De comienzo en comienzoElena Murillo

Un colegio hecho Belén

«Esa era la percepción que el pasado sábado se sentía al traspasar las puertas del patio del Colegio Salesianos de Córdoba»

Actualizada 05:00

Cuando una comunidad educativa camina al unísono, sus logros son evidentes y se pueden percibir aún sin pertenecer a ella. Como una banda sonora en la que cada uno interpreta su nota correspondiente para ofrecer una bella melodía o quizá como las piezas de un complicado puzle donde todo encaja a la perfección; esa era la percepción que el pasado sábado se sentía al traspasar las puertas del patio del Colegio Salesianos de Córdoba. Una etapa educativa completa haciendo una maravillosa interpretación propia del tiempo inminente de Navidad. ¿Existe fórmula mejor para entender bien este acontecimiento que haciendo una inmersión en el propio portal de Belén?
Se desprendían horas de trabajo en la recreación de las diferentes escenas que iban cobrando vida con los alumnos de Primaria, cada uno actuando en su papel correspondiente: pastores pendientes del rebaño; vendedores de telas, frutas o carnes; carpinteros; panaderos que amasaban y horneaban el pan; posaderos; escribanos que no paraban de trazar signos; amén de los personajes principales que no es necesario enumerar y que, como Herodes y sus cómplices romanos, iban tejiendo la estructura de la época en la reproducción propia de dicha sociedad. Un trabajo encomiable de profesores que consiguieron que los escolares dejaran boquiabierto al espectador, cada cual sumergido en su oficio, representando la vida de la ciudad.
Belén del colegio Salesianos

Belén del colegio Salesianos

Observando este magnífico Belén viviente, imaginé por un momento la cueva de Greccio y a San Francisco de Asís rodeado de aquellos campesinos que interpretaban los hechos narrados por el evangelista San Lucas. El patio del colegio Salesianos también se asemejaba a la misma ciudad de Belén y, como aquellos campesinos, este momento también quedará grabado a fuego, en niños y mayores, para no olvidarlo jamás.
Espléndido, sensacional, si tuviera que definirlo con una sola palabra: espectacular. Con un comportamiento ejemplar por parte de todos los participantes, organizadores y familias, quedó demostrado que es fundamental remar en la misma dirección para dejar grabada la huella del éxito que marca este modelo de actividad.
Si esta vez te lo has perdido, me atrevo a decir que existirán más oportunidades para poder admirarlo en una nueva edición; porque si este año se ha celebrado la sexta, en los años venideros llegarán experiencias similares y probablemente mejores.
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