Imagen de un cultivo alicantino afectado por la sequía
Los embalses valencianos se secan mientras los catalanes se llenan: la doble vara de medir de Sánchez con la política del agua
los embalses de la Comunidad Valenciana se secan, especialmente los que abastecen a la provincia de Alicante, mientras los de Cataluña van camino del lleno. Los datos oficiales revelan el doble discurso del Gobierno central en materia hídrica. El Ejecutivo de Pedro Sánchez llegó a plantear un envío de agua desalada desde la localidad valenciana de Sagunto hasta el puerto de Barcelona. Una opción, arbitrada por la entonces ministra del Transición Ecológica y vicepresidenta del Gobierno Teresa Ribera, que contaba con el visto bueno del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en aras a la «solidaridad hídrica» entre regiones españoles.
Meses después, las tornas han cambiado de forma radical. De acuerdo con las últimas estadísticas del Ministerio de Transición Ecológica correspondientes a la segunda semana de septiembre, los pantanos de la cuenca del Segura se encuentran por debajo del veinte por ciento de su capacidad, el porcentaje más bajo de toda España.
Pese a ello, el Gobierno mantiene su plan de recortar el trasvase Tajo-Segura, que junto a las nuevas normativas de la Unión Europea en materia de pozos subterráneos condenan a la desertificación de la provincia de Alicante.
Por contra, los embalses de las cuencas internas de Cataluña van camino del lleno, con las mayores reservas del país en términos porcentuales y un 73 por ciento de su agua almacenada.
Según los últimos datos oficiales, los pantanos del Segura apenas disponen de 223 hectómetros cúbicos, muy lejos de la medida de los últimos diez años, que se sitúa en los 328 y de su capacidad total, que se sitúa por encima de los mil.
Por contra, los embalses del Tajo, la cuenca cedente, disponen de 7.275 hectómetros cúbicos, lo que supone un 65 por ciento de su capacidad, veinte puntos por encima de la media de la última década. Pese a ello, el Gobierno de Sánchez ultima un cambio de normas que supondrá recortar a la mitad el agua que recibe la provincia de Alicante sin mayor alternativa que las políticas de desalación.
En el caso de la cuenca del Júcar, los datos indican que las reservas se hallan al cincuenta por ciento. Por contra, en Cataluña, los embalses ya se encuentran al borde de los tres cuartos de su capacidad total, con 494 hectómetros cúbicos, cerca del doble de lo que almacenaban hace ahora un año, siempre de acuerdo con las estadísticas oficiales del Ministerio de Transición Ecológica.
Imagen del mapa con las reservas hídricas en España
El Gobierno ha pasado de prever una inversión extraordinaria para llevar agua en barcos desde Valencia a Barcelona a ejecutar el hachazo histórico al trasvase Tajo-Segura, cuya reducción tiene efectos tanto para el consumo humano como para sectores claves para la economía alicantina como la agricultura o el turismo.
A nivel nacional, la reserva hídrica en el conjunto de España almacena tras el periodo estival un total de 32.024 hectómetros cúbicos y está al 57,1% de su capacidad. Los embalses han perdido en esta última semana 612 hectómetros cúbicos lo que supone el 1,1% de su capacidad pero se encuentran por encima del nivel que tenían el año pasado, cuando almacenaban 27.604.