Ilustración del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la deuda española

Ilustración del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la deuda españolaLu Tolstova

La moto hace perla

La moto, es un malísimo símil para aplicarlo a la evolución positiva de la economía, impropio del gobernante capaz

Tradicionalmente, el mes de diciembre ocupa a la mayoría de gobiernos, bancos centrales, institutos de predicción económica, medios de comunicación, entidades bancarias y un largo etcétera, en la publicación de informes, llenos de cifras, gráficos, argumentos prolijos que ilustran sobre estimaciones de inflación, tipos de interés, de cambio de divisas, precios de materias primas, escenarios políticos, todo adornado con un lenguaje enrevesado, no exento de contradicciones, a poco que las predicciones se someten al análisis crítico del sentido común.
Son informes de efímera vida, envejecen rápido, y generalmente fallan en detectar los más clamorosos fenómenos que las enturbian y hacen inservibles apenas ver la luz.
Por ejemplo, pasaron inadvertidos para los más acreditados expertos: el año 2022 con la guerra de Rusia en Ucrania; en 2023 el ataque de Hamás a Israel y los recientes ataques de hutíes de Yemen en apoyo de Hamás. que comprometen el tráfico comercial por el Mar Rojo y Canal de Suez. Eventos, una vez más, que añaden incertidumbre, volatilidad, riesgos — los mayores enemigos de la predicción económica — provocados por la estulticia del hombre.
Conflictos que, a buen seguro, van a ser grandes actores el próximo año, y probablemente mantengan su amenaza destructiva a lo largo del trienio 2024-2026, distorsionando fuertemente la economía global, generalizando el empobrecimiento de la parte más débil, el individuo, en beneficio de pocos, muy pocos, en tanto las potencias se ponen de acuerdo en estabilizar y mitigar los riesgos geopolíticos que a todos afectan.
En el ámbito doméstico, España, la preocupación por un país al que pretenden dividir levantando muros, que conllevan fragmentación, pérdida de cohesión económica y social, empequeñecimiento de la riqueza común a una sociedad avanzada y articulada.
El cuadro anterior, nos ofrece un horizonte poco optimista de progreso en el desarrollo económico, el aumento de la riqueza disponible y el empleo — particularmente el privado — quien, con sus impuestos, sufraga el gasto público, que crece y crece, tal como vemos incrementarse los déficits fiscales y la deuda pública que los financia, cada vez con intereses más elevados.
Y el «piloto» de esa moto imaginaria, sometido en su conducción, a la voluntad minoritaria de fuerzas políticas generosamente sobrerrepresentadas por la Ley General Electoral vigente.

¿Y la moto, hacia dónde va?

La moto, es un malísimo símil para aplicarlo a la evolución positiva de la economía, impropio del gobernante capaz. Me explico: la moto, vehículo de equilibrio inestable, toma su mayor velocidad en bajada, lo que, en términos económicos, apunta a descenso, con riesgo de caída, entrada en hospital para recuperar y sanar, y hombres de negro en estado en alerta para ajustar lo necesario y reparar el daño.
Personalmente, preferiría escuchar «la economía va en cohete», de trayectoria ascendente, pero los augures hoy no nos dan para eso, ni el gobierno tampoco. La moto España, parece manejada por voluntades distintas a quien se supone encargado de conducirla con diligencia y pericia, y en tales condiciones, perdemos rumbo y destino.

Predicciones, ¿para qué?

Hace ya más de 20 años que apenas leo los informes que recibo. Mis predicciones, se han adaptado al modelo del arúspice romano, con las tripas (las mías propias, no me acusen de maltrato animal), añadiendo «la regla del dedo gordo» — la influencia de la incertidumbre, el azar, la casualidad —, la cual puede competir honrosamente con todo modelo macroeconómico, Inteligencia Artificial, computación cuántica, bola de cristal y lo que se ponga por delante.
Decía el Dr. Alan Greenspan (1926) — quien fuera presidente de la Reserva Federal americana (FED) durante 19 años — con frecuencia reconocido en la época como el «segundo ciudadano americano más poderoso», que sus modelos de predicción acertaban un 60% y erraban en un 40%.
La crisis financiera global de 2008, llevó al presidente de la FED citado, a reconocer su error predictivo, por la falta de regulación de determinados productos financieros, a los que motejó como «armas de confusión masiva». Los daños colaterales de aquella crisis, a buen seguro los conoce el lector.
El mundo de hoy, va recorriendo muy deprisa el camino de un cambio de época, tan rápido, que apenas tenemos tiempo de capturar su incidencia en nuestra vida cotidiana, un carrusel de noticias que nos encierra en un bosque del cual no terminamos de salir, presos de la inmediatez, de la hiperinflación de la información, de la noticia falsa manipuladora que nubla el claro juicio de la razón.
Predicciones, ¿para qué?

Las perlas, los datos

Arriesgando mi predicción para 2024, con alcance limitado, 40% de acierto y 60% errónea:
• Los precios de los alimentos seguirán subiendo con fuerza. Tomando como base el mes de noviembre de 2019, los precios llevan una subida acumulada de 31,6% hasta noviembre de 2023, lo que significa una pérdida significativa de capacidad de gasto y ahorro. Factores como menor producción agrícola imputable a sequias y disminución de la extensión del campo español, suponen en parte, la explicación del porqué de los elevados precios y su resistencia a la baja.
• El paro total, eterno problema de la economía española (11,84%), y particularmente entre los jóvenes (27,82%); (Fuente: INE, T3 2023).
Espero una reducción moderada hasta el 10% en el paro total, y un rango del 24 al 26% en el juvenil.
• Tipos de interés. Conociendo ya que la FED tiene intención de rebajar sus tipos a lo largo de 2024, todo apunta a que el Banco Central Europeo (BCE) seguiría el mismo camino, con ligeros recortes, toda vez que la inflación se podría situar en un rango de 2,5-3%, cercano ya al 2% que fija el BCE como objetivo de cumplimiento.
• Deuda pública, a partir de 2025, recorte del 1% del hasta situarla en el 90% del PIB (año 2032), y del 0,5% en el tramo 90 - 60% del PIB (año 2044).

Bruselas exige rebajar la deuda pública

Las nuevas reglas fiscales, que serán sometidas a votación en el Parlamento europeo, en su sesión plenaria de enero 2024, requieren a los países miembros de una reducción paulatina de su deuda pública, hasta situarla a niveles del 60% de su PIB.
En el caso de España, la reducción estimada, sería de aproximadamente 245.000 millones de euros, aplicable durante 19 años, a partir del año 2025, hasta 2044, año en que la deuda pública se situaría en el 60% del PIB estimado, 1.358. miles de millones de euros, para un PIB de 2.293 mm euros respectivamente. Salvo que cambien las reglas… cuán largo me lo fiais amigo Sancho.
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