Firma invitadaBartolomé Madrid Olmo

Sabotaje

Actualizada 04:30

Recoge la RAE que sabotaje es el daño que se hace en instalaciones, productos, etc., como procedimiento de lucha contra los patronos, contra el Estado o contra las fuerzas de ocupación en conflictos sociales o políticos.

En los últimos días, el ministro que alcanzó el cenit del servilismo con aquello del «puto amo», el mismo que día tras día hace gala de su incapacidad para gestionar la cartera de Transportes y Movilidad Sostenible, evidencia ante el ciudadano machacado por el caos ferroviario su enorme y singular maestría para asentar en paranoias conspiranoicas lo que acontece en su área de competencia, y a la mínima de cambio convierte un simple robo de cobre en un «grave acto de sabotaje», incluso antes del inicio de la investigación.

Este ministro sagaz, probablemente audaz para ciertas cosas y nítidamente verborreico, con estas «virtudes» se configura día tras día como un gran adalid del fomento en redes sociales de la política de cloacas en la que se desenvuelve como pez en el fango, convirtiendo su responsabilidad en improvisación, propaganda, demagogia, ataques furibundos al adversario político y falta de respeto a una ciudadanía que asiste impertérrita al ocaso de un sistema ferroviario que en épocas pre sanchistas fue un orgullo de país. Se podría decir, sin mucho temor a equivocarnos, que aquella expresión popular de «acabar con la RENFE» aplicada de forma sarcástica a quienes tienen la compleja capacidad de estropearlo todo, en el caso del ministro Puente se va a convertir en una realidad literal.

La riqueza del tan denostado idioma común por este socialismo de nuevo cuño nos trae a colación otra expresión que se ajusta como anillo al dedo de este singular personaje. Así, se ha dicho in illo tempore que «si quieres conocer a Juanillo dale un carguillo». Y en ello estamos, conociendo al tertuliano parlamentario, al influencer jocoso y al enemigo político que utiliza los recursos públicos para embarrar el pasado de quienes osan pedirle explicaciones sobre sus acciones de desgobierno.

Pero retomando la osadía demostrada con lo del sabotaje, y teniendo en cuenta la definición de la RAE expuesta, hemos de preguntarnos forzosamente el porqué de tal calificación del acto delictivo y surge como un resorte cuestionarnos si el ministro que insulta a periodistas y vive agazapado al acecho en redes sociales se considera parte del Estado, patrono del mismo o fuerza de ocupación. No es baladí la interrogante, puesto que sería de gran ayuda a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado conocer esto para tratar de cercar al enemigo responsable de tan miserable acción, ya que no gozan del mismo perfil los activistas sociales o políticos antisistema (protegidos por el propio sistema) que los resilientes ante los nuevos patronos del cortijo monclovita o quienes sufren de intolerancia (democrática o no) hacia un partido okupa que, con tal de mantener los votos que le proporcionaron el cetro de la indignidad, vende a cachos el patrimonio patrio, erosiona a ritmo de telenovela la imagen internacional de un gran país y convierte las instituciones del Estado en sucursales del CNI (Centro Nacional de Indigencia).

También es muy posible que mi análisis no sea nada correcto y la locuacidad del personaje le haya provocado tal desliz que en realidad lo que ha hecho ha sido poner al descubierto toda una estrategia perez-revertiana, al modo de la novela Sabotaje en la que durante la guerra civil el espía Lorenzo Falcó es enviado por el bando nacional a Paris para destruir el Guernica de Picasso, porque no es descartable que lo que acontece sea algo parecido. Puestos a elucubrar dentro del surrealismo político que nos azota y la inmundicia moral que gobierna esta maltratada España, no sería de extrañar que el nombramiento de Puente tuviese como principal objetivo sabotear lo que funcionaba para cargar contra la oposición y robustecer el muro construido por el desertor de Paiporta.

Si fuese así, la RAE debería incluir una nueva acepción en la definición de «sabotaje» como procedimiento de lucha del Estado contra el propio Estado con fines espurios. Y al mismo tiempo Arturo Pérez Reverte podría resucitar a su personaje Falcó en una nueva novela con el posible título de Sabotaje 2, la historia de un espía enviado por el Gobierno de España para acabar con La RENFE.

Bartolomé Madrid Olmo es Diputado nacional y Alcalde de Añora

comentarios

Más de Córdoba - Opinión

tracking