El rey Abdullah de Jordania y el jefe del Estado, Francisco Franco, presiden el desfile militar celebrado en La Coruña en 1949

El rey Abdullah de Jordania y el jefe del Estado, Francisco Franco, presiden el desfile realizado en La Coruña en 1949EFE

El día que un 'Rey Mago' llegado de Oriente encandiló a La Coruña y dio una victoria a Franco

El Ayuntamiento de La Coruña, como homenaje, le dedicó en 1953 una calle en la zona de Riazor, que pervive hasta nuestros días

A unos cientos de metros del estadio de Riazor, en La Coruña, existe una calle con una denominación muy llamativa: rey Abdullah, un nombre que poco tiene que ver con los que se pueden encontrar en las vías de los alrededores, dedicadas a personalidades locales, españolas y a localidades de Galicia. ¿Quién fue esta persona y por qué la ciudad decidió recordarlo mediante este homenaje en el callejero? Para conocer la respuesta hay que remontarse a finales de la década de 1940, en la que la España franquista ansiaba lograr apoyos internacionales tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, en la que habían sido derrocados sus aliados, los regímenes de Alemania e Italia.
Ningún mandatario extranjero había visitado territorio español desde el estallido de la Guerra Civil en 1936 y el triunfo de Francisco Franco. Después de años de gestiones, apareció una mano amiga en un lugar un tanto inesperado: en Oriente Medio, donde el protectorado británico se había desgajado en diversos países. Y en concreto lo hizo en la recién creada Jordania, llamada oficialmente Reino Hachemí de Transjordania, que también estaba ávido de reconocimiento exterior. Ambos países habían iniciado relaciones diplomáticas en 1949 y el soberano árabe, el rey Abdullah I de Jordania, aceptó la invitación de Madrid de realizar un viaje para consolidarlas. Lo hizo en 1949. Tras una visita en Inglaterra, se dirigió en barco a España y el 5 de septiembre desembarcó en La Coruña, donde fue recibido por todo lo alto por el jefe del Estado, las autoridades locales y por los vecinos de la ciudad, que no quisieron perderse este acontecimiento.
Desfile realizado en la plaza de María Pita de La Coruña.

Desfile realizado en la plaza de María Pita de La Coruña.EFE

El periódico La Vanguardia recoge en su crónica que la urbe coruñesa y los municipios de la provincia se volcaron para «exteriorizar su júbilo en el puerto y a lo largo de la carretera, apretujándose en las galerías blancas de esta ciudad», adornadas para la ocasión. El cronista del diario relató que el monarca jordano hizo acto de presencia «sin más prenda oriental que el turbante la túnica cerrada, que a la vez sirve de camisa, lo que no parecía corresponder con lo que la gente esperaba». «Yo había oído poco antes boca del pueblo una descripción que suponía a Abdullah poco menos que un monarca de Las mil y una noches, cuando no un auténtico Rey Mago».
Franco y su acompañante extranjero se dirigieron al Ayuntamiento de la ciudad, donde se realizó una recepción y un desfile militar. La plaza de María Pita se encontraba totalmente abarrotada por gente que no quería perderse este momento histórico. Para recordar la visita, la Corporación coruñesa envió al rey de Jordania una colección de libros, fotografías y revistas sobre temas de La Coruña. Incluso se le ofreció un solar para que pudiese edificar una residencia en la ciudad, según recoge La Vanguardia.
Placa de la calle dedicada al rey jordano en La Coruña.

Placa de la calle dedicada al rey jordano en La Coruña.Iván Aguiar

Abdullah agradeció el recibimiento que le había brindado el pueblo español. «Este recibimiento y la acogida del Caudillo y autoridades españolas rebasa cuanto podía imaginarme. Jamás olvidaré el espectáculo qué ofrecía este simpático pueblo», afirmó. Una vez finalizada la visita en Galicia, la corte jordana se trasladó a Madrid y a Toledo. Posteriormente se dirigió a Andalucía, donde visitó Granada, Sevilla y Málaga.
Dos años después de esta gira por España, Abdullah fue asesinado en Jerusalén, una muerte que provocó una gran consternación en todo el mundo. El Ayuntamiento de La Coruña, como homenaje, le dedicó en 1953 una calle en la zona de Riazor, que pervive hasta nuestros días.
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