Escultura de La Manuela en Rianxo (La Coruña)

Escultura de La Manuela en Rianxo (La Coruña)Olaia

Esta es la curiosa razón por la que las embarcaciones gallegas llevan nombre de mujer

Las dornas son las portadoras de esta peculiar tradición

Galicia cuenta con un extenso litoral caracterizado por su diversidad geográfica y su marcada influencia en la vida de sus habitantes. La relación histórica de la región gallega con el mar ha contribuido al desarrollo de una cultura marinera propia, en la que las embarcaciones tradicionales desempeñan un papel relevante.

Entre estas, las dornas ocupan un lugar destacado en las comunidades costeras, especialmente en las Rías Bajas, donde se consideran un elemento representativo del patrimonio marítimo local.

Por qué nombres propios de mujer

Las dornas, pequeñas embarcaciones de madera utilizadas para la pesca, no solo son parte del patrimonio etnográfico de Galicia, sino que también son portadoras de una peculiar tradición y es que, la mayoría, son bautizadas con nombres femeninos. Esta costumbre, lejos de ser arbitraria, está cargada de simbolismo y explicaciones que se remontan a siglos atrás.

La teoría más aceptada sobre el porqué de los nombres femeninos se relaciona con la visión tradicional del barco como figura protectora. Antiguamente, a este tipo de embarcaciones se les atribuían cualidades maternales como la del cuidado, protección y acompañamiento.

Para los marineros, su embarcación era mucho más que un medio de transporte con el que realizar su trabajo, era, además, su compañera, su refugio frente a las inclemencias del mar. Nombrarla como a una mujer era una forma de establecer un vínculo emocional, casi familiar, con ella.

Una embarcación tradicional gallega

Una embarcación tradicional gallegaWikipedia

En la antigüedad, el mar era concebido como una fuerza femenina, indomable y misteriosa, representada en mitos por sirenas y diosas. Nombrar los barcos con nombres de mujer era una forma de honrar a estas fuerzas y pedir su favor. Además, en una sociedad donde las mujeres no solían embarcarse, dar un nombre femenino a la dorna era una manera simbólica de llevarlas consigo.

Por otra parte, no hay que olvidar que Galicia es tierra de supersticiones y es por esto por lo que muchos asocian esta tradición con la superstición, pues se creía que los nombres de mujer traían buena suerte y los alejaban de los peligros del mar.

Pero también existe la teoría de utilizar el nombre de mujer por el apego emocional con estas embarcaciones, ya que los marineros pasaban largas temporadas lejos de casa, viendo en sus barcos una extensión de su hogar y, en cierto modo, de las mujeres que dejaban atrás.

Pese a la modernización de la pesca y la aparición de nuevas tecnologías, esta tradición se mantiene viva en muchas localidades costeras gallegas. Los nombres femeninos siguen presentes en las embarcaciones, transmitiendo historias, recuerdos y la continuidad de una cultura marinera que sigue muy presente en la comunidad gallega.

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