, a que el jefe del Ejecutivo está centrado en ampliar el Aeropuerto de Barcelona (el anuncio se lo dejó a Salvador Illa, quién sabe si también sucesor). Pero el caso es que las pistas de Manises en Valencia y de Alicante continúan a la espera de que se aprueben hacerlas más grandes.

Tras el paso de la dana del pasado 29 que arrasó casi un centenar de municipios de Valencia, el sector turístico, como no podía ser de otra manera, se resintió notablemente dado el miedo entre buena parte de los eventuales o programados turistas a sufrir otro episodio de riadas. Según datos oficiales consultados por El Debate en el Instituto Nacional de Estadística (INE) recogidos por la Encuesta de Ocupación Hotelera y por la de Apartamentos Turísticos del Ayuntamiento de Valencia, entre noviembre de 2024 y enero de 2025 los datos las cifras con fueron las mejores. No obstante, progresivamente han ido remontando hasta alcanzar los 2.023.410 visitantes en los primeros siete meses después del temporal.

«Nos necesitan más que nunca»

Ahora bien, cabe recordar que fue el mismo Sánchez el que hace ocho meses llamara a viajar a Valencia. Lo hizo con motivo de la. Con su habitual pose fotográfica siempre diseñada por el departamento de propaganda de Moncloa, el socialista dijo:

«Me gustaría provechar esta oportunidad para pedir públicamente a los españoles y españolas que elijamos España. Pero, si se puede, que elijan en concreto Valencia. Este año más que nunca. Hagamos, por ejemplo, que en las próximas Fallas, el próximo verano o en los venideros el turismo sea también un motor de recuperación económica para Valencia, que sea una muestra de solidaridad colectiva de todo un país con una tierra que todo llevamos en el corazón», afirmó. Pero lejos de quedarse ahí, fue a más. «Nos necesitan más que nunca desde el punto de vista emocional, de compatriotas. Nos necesitan», insistió.

No en bermudas, pero sí con camisa y corbata, junto a una nerviosa María Jesús Montero con las manos achicharradas tras defender a ultranza al ahora ya preso Santos Cerdán, un Félix Bolaños que en cuestión de semanas o meses puede acabar imputado, se despedía de la Cámara Baja no se sabe hasta cuándo: «Feliz verano», espetó a PP y Vox en aras de intentar desviar la atención sobre su complejo horizonte judicial.

Dicho todo lo anterior, parece seguro que la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, vaya a escaparse a la Comunidad unos días estivales. Es natural de Gandía y tiene una precampaña electoral por delante a la que fía todo su futuro político. El tiempo actuará a modo de 'prueba del algodón' con otros miembros del Consejo de Ministros para ver si hacen caso a Sánchez. El titular de Transportes, Óscar Puente, suele acercarse a la costa alicantina, pero el Gabinete es bastante más extenso como para confirmar si la recomendación fue sincera o simple propaganda.

Días atrás, Morant escribió una carta a la militancia del PSPV-PSOE a colación del informe de la Guardia Civil sobre Cerdán. Así, si pretende tener influencia entre los valencianos, un buen comienzo podría ser mandar misivas a algunos de los otros 21 ministros. Su influencia y credibilidad están en juego, no vaya a ser que las próximas encuestan le sigan pintando tan mal y terminen por finiquitar sus aspiraciones de presidir la Generalitat. Aun con todo, si ni a ella ni al jefe del Ejecutivo les gustara la playa, el interior valenciano nada desmerece. Paiporta tiene hostales y hoteles.