Armada española  El submarino Galerna, de misión en el Mediterráneo tras cuatro décadas activo

La Armada ha iniciado un nuevo relevo en el Mediterráneo con el despliegue del submarino Galerna (S-71), que asume la continuidad de la contribución española a la operación de seguridad marítima Sea Guardian, una misión clave de la OTAN para la vigilancia, el conocimiento del entorno marítimo y la lucha contra el terrorismo.

El submarino Galerna, con base en el Arsenal de Cartagena, ha zarpado para integrarse en las actividades de la Operación Sea Guardian (OSG), el marco de seguridad marítima que la Alianza Atlántica mantiene activo en el Mediterráneo desde 2016. Su salida coincide con la finalización del despliegue del Isaac Peral (S-81) en la misma misión, garantizando así la continuidad de la presencia submarina de la Armada en una de las áreas estratégicas para la defensa colectiva.

Según la información difundida por la Armada, la participación española en Sea Guardian «es fundamental para la protección de los intereses de la Alianza» y contribuye directamente a la estabilidad de una región en la que confluyen amenazas como el terrorismo, el tráfico ilícito y actividades que pueden comprometer la seguridad marítima. El relevo entre el Isaac Peral y el veterano Galerna permite mantener operativa la rotación de medios submarinos, un aspecto clave para ofrecer persistencia en la vigilancia discreta y el control del espacio marítimo.

Evaluar riesgos, anticipar amenazas

Durante las próximas semanas, el Galerna centrará su labor en reforzar el conocimiento del entorno marítimo —una de las capacidades esenciales de Sea Guardian— mediante la recopilación de información sobre movimientos, patrones de actividad y tráficos en distintas zonas del Mediterráneo central y occidental. Esta vigilancia contribuye a generar una imagen operacional actualizada, que la OTAN utiliza para evaluar riesgos y anticipar posibles amenazas.

Además, el submarino apoyará las acciones de lucha contra el terrorismo marítimo, una de las áreas de trabajo más consolidadas de la misión. Dentro de este objetivo, Sea Guardian se orienta a interrumpir potenciales actividades de grupos terroristas o redes criminales que puedan emplear rutas marítimas para financiarse, trasladar personal o mover material ilícito.

El despliegue también permitirá que el Galerna se integre en actividades específicas planificadas por la OTAN, que combinan medios marítimos, aéreos y submarinos para crear una imagen completa del entorno. Estas actividades, ejecutadas cada año en áreas designadas del Mediterráneo, buscan profundizar en la detección de patrones anómalos y mejorar los mecanismos de respuesta ante incidentes en la mar.

Para este despliegue, el Galerna cuenta con una dotación entrenada específicamente para la clase Galerna, que exige un manejo altamente especializado. La Armada recuerda que el personal sigue un plan de adiestramiento riguroso, diseñado para afrontar los retos técnicos y operativos de una plataforma submarina. Este entrenamiento abarca la navegación en inmersión, procedimientos tácticos, seguridad interna, gestión de emergencias y uso avanzado de sensores, entre otros aspectos.

La operación permitirá a la tripulación continuar acumulando experiencia en escenarios reales y consolidar la transición hacia la futura serie S-80, cuyo programa se encuentra en fase de plena incorporación.

España participa ininterrumpidamente en Sea Guardian desde 2017, cuando la misión comenzó a integrar unidades españolas de manera sistemática. La operación se lanzó formalmente en 2016 como evolución de Active Endeavour, con el objetivo de ampliar el foco más allá de la lucha antiterrorista e incorporar otras tareas de seguridad marítima, entre ellas la cooperación con países del Mediterráneo, el apoyo al conocimiento situacional y la protección de infraestructuras críticas.