Imagen del ninot sobre la guerra en Gaza, de la falla Arrancapins

Imagen del ninot sobre la guerra en Gaza, de la Falla ArrancapinsFalla Arrancapins, vía Instagra

Valencia  Polémica por un ninot de Fallas sobre Gaza que enfurece a la comunidad judía en España

La Falla Arrancapins asegura que solo ha buscado denunciar «el genocidio que está llevando a término el Gobierno israelí y su ejército sobre la población civil palestina», pero el colectivo hebreo en nuestro país ve un posible delito de odio

Cuando faltan todavía algo más de 20 días para que las Fallas de Valencia comiencen de manera oficial con el tradicional acto de la Crida, que tendrá lugar el 25 de febrero, las fiestas levantinas ya han generado dos episodios de polémica en torno a sendos ninots. Con motivo de la inauguración de la Exposición de estas figuras, el primero en saltar abruptamente a los medios de comunicación fue la representación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de su socio Carles Puigdemont en una escena de sexo cubiertos con la bandera estelada. Todo ello a cuenta de la ley de amnistía y las continuas cesiones del socialista al independentista.
Política, sí, pero las Fallas son sátira y crítica ácida. El segundo ninot controvertido, en cambio, ha levantado aún más revuelo más allá de la discrepancia por llevar a la práctica una determinada medida. En este caso se trata de una figura diseñada por la comisión Ángel Guimerá-Pintor Vila Prades, más conocida como Arrancapins, en relación a la guerra que se está viviendo en la Franja de Gaza tras los ataques de Hamás contra Israel el pasado 7 de octubre.
La representación en cuestión consta de un árbol de Navidad cuyos adornos son varias cabezas de niños como si estuvieran muertos, simbolizándolo con agujeros de bala o con heridas producidas por metralla de una simbólica acción israelí. Por si no fuera suficiente, el árbol está coronado con una Estrella de David y la base del mástil sobre la que se erige es muy similar a la esvástica nazi. Este hecho ha provocado el enfado de la comunidad judía en nuestro país, representada por la Federación de Comunidades Judías de España.

Posible delito de odio

En concreto, el colectivo, que ha solicitado formalmente reunirse con la Consejería de Justicia e Interior y con el Ayuntamiento de Valencia, considera que la falla puede haber incurrido en la comisión de un delito de odio, por lo que han pedido la mediación de las administraciones públicas local y regional con tal de que la comisión explique si el objetivo de la figura es señalar al Gobierno de Benjamín Netanyahu o, por el contrario, extenderlo a todo el pueblo judío. La petición no es menor, ya que los símbolos utilizados son generales y no aluden personal ni únicamente al mandatario hebreo.
Obligados por la polvareda generada, Arrancapins se ha visto obligada a aclararlo. En un comunicado ilustrado con la foto de los niños en el árbol de Navidad difundido a través de su perfil en la red social Instagram, la falla ha intentado disipar dudas. «Para que no haya ningún tipo de duda sobre qué representa la figura que aquí se exhibe, estamos denunciando el genocidio que está llevando a término el Gobierno israelí y su ejército sobre la población civil palestina, sobre sus pueblos, sobre los campos de refugiados, sobre los hospitales, algunos de ellos de ONGs humanitarias y de la ONU», reza el escrito.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que se casa en el mes de abril, buscando pareja en un conocido programa de citas de televisión

Los artistas y miembros de la Falla Arrancapins, con la figura de la polémica en la entrada a la Exposición del NinotCendra Digital

En la misma publicación, los autores de la figura censuran que, según su opinión, las acciones de Israel en territorio gazatí para vencer a Hamás «están dejando a la población palestina sin futuro», acusando directamente de estar «asesinando a niños y niñas de manera sistemática» y «destruyendo su presente» con un «odio» y «violencia salvaje» que va a «durar generaciones». Igualmente, Arrancapins insiste en que su intención no es criticar «ni a la religión judía ni a la gente que la profesa», a la par que lamenta la «errónea interpretación» que se ha hecho al ver su figura.
Lejos de zanjar ahí la polémica, la comisión echa más leña al fuego, señalando a la «comunidad judía internacional», a quien responsabiliza de que «todavía» podría «salvar miles de vidas de niños que nada saben de religiones, ni de guerras, ni de odios». «Es un deber ineludible», insisten justo antes de despedirse con un «salud, paz y justicia».
Cabe destacar que esta falla tiene un marcado y acentuado carácter político de izquierdas. Basta con echar un vistazo a su cuenta de Instagram para comprobarlo. Entre sus publicaciones, destacan un concierto de Navidad bajo el lema «Okuparte», su propio logotipo con los colores de la bandera republicana, la colaboración con entidades independentistas como Acció Cultural del País Valencià, Plataforma per la Llengua o Societat Coral El Micalet, entre otras, o llamar a la movilización con vistas a las pasadas elecciones generales del 23 de julio con el eslogan «Ni un paso atrás. Por nuestros derechos», ante una eventual llegada del Partido Popular y Vox al Gobierno de España.
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