Soldados ucranianos de la 3.ª Brigada de Tanques de las Fuerzas Terrestres de Ucrania viajan a bordo de un tanque T-72 en un lugar no revelado de la región de Járkov

Soldados ucranianos de la 3.ª Brigada de Tanques de las Fuerzas Terrestres de Ucrania, a bordo de un T-72 en un lugar no revelado de la región de JárkovAFP

Fuerzas Armadas | Mundo  ¿Cuánto territorio ucraniano se quedaría Rusia si se declarara hoy un alto el fuego?

  • En enero, Ucrania ha perdido 430 km2 de territorio ante el lento pero sistemático avance de las tropas rusas

  • Por cada kilómetro cuadrado de avance, Moscú sufre pérdidas humanas y materiales colosales

En enero, las tropas rusas, con tesón y colosales pérdidas humanas y materiales, han seguido ganando en casi todos los frentes de batalla en Ucrania y capturado otros 430 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano, según mapas de código abierto del campo de batalla. Con ello, el Kremlin consolida su posición militar y, previsiblemente, su posición política de cara a una mesa de negociación para la paz. Estas cifras demuestran, sin embargo, que el avance de los ejércitos de Moscú se ralentiza, quizá como resultado de la escasez de material, de voluntad de lucha o de que su ejército está exhausto tras tres años de guerra y ante la dureza de la resistencia ucraniana. Después de capturar unos 700 km2 de territorio ucraniano en noviembre, el ritmo en enero y principios de febrero se ha estabilizado en los últimos meses, limitándose los movimientos militares a redibujar los frentes para hacerlos más defendibles o sostenibles de cara a una posible «congelación» de los mismos. Sin embargo, para Ucrania, el avance ruso implica también la pérdida de recursos naturales vitales para la economía del país, y que podrían desempeñar un papel central en unas negociaciones.

Evolución neta del control del territorio ucraniano

Evolución neta del control del territorio ucranianoWar Mapper

Según datos recopilados por el analista War Mapper, el ejército ruso avanzó en enero de 2025 cerca de 427 km2 – aproximadamente la extensión de la ciudad de Teruel y, por otra parte, recuperó 52 km2 en el óblast (región o provincia) de Kursk. Estas cifras muestran una estabilización del ritmo de avance ruso, que está en línea con la media observada desde agosto de 2024, con la excepción de noviembre, cuando Moscú capturó más de 700 km2. En el frente, desde principios de este año, la actividad rusa se ha centrado en la región de Donetsk la toma de Kurakhove, seguida de Velyka Novosilka, con sus tropas a punto de hacerse con el control de Chassiv Yar y Toretsk, dos ciudades de mayor valor estratégico y simbólico. Según Moscú, sus tropas ya han capturado Toretsk tras seis meses de batalla consumiendo grandes recursos en ambos lados. En la zona de Kursk, el ejército ucraniano no ha dejado de retroceder desde septiembre de 2024 a pesar de haber infligido importantes pérdidas a Moscú, quien habría movilizado una fuerza de unos 50.000 soldados, incluidos al menos 10.000 norcoreanos.

Más del 20% del territorio en manos rusas

Las tropas de Moscú ocupan actualmente cerca del 20 por ciento del territorio de Ucrania, cerca de 112.000 kilómetros cuadrados frente al 7 % que controlaban antes de lanzar su invasión hace casi tres años. Con ello, cerca de seis millones de persona, entre ellos un millón de niños, viven ahora bajo ocupación rusa, en lo que las Naciones Unidas han descrito como una «sombría situación de los derechos humanos». Algunos políticos y expertos afirman que un hipotético alto el fuego que abriera una posible negociación de paz pasaría porque Moscú se quedara con el territorio que controla y Kiev admita, por la fuerza, a cambio de garantías de seguridad que le permitan sobrevivir como nación, aunque bajo supervisión rusa. Pete Hegseth, secretario de Defensa de EE. UU., lo dejó claro en Bruselas: «No es realista» una vuelta a las fronteras de Ucrania previas a 2014. Como señala el analista Enrique Mora, de la revista Política Exterior, este escenario permitiría al Kremlin conservar los territorios ocupados y fortalecer su posición estratégica, consolidando las anexiones, debilitando aún más a Ucrania y conllevando una enorme pérdida de credibilidad internacional. Curiosamente, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, declaró estar listo para negociar un intercambio de territorios si eso abre la puerta a negociaciones serias. «Intercambiamos un territorio por otro», afirmó Zelenski en una entrevista con el medio británico The Guardian. A preguntas de que parte del territorio ucraniano anexionado por Rusia pediría a cambio, contestó: «No lo sé, ya veremos. Pero todos nuestros territorios son importantes, no hay prioridad», dijo. La cuestión es que Kiev no tiene mucho que intercambiar. En la actualidad, solamente conserva unos 400 km2 de territorio ruso en la región de Kursk, según mapas de código abierto del campo de batalla. Fueron necesarias solamente horas para que el Kremlin rechazara tajantemente dicha la insinuación.

Lanzamiento de cohetes en el frente de batalla de Ucrania

Lanzamiento de cohetes en el frente de batalla de UcraniaUkinform.ua

¿Cómo sería la nueva Ucrania?

Suponiendo que los frentes actuales se convirtieran en las líneas de demarcación del alto el fuego, en la práctica significara la creación en Europa de nuevas fronteras, por ejemplo, pasa actualmente en Chipre. Andrew R. Novo, analista del programa de Defensa y Seguridad Transatlántica de la Universidad Nacional de Defensa de EE.UU., resaltó que existe una diferencia entre una concesión de iure y una concesión de facto. Por ejemplo, durante la etapa soviética, la URSS ocupó los Estados bálticos, y estos pasaron a formar parte de facto de la Unión Soviética, aunque nunca fueron parte de iure. “Estados Unidos y muchos otros países nunca los reconocieron como parte de la URSS«, explicó Novo. Por eso, cuando la URSS se desintegra, esos países obtuvieron o recuperaron poco a poco su independencia legal de Moscú. En declaraciones a Euronews, Novo consideró, sin embargo, que en caso de Ucrania sería muy difícil reclamar ese territorio en las circunstancias actuales». Pero si Ucrania puede evitar una solución de iure que ceda territorio a Rusia, en algún momento en el futuro podrá reclamar ese territorio", enfatizó.

En cierto sentido, esto podría actuar como «un dividendo de paz» que ayudaría al país a «reconstruirse y avanzar sabiendo que todavía es posible, como en el caso de los países bálticos, recuperar el territorio físico que fue tomado por la invasión». Sin embargo, Novo admite que, a diferencia de lo que ocurría con la Unión Soviética, la cuestión sobre el régimen ruso es «un tipo de especulación muy diferente en términos de lo estable que es y lo probable que es que mantenga su poder a nivel nacional y su capacidad de proyectar poder a nivel internacional en Ucrania». «Sería pura especulación decir que al régimen de Putin le quedan cinco o veinte años, o que un nuevo Gobierno en Rusia cambiaría su política». Y por eso las garantías de seguridad son clave en cualquier posible acuerdo.

En qué momento está la guerra

En marzo de 2014, Rusia se anexionó la península de Crimea, en el Mar Negro, perteneciente a Ucrania, y luego respaldó a los separatistas prorrusos en una insurgencia armada contra las fuerzas de Kiev en la región oriental de Donbás, en Ucrania. La invasión rusa se convirtió a partir de entonces en una guerra de desgaste. Ambos bandos se enfrentaron desde trincheras laberínticas y una línea de frente que se extiende más de 1.000 km, desde el sur de la región de Jersón hasta Jarkov, en el noreste. En el inicio de la guerra, los rusos tomaron Jersón en marzo de 2022 y Mariúpol en abril. Tras fracasar en su intento de tomar la capital ucraniana, Kiev, el Kremlin se centró en la región suroriental de Donbás, que incluye Donetsk, donde apoya a los combatientes separatistas desde 2014. Posteriormente, Ucrania retomó territorios mediante contraofensivas en el sur y el este. En noviembre de 2022, retomó partes del óblast de Jersón. Poco después, Rusia anunció la anexión de cuatro provincias parcialmente ocupadas. En febrero de 2023, Rusia movilizó a cerca de 200.000 soldados para una nueva ofensiva en esa región y en junio lanzó otra contraofensiva en el sureste que no logró ningún resultado positivo. Tras ese movimiento fallido, en noviembre, el comandante en jefe ucraniano Valerii Zaluzhnyi estimó que la guerra había llegado a un punto muerto.

Soldados ucranianos llevan un ataúd

Soldados ucranianos llevan un ataúdAFP

La fallida ofensiva de Kursk

Ante la sorpresa de casi todos, en agosto del año pasado, Kiev se apoderó de parte de la región rusa de Kursk, unos 1.250 kilómetros cuadrados. Pero, ya en octubre, las tropas ucranianas empezaron a perder territorio. Las tropas controlaban unos 600 km2 a finales de noviembre, según War Mapper, una superficie inferior a la conquistada por Rusia en Ucrania en noviembre. Pero la incursión ucraniana se produjo a costa de territorio en la región oriental de Donetsk. En la parte final de 2024, Rusia siguió avanzando en esa región y al tiempo, Ucrania lanzó varios ataques contra refinerías rusas. Ucrania esperaba frenar la ofensiva rusa y tomar la iniciativa, pero Kiev tuvo que admitir las dificultades para contener al ejército ruso, más numeroso y mejor equipado, en medio de la escasez de efectivos. Pasados seis meses de la incursión ucraniana en Kursk, los rusos habían conseguido recuperar más del 60% del territorio bajo

Rusia ganó más de 4.000 km2 en 2024

En 2025, el Kremlin ha seguido bombardeando ciudades ucranianas y hoy en día controla, entre otros territorios, Crimea y amplias zonas de las regiones de Donetsk, Luhansk, Jersón y Zaporiyia. El pasado 10 de febrero, las Fuerzas Armadas de Ucrania cifraron en más de 850.000 las bajas sufridas por el Ejército ruso desde el inicio de la invasión. Dos días después, sumaron 1.500 muertos más, según la agencia Interfax.

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