La culpa fue de Walt DisneyBlas Jesús Muñoz

Los fracasados y el gran olvidado

«Un premio de consolación por si Planas y Crespín lo dejan antes de tiempo, mientras queda la pregunta de lo que sucede con Antonio Ruiz»

Actualizada 05:00

El tabaco dicen que mata; mientras la política tritura y recoloca (tanto cuando se gana como cuando se pierde). Pero la derrota (que ya decíamos que no era útil), además de tener una digestión tan pesada como la de un cocido a mitad del mes de julio, lo complica todo más.
Hay que recolocar y eso no es siempre cosa sencilla. Ni siquiera para el PSOE, que es bien conocido por sus actitudes poco amistosas con la libertad, pero también por ser agradecido con los suyos, a los que siempre ha sabido reciclar para los más variados puestos a quienes prestaron sus servicios al amado partido.
Lo que sucede que, tras las municipales (que también afectaron a las diputaciones) la derrota ha sido tan amplia que no tienen apenas cargos donde recolocar a tanta gente. Cargos públicos y puestos derivados que, de camino, pagamos todos.
Puestos en gabinetes, coordinadores, directores y ese largo etcétera de posibles destinos vacacionales, ya no son ese resort socialista de antaño y, para colmo, muchos alcaldes de la provincia (que parecían intocables) han sufrido el castigo de sus vecinos en localidades como Palma del Río o Pedroche.
Allí el PP los ha vencido y ha mandado a la oposición a Esperanza Caro y a Pedro de la Fuente. Tras el fracaso en las urnas, queda una reválida en forma de elecciones generales y listas al Congreso por Córdoba, donde Caro y de la Fuente ocuparán los puestos cuatro y cinco. Tal vez, en otra época eso hubiera sido garantía de un futuro asegurado en Madrid, pero visto lo visto su aparición en la candidatura es más simbólica que efectiva.
Un premio de consolación por si Planas y Crespín lo dejan antes de tiempo, mientras queda la pregunta de lo que sucede con Antonio Ruiz, aun presidente en funciones de la Diputación y de la Alcaldía de Rute. Ambos cargos caducan en unos días y, de momento, parece el gran olvidado y que su partido le deja mucho tiempo libre, demasiado.
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