El rodadero de los lobosJesús Cabrera

Un paseo diferente por Córdoba

La riqueza de los enclaves no está sólo en su aspecto externo, sino que también está en quienes pasaron antes por ahí o por nuestras propias vivencias

Actualizada 04:30

Por mucho que uno crea que conozca un lugar siempre hay alguien que le hace fijar la atención en detalles que hasta ahora han pasado desapercibidos. La riqueza de los enclaves no está sólo en su aspecto externo, sino que también está en quienes pasaron antes por ahí o por nuestras propias vivencias. Esto lo enriquece y hace que un lugar aparentemente anodino sea siempre una referencia a la que volver, para reencontrarnos con lo que es y con lo que significa para nosotros.

Este ejercicio es el que ha realizado Joaquín Pérez Azaústre con el libro ‘Córdoba. Deseo y ámbar’ que esta semana se presentaba en el Salón de los Mosaicos del Alcázar de los Reyes Cristianos. El libro, una edición cuidada hasta el extremo por Tintablanca, forma parte de una colección dedicada a las 15 ciudades españolas que son Patrimonio Mundial y en la que participan destacadas firmas.

El editor, Manuel Mateo Pérez, explicó en la presentación que el libro dedicado a Córdoba no podía escribirlo otra persona que Joaquín Pérez Azaústre, quien aceptó el reto como un honor para gozar de una libertad a la hora de construir el texto que no suele ser común en el mundo editorial.

El autor, que confiesa que la parte personal no ocupa más de un 20 por ciento del libro, propone al lector la experiencia de dejarse pasear por Córdoba a través de una ruta en la que por mucho que uno crea conocerla se va a sorprender al descubrirla a través de otros ojos. Efectivamente, es la ciudad de Pérez Azaústre, en la que nació, creció y es la que recuerda desde la distancia, a la que siempre vuelve.

Por esto el libro, que cuenta con ilustraciones de Diego Gadir, arranca y termina donde comiezan y finalizan sus estancias en Córdoba: en la estación de ferrocarriles. Al lado, en los jardines de la Agricultura se condensa la historia y un puñado de personajes que dieron brillo a la ciudad, como desveló en la presentación del libro.

Entre medias, a lo largo del texto, se entremezclan monumentos y tabernas, calles y kioscos de prensa que lentamente pasan al olvido pero que forman parte de una ciudad compartida por todos y que Pérez Azaústre abre generosamente tanto para quien cree conocer la ciudad como para aquel que busca sumergirse por primera vez en un icono universal.

A lo largo de los tiempos ha crecido la bibliografia sobre Córdoba de forma considerable. Muchos libros se adentran en el cuerpo y en el alma de una ciudad que nunca ha pasado desapercibida y en esta ocasión ‘Córdoba. Deseo y ámbar’ nos ofrece una oportunidad distinta de conocer a través de unas páginas que son tanto para leer como para releer.

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