Imagen de Carlos Mazón tomada durante su visita a las obras del nuevo hospital de Campanar de Valencia

Imagen de archivo de Carlos Mazón.EP

De las 15:00 a las 19:47 horas: lagunas y contradicciones en la comida entre Maribel Vilaplana y Carlos Mazón

Trece meses después la instrucción judicial ha permitido ir conociendo los detalles aún no explicados sobre lo que ocurrió en la tarde de aquel 29 de octubre de 2024

¿Qué pasó realmente entre las 15 y las 19:47 horas de aquel 29 de octubre de 2024? Trece meses después siguen saliendo a la luz detalles de aquella comida que Carlos Mazón y Maribel Vilaplana mantuvieron en un reservado del céntrico restaurante El Ventorro de Valencia. Ante la falta de una versión regia e inamovible, la instrucción de la causa de la dana ha abierto un nuevo escenario que, cual campo de minas, deja un rastro de lagunas y contradicciones que pueden enrevesar aún más el futuro judicial.

Se sabe que empezó a las 15 horas y que el presidente atendió diversas llamadas, pero ya ni en la hora de la salida existe un horario claro y el rastro se pierde hasta que el dirigente ahora dimitido entró por la puerta del Centro de Emergencias de l'Eliana a las 20:28 horas.

15:00 horas del 29 de octubre de 2024. Carlos Mazón ha tenido una mañana repleta de actos institucionales, hasta una reunión sobre las 14.30 horas. Tras finalizar su agenda prevista para ese día se dirige, con escoltas, a restaurante El Ventorro, un céntrico local ubicado junto a la calle de la Paz. En un reservado tiene mesa para dos. Su acompañante es la periodista Maribel Vilaplana. Este detalle no se supo hasta el 8 de noviembre, más de una semana después de la tragedia.

Durante el ágape el presidente le propone a la periodista presidir À Punt, aunque ésta lo rechaza. Según declaró Vilaplana en sede judicial trataron diversos temas, incluso sobre el uso del valenciano en los discursos del presidente. En un momento inicial de la comida llegó un mensajero con apremio para que Mazón firmara unos documentos relativos a la conselleria de Educación. Quien atendió a ambos comensales en un comedor reservado fue el propio dueño del restaurante.

Mazón atiende al teléfono, contesta mensajes a través de WhatsApp. Una de esas alertas sería un aviso de José Manuel Cuenca, su jefe de Gabinete, alertándole de una situación peligrosa «en Utiel», a lo que el propio Cuenca ha declarado ante la jueza que el presidente le contestó un simple «perfecto».

Maribel Vilaplana dijo ante la jueza que no escuchó conversación alguna de las que mantuviera el presidente por teléfono, tanto en la propia mesa como apartándose a una esquina del comedor. Este aspecto fue cuestionado por el propio dueño del local, negando la posibilidad de que un comensal no pudiera ser consciente de una conversación mantenida por otro en el mismo comedor en el que se encontraban.

La jueza de la dana solicitó al dueño del restaurante que aportara la factura para saber si la comanda solicitada pudo propiciar que la comida se alargara en el tiempo. Eso sí, todo se trunca conforme se levantaron de la mesa, tras abonar 165 euros por «dos menús concertados».

El dueño de El Ventorro declaró que ambos clientes salieron «entre las 18:30 y las 19 horas, cuando ya no quedaba nadie más en el local», aunque anteriormente Vilaplana había fijado la hora de salida «sobre las 18:45 horas». Ahí empieza un tramo horario aún por esclarecer. Ante la falta de un relato, ahí emergerá la instrucción judicial.

Esta misma semana se ha sabido que Maribel Vilaplana abonó el ticket del parking, que está a escasos minutos andando del restaurante, cerca de una hora después de salir del local. A las 19.47 horas consta un abono de 15.10 euros en el aparcamiento.

En esa hora hay llamadas que el presidente valenciano rechazó o no contestó a su por aquel entonces consellera Salomé Pradas, aunque también constan comunicaciones sí atendidas tanto a la propia Pradas como a otras personas de su núcleo más próximo de trabajo.

Publicaba recientemente el periódico Levante-EMV que, tras la comida, Maribel Vilaplana habría acercado a Carlos Mazón hasta las inmediaciones del Palau de la Generalitat, escenario que no ha sido declarado en sede judicial por la periodista, que responde únicamente a «fuentes del PP» y que ha sido negado por el propio presidente.

Si Vilaplana abonó el parking a las 19:47 horas y acercó a Mazón hasta el Palau, es prácticamente imposible que el presidente estuviera accediendo al Cecopi a las 20:28 horas

Entre el citado parking y llegar a un punto cercano al Palau existe un recorrido de poco más de 10 minutos en coche. Si Vilaplana abonó el estacionamiento a las 19:47 horas y durante más de 10 minutos circuló por Valencia para acercar a Mazón a la Generalitat, es ciertamente imposible, cumpliendo las normas de seguridad vial, que el presidente pudiera estar entrando al Centro de Emergencias de l'Eliana a las 20:28 horas. Y más si aún pasó por su despacho en la sede del Gobierno valenciano. Una laguna más.

Trece meses después se echa en falta que exista un «minutaje», como se refiere el propio Mazón, de todos los detalles de aquella tarde. Ante las contradicciones y la falta de concreciones, será la instrucción judicial la encargada de disipar los detalles y, lo más importante, su posible repercusión y relación con la gestión de la mayor emergencia natural de los últimos lustros en España.

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