Recreación del futuro Buque de Acción Marítima de la Armada española

Recreación del futuro Buque de Acción Marítima de la Armada españolaArmada Española

Armada española  Poseidón A-21, así será el buque más puntero de la Armada para operaciones subacuáticas

Poseidón, señor de los mares y los océanos, uno de los principales dioses del panteón clásico. Este es el nombre que la Armada española ha decidido para su futuro y moderno buque de acción marítima, una de cuyas principales misiones será el rescate submarino. "Tradicionalmente se ha empleado el nombre de deidades de la mar de la cultura clásica griega y romana para los buques relacionados con el apoyo a la intervención subacuática en la Armada”. Así lo justifica la orden ministerial 9/2023, de 22 de marzo, publicada en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa del pasado 30 de marzo. El futuro BAM-IS (Buque de Acción Marítima para Intervención Subacuática) ostentará el numeral de costado A-21.
El futuro BAM-IS, de cuya construcción se encarga Navantia en el astillero de Puerto Real, especializado en buques de gran tamaño, tendrá un amplio abanico de misiones: operaciones de buceo, salvamento, apoyo al rescate y rescate de submarinos siniestrados, intervención y rescate en accidentes y naufragios y vigilancia y monitorización del patrimonio subacuático. Ello obliga a una compleja integración de los sistemas, sensores y equipos que debe llevar. Por esta razón, se convertirá en uno de los buques más avanzados tecnológicamente de la Armada. Por ejemplo, el buque destacará tecnológicamente no solo por incorporar un sistema de propulsión innovador en corriente continua, sino también por incorporar a bordo sistemas punteros de intervención subacuática y posicionamiento.
BAM-IS Poseidón

BAM-IS PoseidónKindelán

BAM-IS Poseidón

BAM-IS PoseidónKindelán

Las cifras económicas del proyecto difundidas por Navantia dan idea de su envergadura: de entrada, supondrá más de 1,3 millones de horas de trabajo en la Bahía de Cádiz.
La obra del BAM-IS, incluidos los trabajos de ingeniería, generará alrededor de 1.100 empleos durante tres años y medio, sumando empleo directo, indirecto e inducido. Casi 160 serán empleados directos de Navantia, unos 300 corresponderán a industria colaboradora y otros 660 se generarán en suministradores y otras empresas.

Las misiones

  • Intervención subacuática con mezcla de gases a grandes profundidades.
  • Reparaciones submarinas, rescate de objetos sumergidos.
  • Búsqueda, localización, detección e identificación de objetos sumergidos.
  • Tratamiento hiperbárico de accidentes de buceo.
  • Protección del patrimonio arqueológico sumergido.
  • Adiestramiento de las diferentes unidades de buceo, y apoyo a la enseñanza y certificación de la Escuela Militar de Buceo.
  • Movilidad y contra-movilidad, (limpieza/despliegue de obstáculos submarinos, etc.).
  • Apoyo a las operaciones navales convencionales
  • (Fuente: Armada española)
Todo ello supondrá que, durante el citado periodo de tiempo, se generará un valor añadido directo e indirecto para la economía de aproximadamente 54 millones de euros anuales, y una demanda agregada de 159 millones de euros anuales. Las proyecciones de la empresa española hacen prever que este tipo de buques con capacidad de intervención subacuática sean «un producto con una demanda internacional creciente dado el aumento previsto en el número de submarinos». Este proyecto se suma al programa de las fragatas F-110 en Ferrol y al de submarinos S-80 en Cartagena. De hecho, el planteamiento de este buque surge como una necesidad asociada a los submarinos S-80, con el fin de prestar apoyo y garantizar la seguridad de las dotaciones desde el inicio de su vida operativa. Según las previsiones de la Armada, será capaz de transportar un mini-submarino de rescate y realizar exploraciones e intervenciones subacuáticas con vehículos tripulados remotamente hasta 3.000 metros de profundidad.
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