Miguel Ruiz Madruga

Miguel Ruiz MadrugaJesús Caparrós

Miguel Ruiz Madruga, alcalde de Encinarejo

«El andalucismo es ahora más necesario para defender a España»

El popular, con tres mandatos consecutivos, desea seguir trabajando en la alcaldía desde el próximo 28M

Aunque Miguel Ruiz Madruga (Madrid, 1970) milita en el Partido Popular nos ha dado un titular andalucista. De hecho, él se confiesa en las próximas líneas, y se declara andalucista aún, cosa que tiene su mérito porque el andalucismo, oficialmente, tuvo un traumático final. Nuestro entrevistado tiró de oficio durante aquella catástrofe - es técnico en emergencias sanitarias- y encontró su lugar en un PP que aglutinó a conservadores, liberales, y gente del centro izquierda un tanto huérfanos políticamente. No fue mal fichaje porque Madruga - así se le conoce popularmente- llegó a la alcaldía de Encinarejo en 2011 y ahí sigue porque así lo quieren los vecinos. Y es rara la semana que Madruga no envía un mensaje por redes sociales con algún proyecto acabado, otro encima de la mesa empapelada de la alcaldía o un evento festivo para celebrar la vida en una ‘entidad local autónoma’ que se ha convertido en ejemplo de gestión y efectividad. Ahora andan preparando el Día de Andalucía, en el que homenajearán a El Pele, y Miguel Ruiz Madruga tratará de no derramar unas lágrimas de emoción verde y blanca. Todo apunta a que eso no lo conseguirá.
Miguel Ruiz Madruga

Miguel Ruiz MadrugaJesús Caparrós

- Para los que se pierdan, sitúenos a Encinarejo en el mapa.
- Encinarejo es un pueblo de colonización y está a la misma distancia de Córdoba que de Almodóvar. Es un pueblo pegado al Guadalquivir, lo que le da una impronta. Es un pueblo que se hizo para que las personas se buscasen un futuro con la tierra. No hay nada más bonito que buscarse la vida en lo primario, en lo que nos ha dado siempre de comer, que es la tierra. Encinarejo ha crecido de forma muy sana porque todos los que han estado allí lo han protegido de alguna manera. Es verdad que unos lo han hecho avanzar más, otros menos, y pasos atrás prácticamente no se han dado, pero se ha protegido en todos sus aspectos; en lo urbanístico, en lo cultural y en todo lo inmaterial. Lo que han hecho las nuevas incorporaciones en estos últimos años es enriquecer lo que había, aportando cosas nuevas a su vida social. Y siempre en positivo.Yo siempre digo que es una perla dentro del municipio de Córdoba, porque es todavía desconocido para muchos cordobeses pero que cuando van por lo que sea , se enamoran. Creo que es por la tranquilidad que se respira, por sus casas blancas, el olor a azahar en primavera o el campo que lo rodea.
- Habla usted de pueblo pero no de ELA.
- Sí, porque al final la ELA (Entidad Local Autónoma) pertenece al ámbito administrativo del pueblo. la que lo gestiona. Encinarejo es un pueblo y al final el concepto de pueblo es la unión de personas que viven en un mismo territorio y con un objetivo común.
- Un pueblo que no para.
- Encinarejo no para. Ha avanzado y lo ha hecho bien. Fueron años difíciles desde el 2004 al 2007 por una gestión que no fue la más adecuada, pero luego el pueblo se recuperó rápidamente y volvió a coger su veredita. Ha prosperado y mucho. Si hablamos de los indicadores hasta me sonrojo, porque la evolución ha sido espectacular.
- ¿Y cuál ha sido esa evolución?
- Lo primero es que, cuando me dieron la posibilidad de gobernar el pueblo en 2011, puse mucho énfasis en la parte social. Como muchos pueblos de Andalucía, Encinarejo estaba encanallado. La política estaba sobreexcitada y eso había roto familias y amistades. Hoy el pueblo no es así, es un pueblo en armonía. La política tiene el papel que debe tener en la vida. En unas elecciones cada uno tiene que posicionarse y luego, durante el año, habrá debates que lleguen a la sociedad y que tengan que estar en el día a día del pueblo y otros que no, pues son de puro trámite. También hemos ordenado nuestras finanzas, porque es utópico que un coche pueda andar sin gasolina. Un ayuntamiento es exactamente igual. Para hacer cualquier tipo de política tú tienes que tener cómo hacerla, y eso te lo da la economía. Y ahí hemos sido muy rigurosos, porque, salvando las distancias, hemos entendido que la gestión de un ayuntamiento es como la gestión de una empresa. Al final hay que ordenar las cuentas, trabajar bien los ingresos y los gastos, contar con un plan de tesorería, y medir muy bien las inversiones que haya que financiar a crédito. Esa parte económica ha hecho que a día de hoy nosotros, como equipo de gobierno, podamos abordar cualquier tipo de política, sin tener que ir al endeudamiento. En 2011 cuando llegamos, se debía más de lo que se podía ingresar. Años después el remanente fue positivo y podemos decir a día de hoy que somos un pueblo con ‘deuda cero’.
- ¿Usted es de derechas, de centro moderado o simplemente resolutivo?
- Yo soy gestor, pero vengo del andalucismo. O sea, yo vengo del centro izquierda. Soy una construcción a lo largo de los años. Era muy utópico con 20 y ahora soy más realista en algunas cosas. Pero no he perdido nunca la esencia. He tenido siempre un concepto social, que el mundo avance pero con equilibrio y que los menos tienen no se vean abandonados. Desde luego nada que ver con lo que está pasando ahora, esa falsedad que estamos viendo. Se ha institucionalizado una forma de vivir del cuento con la que no estoy de acuerdo. Creo que soy raro porque he evolucionado mucho en lo económico y me defino como un liberal con matices, pero sigo teniendo ese concepto de ‘lo social’. Sí cometí un error gravísimo cuando el PA gobernada con el PSOE, que nosotros hablábamos de la ley de comarcalización y de la supresión de las diputaciones. Creo que ha sido mi mayor error conceptual. Y claro que he evolucionado, pero no me encasillo tampoco.

Como muchos pueblos de Andalucía, Encinarejo estaba encanallado. La política estaba sobreexcitada y eso había roto familias y amistades.

- ¿Queda por tanto en usted más del andalucista que fue que del profesional sanitario?
- No. De sanitario me queda todo. Y del andalucista también, de los dos (ríe). Hace poco tuve la oportunidad de estar con Rojas Marcos y con José Luis Villar, que está escribiendo la historia del andalucismo, y a mí se me iluminaba la cara al recordar aquella época, porque yo la viví con mucha intensidad . Yo sigo siendo andalucista, lo que pasa es que el andalucismo lo capitalizó el Partido Andalucista, y el andalucismo es algo que se puede defender, de verdad, desde cualquier posición política. Pero no cogiendo la bandera del andalucismo para crear un régimen como el que se creó aquí y luego no dejar de ser una sucursal de Madrid. Andalucía tiene que tener un papel dentro de España, y creo que ese papel ya lo hicimos cuando volcamos ese concepto de la España de las dos velocidades, con autonomías con unas capacidades de desarrollo diferentes a otras. Ahí Andalucía fue el árbitro y dijo que no, que todas por igual. Ese papel moderador debe seguir ejerciéndolo, porque España continúa teniendo amenazas, sobre todo con un presidente del Gobierno que es capaz de venderlo todo por seguir en el poder. Eso convierte en más necesario al andalucismo que defiende a Andalucía para defender a España.
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- Aunque no se ubique ideológicamente ¿cuantas veces ha tenido que decir lo de cuerpo a tierra que vienen los míos?
- (Ríe) Yo siempre digo que los partidos políticos son organizaciones humanas, y he estado en muchas organizaciones. Viví una época en el sindicalismo y no dista mucho de lo que es un partido político. He estado en una sociedad científica y, con matices, tampoco se diferencia mucho de un partido político. ¿Por qué? Porque son organizaciones humanas. Depende de que haya más o menos intereses en ese tipo de organizaciones, porque al final es lo mismo. Lo que sí es verdad es que ese concepto de ser precavido con los tuyos se debe a la pérdida de valores y principios en la sociedad, lo que hace que te encuentres gente que estando a tu lado, es capaz de matarte por estar donde tú estás. Pero no solo ocurre en los partidos políticos, sino en todas las organizaciones compuestas por personas.
- ¿Cuál es el secreto para seguir ganando en las urnas elecciones tras elecciones?
- Creo que es la ilusión. Yo es que siempre he sido un enamorado de la política. Y además tengo un privilegio y es que no necesito vivir de ella. Eso es muy importante porque siempre me ha dado muchísima libertad. Ahora estoy en excedencia forzosa por ser cargo público y en quince días podría incorporarme a mi puesto de trabajo. Así que estoy porque me apetece. Estoy haciendo lo que me gusta, y se me nota. Pongo en ello lo que quizás no se le note a otros políticos, y es lo emocional, por eso también sufro mucho. Sufro cuando ves que las cosas no van bien, que hay gente cercana que no está cumpliendo con lo que debe hacer. Pero eso al final lo ve la gente. Ven a los que se han partido la cara porque las cosas funcionen, incluso perdiendo amigos. Así que creo que la ilusión y el corazón que pongo en mi trabajo hace que la gente siga creyendo en mí. En política te votan más por lo que vas a hacer que por lo que has hecho. Pero lo que has hecho te da credibilidad o no para que te voten. Si tú has cumplido con lo que has dicho y además han visto que lo has peleado, una gran mayoría te sigue votando.
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Tengo un privilegio y es que no necesito vivir de la política. Eso es muy importante porque siempre me ha dado muchísima libertad.

- Tengo entendido que Encinarejo y su equipo de gobierno lo van a dar todo para el 28 de febrero.
- Es que venimos de donde venimos. Es algo que nos tira. Celebramos también, con mucha intensidad, la Fiesta Nacional en octubre. Pero es verdad que el Día de Andalucía es , para nosotros, algo muy especial. Tenemos un festival de flamenco que lleva treinta ediciones ya. Y luego institucionalizamos unos reconocimientos que son los ‘Encinarejo blanco y verde’. El Día de Andalucía para nosotros es un día de agradecimiento, de reconocimiento, de valorar lo que somos como pueblo, de hermanarnos otra vez. Es que vivimos en un sitio privilegiado. Andalucía es la mejor tierra del mundo. Nos ha faltado gente que nos lidere bien, y ahora, gracias a Dios, creo que la tenemos.
Siempre el Día de Andalucía nos ha servido para hacer una reflexión, una reflexión que a veces trascendía el pueblo, como pueblo pequeño. Y fundamentalmente es un día de fiesta. Con el covid parece que estabilizado, volveremos a celebrarlo con intensidad.
-¿Va a haber desayuno molinero?
- Sí, e izada de bandera. Los niños lo van a disfrutar, que eso emociona. Ver a nuestros ‘cachorros’, unos 300, con su bandera, recogiendo sus premios de concurso de pintura, es algo que a mí me emociona. Y todos los años, aunque me proponga no hacerlo, acabo llorando de la emoción. Esa es la esencia de Andalucía y serán los que tendrán que tirar de ella y defender esta tierra cuando nosotros pasemos a un segundo lugar.
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