Lugo se queda sin playa, la eterna promesa que nunca llega y se reactiva cada verano

Los lucenses se quedan, un año más, sin su sueño de tener playa. Así lo ha informado el Ayuntamiento que culpa a la Xunta de Galicia de no poner desarrollar el plan fluvial pese a tener, según sostienen, «toda la infraestructura» y los socorristas para esta zona de baño en el río Miño.

Independientemente de la formación, esta playa con la que cuentan la mayoría de los ayuntamientos con zonas similares, no termina de llegar. Varios alcaldes han intentado, sin éxito, conceder a la ciudad esta petición histórica que se reaviva, especialmente, en verano por motivos obvios.

Mientras que el ayuntamiento echa la culpa al Gobierno gallego, el delegado provincial de la Xunta, Javier Arias, ha asegurado que los culpables de que el proyecto no se haya rematado son el ejecutivo municipal. Tanto es así que Arias les ha acusado de «dejadez y gestión ineficaz» y ha afeado al alcalde socialista, Miguel Fernández, su intento de «esconder su falta de trabajo y previsión echando balones fuera y culpando a la Administración autonómica de su propia inutilidad».

Arias explica que la Xunta actuó «en todo momento con la máxima diligencia», dando respuesta «prácticamente de un día para otro» a las solicitudes de las diferentes autorizaciones que se fueron requiriendo para la instalación. Afirma que ya conocían el procedimiento del año pasado y que este es el mismo y «está regulado».

Las fechas que da la Xunta

Según la Xunta de Galicia, la primera notificación de la instalación de la infraestructura que permitiría la playa fluvial se recibió el 21 de mayo en la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil. Una semana más tarde, el Gobierno gallego dio respuesta favorable.

A partir de ahí, el 7 de julio, en pleno verano ya, el Ayuntamiento de Lugo solicitó a la Dirección General de Patrimonio Natural la autorización para llevar a cabo una prospección para comprobar la presencia de náyades (moluscos amenazados) en la zona. En la solicitud ya se concretaba que los trabajos preveían ser realizados entre los meses de julio y agosto, «lo que refleja también la desidia o el poco interés del gobierno local en instalar la plataforma, toda vez que la autorización de la Confederación Hidrográfica para su instalación comprende únicamente de 15 de junio a 15 de septiembre». La Xunta autorizó la prospección al día siguiente, el 8 de julio. Es decir, al día siguiente.

Posteriormente, el 17 de julio se recibe en Patrimonio Natural una nueva solicitud, en este caso para trasladar los 30 ejemplares de náyades detectados en la prospección, lo que se autorizó este lunes 21 de julio, «después de reclamar el viernes 18 a la empresa Biosfera una documentación necesaria que faltaba en la solicitud», aclara el delegado.

Con estas fechas, la Xunta de Galicia culpa al Ayuntamiento lucense de que este año tampoco se pueda disfrutar de la playa fluvial y, por lo tanto, depura sus responsabilidades al respecto.

Mientras, el proyecto continúa siendo una promesa incumplida para los habitantes de Lugo y los turistas que visitan en estos días la ciudad.