Los incendios tiñen de ceniza el Camino de Santiago: «Había una atmósfera del fin del mundo»

Un hito, o lo que es lo mismo un mojón del Camino de Santiago sobre un terreno calcinado señalando la dirección resume la estampa que se encontraron muchos peregrinos en los últimos días.

A la dureza habitual de la ruta se sumaron el humo, el olor a quemado y la ceniza originada por los incendios forestales que afectaron a distintas zonas del norte de España. Para algunos, la experiencia rozó lo místico; otros, en cambio, se vieron obligados a cambiar de planes.

Dificultad añadida a la propia de la ruta

«Había una atmósfera del fin del mundo», recuerda el francés Laurent, que enlazaba el Camino del Norte con el Primitivo cuando el humo y un sol anaranjado lo envolvieron. Pese a la escena, decidió seguir hasta la plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela.

«A las ocho de la tarde ya parecía de noche, el sol estaba naranja y el aire era muy espeso. Para mí fue muy simbólico cruzarme con esa atmósfera justo en el cambio de una ruta a otra», explica este peregrino, que partió de París en febrero y culminó la última etapa este verano desde Santander.

Otros caminantes no tuvieron tanta suerte. La italiana Ilaria se encontraba en un albergue de Rabanal del Camino (León) cuando recibió la alerta: «No se puede caminar hoy, el fuego nos rodea».

Ese tramo del Camino Francés, entre Astorga y Ponferrada, permaneció cerrado cuatro días. Ella y otros peregrinos compartieron un taxi hasta Ponferrada para poder continuar, aunque el humo, la ceniza y el sol rojo los acompañaron durante varios kilómetros. «Olías el humo mientras caminabas y del cielo caía ceniza», recuerda.

Situaciones similares se repitieron en el Camino Portugués. Juan, un joven de Cuenca, relata que al comenzar en Tui los primeros kilómetros se hicieron cuesta arriba por el olor a humo. «Me planteé parar o hacer un rodeo, pero al final seguí», confiesa. El incendio de Oia (Pontevedra) llegó a obligar a desalojar un camping, aunque los portugueses Nelson y Vera, que hicieron la variante por la costa desde Oporto, recuerdan que cuando pasaron ya estaba extinguido: «Estaba todo quemado, pero tranquilo. Aún había zonas humeantes».

Cancelaciones en los albergues

El presidente de la Asociación Gallega de Albergues Privados (Agalber), Miguel Ángel Rodríguez, reconoce que los incendios han tenido un fuerte impacto en la temporada: «Ha provocado bastantes cancelaciones, incluso cuando no tenían mucho sentido porque se creó mucha alarma».

Explica que algunos peregrinos llegaron a suspender reservas para septiembre y lamenta que «la segunda quincena de agosto ya no era especialmente buena, y con los incendios fue todavía más baja de lo normal».

Rodríguez lamenta la falta de agilidad para informar a los caminantes de que los tramos estaban abiertos y recomienda, en caso de duda, llamar directamente a los albergues.