Una nueva experiencia
«Que el castillo sea medieval es lo de menos, lo que se valora es que en el patio te permitan comer con las manos una carne servida por un camarero vestido de guardarropía»
Lo que se lleva hoy día en la sociedad es lo que se ha dado en llamar la cultura de la experiencia. El valor objetivo de algo ha desaparecido y ha sido sustituido por el subjetivo, por aquel que cada uno le quiera dar. Que el castillo sea medieval es lo de menos, lo que hoy se valora es que en el patio te permitan comer con las manos una carne servida por un camarero vestido de guardarropía.
La experiencia es lo que se valora. Y lo que atrae a la gente. Ya lo hemos visto con los patios, a los que se promociona en algunas ocasiones con el acento puesto en cuestiones que los cordobeses sabemos que son pura ficción. Lo importante no es lo que es, sino lo que parece, lo que te hacen ver. La experiencia.
En Córdoba se podría desplegar todo un catálogo de experiencias con las diversas celebraciones que se suceden a lo largo del año. ¿Imaginan la que podría liar un buen publicista con la experiencia del huevo duro en la romería de hoy en Santo Domingo? Y lo mismo con la Feria de la Salud, con la Semana Santa o con los cines de verano, que están de plena actualidad.
Lo que sí tendra este año una nueva experiencia va a ser las Cruces de Mayo y no por imperativo turístico ni comercial, sino para frenar el desmadre que se produjo el pasado año en algunas de ellas y que ya estaba avisando desde hace algunos años. Por eso, el Ayuntamiento ha elaborado un novedoso plan de seguridad que supone un salto considerable con lo que se ha vivido hasta ahora.
Así, ir a algunas cruces esta semana va a suponer una nueva experiencia hasta ahora inédita en Córdoba. Desde estar vigilados por cámaras dotadas con un software de inteligencia artificial a llegar a ellas a través de unos itinerarios prefijados. «Por esta calle no, que es de salida; por aquélla, hay que dar un rodeo». Como en la Semana Santa, se podrían hacer unos libritos con horarios, recorridos y aforos, que serán de gran utilidad. Porque en este primer año, por mucho que en los medios de comunicación lo hayamos explicado hasta la extenuación, la masa siempre estará despistada, empeñada en hacer lo que siempre ha hecho, en salirse con la suya para desesperación de la Policía Local.
Ocurra lo que ocurra, lo cierto será que este año se vivirá una experiencia nueva a la hora de visitar las cruces. Será un giro importante en esta tradición, como cuando se incorporaron las barras y los bafles.