De comienzo en comienzoElena Murillo

Cofrades, vivamos la cuaresma

Actualizada 00:02

El estreno del mes de marzo nos lleva a un viernes cofrade por excelencia el próximo día 3. La calle María Auxiliadora se convertirá en un hervidero propio de los días grandes, cercano a la actividad de la Semana Santa. Es la antesala de lo que será un Viernes de Dolores no menos concurrido. Este primer viernes es un día en el que manda la tradición, en el que el ir y venir de cofrades por el entorno de San Lorenzo se aviva; un día en el que se respira ambiente festivo y en el que no es extraño departir con amigos sobre la cuaresma que estamos recorriendo y que nos llevará a vivir los misterios de la pasión del Señor.
Este mes en el que irrumpe la primavera, se saborea todo mucho mejor. Los días son más largos y las vísperas hay que exprimirlas al máximo. Es tiempo de tertulias en torno a un café paladeando un pestiño o una torrija; de observar cómo brota el azahar para impregnar la atmósfera con su aroma embriagador; de escuchar la música en las iglesias, en un concierto o en esos últimos y esmerados ensayos en los que se van afinando las bellas composiciones que sonarán en los acompañamientos procesionales; de ver y admirar altares y estrenos, arte efímero y duradero que se hace realidad con esfuerzo y cariño; de preparar con mimo la túnica y el costal, de sacar brillo a varas y ciriales, de pensar en exornos florales…, de tantas y tan diversas experiencias propias del momento.
Y en este clima, no se puede olvidar que también es tiempo de desierto, de ayuno, de reflexión, de limosna, de disponer el corazón en la intimidad de la oración. La imposición de la ceniza abría hace una semana esta cuarentena. Ya se han sucedido cultos, meditaciones, vía crucis y besapiés que serán relevados por otros tantos actos; y, que como decía al principio, suponen un punto álgido pasado mañana.
En forma de besamanos, besapiés, o como acto de veneración, el primer viernes de marzo es de visita obligada a la Axerquía. Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado, que cada viernes recibe las plegarias de sus devotos, luce más espléndido aún en esta jornada. En el santuario de María Auxiliadora, Nuestro Padre Jesús Divino Salvador en su Prendimiento tendrá una cita con los niños del colegio que pasarán a venerarlo. La Muy Humilde y Antigua Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo del Remedio de Ánimas y Nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas volverá a regalarnos una catequesis plástica en la que poder adentrarnos en el momento en el que las tinieblas se adueñan de la tierra. Y también en este día cerca de San Lorenzo, en Puerta Nueva, la nueva devoción que se plasma en Nuestro Padre Jesús de la Salud viene a completar un círculo que dejará un buen sabor en el paladar de los que nos deleitamos con la belleza de las imágenes sagradas.
Cofrades, vivamos cada día de la cuaresma y no tendremos la sensación de que la Semana Santa pasa en un suspiro.
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