Nacho Vidal, en una imagen de archivo
Condenan a Nacho Vidal a tres años de cárcel por vender droga en bares de Valencia
El exactor porno evita el juicio al admitir la venta de drogas
El exactor de cine para adultos Nacho Vidal ha aceptado una condena de tres años de prisión por un delito de tráfico de drogas, en el que ha sido su octava y, hasta ahora, última detención. Su arresto tuvo lugar la madrugada del viernes 28 de febrero de este año, cuando la Policía Nacional lo sorprendió vendiendo sustancias estupefacientes y fármacos en un pub de la plaza de Xúquer, en Valencia. En ese momento, portaba 'tusi', también conocida como cocaína rosa, ansiolíticos y medicamentos para la disfunción eréctil. Aunque inicialmente el Juzgado de Instrucción 1 de Valencia archivó la causa tras dejarlo en libertad, la Fiscalía recurrió la decisión.
El fiscal Antonio Gastaldi argumentó que los 100 gramos de tusi incautados y los 70 euros en efectivo que llevaba encima apuntaban claramente a la venta al por menor. Reforzó su postura aportando jurisprudencia y señalando los riesgos para la salud que representa esta droga, compuesta por ketamina y MDMA, entre otros compuestos. La Fiscalía también alegó que el dinero intervenido provenía de transacciones anteriores. Esta presentación llevó a la reapertura del caso y a la fijación de una fecha para el juicio, que finalmente no se celebrará gracias a un acuerdo entre ambas partes, según ha avanzado el diario Levante-EMV.
La clave del pacto ha sido la admisión de los hechos por parte del acusado y su compromiso de someterse a un programa de desintoxicación. Según la nueva calificación del fiscal, Nacho Vidal cometió el delito empujado por una adicción grave a las drogas y con la intención de costear su propio consumo. Este reconocimiento le ha permitido acceder a una considerable reducción de la pena.
La condena se ha fijado en tres años de prisión, junto con una multa de 5.800 euros, correspondiente al valor de la droga, y un mes de responsabilidad personal en caso de impago, además del abono de las costas procesales. No obstante, la Fiscalía es favorable a que la pena quede en suspenso, siempre que el condenado acredite su participación en un tratamiento para superar su dependencia a los estupefacientes.
Los detalles de la detención reflejan una intervención policial casual. Una patrulla se acercó a un grupo frente al pub al detectar a una persona fumando un porro. Justo entonces, el exactor salió del local y, al ver a los agentes, regresó apresuradamente al interior, lo que levantó sospechas. Durante su huida hacia el bar, intentó deshacerse discretamente de una bolsa, que fue recogida por uno de los policías mientras otro lo interceptaba para un cacheo.
En la bolsa había 88,43 gramos de tusi, y en su mochila se hallaron otros dos paquetes de la misma sustancia, con 13,12 y 1,5 gramos respectivamente, sumando un total de 103,05 gramos. También llevaba 33 comprimidos de alprazolam, un ansiolítico bajo control médico, y pastillas para tratar la disfunción eréctil. Solo el alprazolam figura entre las sustancias con consecuencias penales, por lo que el resto de los medicamentos no se incluyeron en los hechos probados.
Ese mismo viernes por la tarde, Vidal pasó a disposición judicial, y el juez de Instrucción 1 de València ordenó su libertad provisional. Tres días después, la causa fue archivada, aunque ahora se ha demostrado que esa decisión fue precipitada, ya que el propio acusado ha reconocido haber cometido un delito de tráfico de drogas. Esta admisión le ha permitido evitar nuevamente enfrentarse a un juicio.
Un mes y medio antes de esta última detención, en enero, Nacho Vidal fue condenado por dos delitos contra la seguridad vial: conducir bajo los efectos de las drogas y hacerlo sin carné. Fue sentenciado a pagar dos multas que sumaban 8.100 euros y a la retirada del permiso de conducir por un periodo de dos años, según determinó el Juzgado de lo Penal número 11 de Valencia.