Miguel David Pozo León

Miguel David Pozo LeónJesús D. Caparrós Carretero

Miguel David Pozo, párroco

« Lo que salva a las personas es el amor»

El sacerdote desarrolla su labor pastoral en Santa Luisa de Marillac, en el Polígono del Guadalquivir

El barrio o Polígono del Guadalquivir figura como uno de los barrios más pobres de España, según los datos del INE y el informe Urban Audit. Tras las cifras y la estadística encontramos la humana realidad de familias desestructuradas, inmigración, droga y desempleo. Es la misma ciudad, Córdoba, con cuatro patrimonios de la Humanidad, pero en su reverso más duro y menos bello. Miguel David Pozo (El Carpio, Córdoba, 1967) es un cura que quiere llevar la belleza al barrio a través de acciones concretas, perdurables y cristianas. El párroco de Santa Luisa de Marillac ha puesto en marcha junto con su comunidad proyectos como ‘La maleta de Luisa’, que acoge a jóvenes que están en la calle. ‘Puerta verde’, para los chiquillos de 4 a 16 años del Polígono y el Sector Sur que parten con desventaja en la vida; el apoyo escolar por la tardes en la escuela de padres… Como muchas parroquias, Santa Luisa de Marillac es una comunidad viva gracias a una trabajada y fructífera labor pastoral, que en este caso se torna más necesaria y se valora más porque recae sobre los que menos tienen por nacer donde nacen. Y es una importante llamada de atención desde el otro lado del puente, donde existen cordobeses que no solo merecen salir en las estadísticas sobre exclusión.
Allí hay un párroco que trata de evitar que eso suceda con alegría y esperanza, que no es poco para los tiempos que corren.
- En las valoraciones de Google, esta parroquia está premiada con cuatro estrellas y media.
- ¿Eso qué significa? Cuéntame…
- Que los usuarios de Internet valoran su labor en Google, cosa que me ha resultado llamativa.
- ¿Y cuál es el máximo de estrellas?
- Cinco.
- ¡No me digas! Oye, eso está bien. Cuatro estrellas y media…
- Una feligresa dice que usted predica la mejor Misa del Gallo que ella haya visto en su vida.
- Me lo creo (sonríe). Y eso que es a las siete en lugar de a las doce. Pero me lo creo.
- Todas las valoraciones en Google son positivas, por cierto. Dicen cosas muy bonitas de esta parroquia.
- Hacemos cosas muy bonitas en esta parroquia. Oye, pues eso me alegra, que seamos mediáticos.Una de las cosas positivas que he hecho es conseguir que Córdoba mire y cruce el puente, física, espiritual o afectivamente hacia este barrio, hacia esta gente. Y eso es bueno.
-Lo que parece claro, según los comentarios, es que el párroco predica con el ejemplo, cosa que es posiblemente la mejor homilía.
- Hombre, lo que convence es tu vida. Yo lo intento.
-¿Qué hay dentro de ‘La maleta de Luisa’?
- Espacio para el que no tiene sitio. Gente que se queda sin sitio físico, incluso afectivo, en la ‘maleta’ lo tiene. La maleta no tiene tiempo ni límites, igual que el corazón de una madre. La maleta tiene mucha pedagogía. Representa a la Iglesia, que es la madre que siempre te coge cuando nadie lo hace. Luego, tiene un espacio que no encuentras en otros recursos. No tiene dinero, pero sí mucho espacio.
- ¿Es la falta de sitio afectivo una de las mayores pobrezas?
- Yo sigo firmando y afirmando que lo que salva a la persona es el amor. Estoy totalmente convencido de eso. Hace poco, en una entrevista que me hicieron en la Cope nacional, sacaron un titular que posteriormente yo rumié. El titular era «¿Quién abraza a la gente que está en la calle?» La gente que está en la calle necesita resguardarse del frío, comida, pero…¿y el afecto? No debe dar pudor ver a un cura hablando de afecto. El afecto hay que cuidarlo y tratarlo.
- Usted además de cura es profesor ¿Nota esa falta de afecto en la gente más joven?
- Evidentemente. Y si no la carencia de ello, tienen un afecto no bien colocado. O descolocado. Pienso que hemos cambiado las prioridades - hasta dentro del núcleo familiar- y en ese cambio de sitio hemos dejado de mirar al lugar que hay que mirar siempre, que es al hijo, a la transmisión de valores, a su tiempo y educación. Estamos en muchas cosas y se ha cambiado el orden. Y eso no es bueno, porque los chicos, la juventud, no está creciendo con raíces. Y sin raíces al árbol se le lleva donde uno quiera, como estamos viendo.
- ¿Y eso qué arreglo tiene?
- La dedicación a tiempo completo. Pienso que lo que uno hace, sin ser salvador de nada, es importante. Además, si se trabaja desde el pesimismo o desde el derrotismo, tu trabajo es más pequeño. Si se hace desde la ilusión, tu trabajo llega a más sitios. Esa es mi forma de pensar y de actuar. Es, en efecto, como la parábola del grano de mostaza. Si tú dices «yo te toco y cambias», pues toca y cambia.
Miguel David Pozo León

Miguel David Pozo LeónJesús D. Caparrós Carretero

- ¿Qué encontramos detrás de ‘La puerta verde’?
- Encontramos mucho ruido, a veces fruto de la alegría, o un eco feo que produce la tristeza. A veces es un chirriar de cosas que se han roto, de niños que vienen rotos porque se rompió el lugar de donde proceden o donde viven. Pero detrás de la puerta verde siempre hay ruido y así debe ser. Porque si tú pasa por una puerta y hay silencio no te entra la curiosidad de abrirla para ver qué hay detrás. Creo que debemos ser curiosos para abrir esas puertas y descubrir pobrezas, necesidades, retos, trabajo… Y no lo hacemos.
- Decía el Papa Benedicto XVI que «erradicar el hambre y la pobreza es imperativo». El Papa Francisco nos exhorta a «salir al encuentro de los pobres».
- Porque es que la pobreza sigue existiendo y supone dos cosas: la presencia de Cristo y la ‘bofetá’ a nuestra forma de vivir. En el pobre tú tocas a Cristo. Cuando tocas la necesidad estás conociendo al Dios que no se ve. Lo ves descarnadamente. Y la ‘bofetá’ es porque parece increíble que, cruzando un puente, te haga vivir en Calcuta. Te vas a ciertas manzanas de este barrio y es una Córdoba que sigue siendo Córdoba pero que no queremos ver. No es de fácil solución pero sí posible. Responde a causas estructurales, políticas, económicas y sociales. Y hay campos para trabajar en eso.

En el pobre tú tocas a Cristo. Cuando tocas la necesidad estás conociendo al Dios que no se ve.

-También ha dicho el papa Francisco que «la pobreza no se combate con asistencialismo».
- Exactamente. Yo pienso que se combate con cultura y si me permites, con belleza. Pongo mucho en valor la belleza porque aquí hay muchas cosas feas. Familias que no tienen para comer, relaciones feas porque hay maltrato, violencia, alcohol y droga… Y la belleza a todos nos gusta, porque contemplar algo bonito te oxigena. Yo intento crear espacios bonitos en el Polígono. Es bonito desde el pasacalles que hicimos el año pasado en la cabalgata de Reyes, la ‘Puerta verde’ o cualquier cosa que hacemos. Durante la pandemia de Covid fue horrible, porque no llegaban los recursos y aquí había gente que no tenía físicamente nada para comer. Comían gracias a la generosidad, la solidaridad y la caridad. Siempre poníamos música, rumbas y cosas alegres, y no era ninguna tontería, porque la gente que venía desesperada y avergonzada porque tenía hambre se sentía acogida con naturalidad, esperanza y alegría. Con belleza.
Miguel David Pozo León

Miguel David Pozo LeónJesús D. Caparrós Carretero

- ¿Son los ‘menas’ un problema social como algunas voces advierten?
- El problema social es que haya ‘menas’ y no se tenga la valentía o la dedicación de arreglar ese problema. El problema no son los ‘menas’, sino todo menor o chico con la mayoría de edad cumplida que no tiene quien le proporcione un futuro y que le dedique tiempo. Cuando no le dedicas tiempo a gente que lo necesita se destempla y perjudica a la sociedad, porque hace cosas que no debe. Pero no hace cosas distintas un ‘mena’ que un alumno de un instituto de este barrio.
-¿Se ha endurecido el corazón de los cristianos?
- Espero que no. No sé si es que estamos en modo ‘Sálvese quien pueda’ . Una de las características del hombre de hoy es «Primero yo y si puedo, tú», tal vez porque estamos asustados o hay más necesidad, pero ahora atendemos a lo nuestro y a los nuestros, y de vez en cuando y según el tiempo, a los demás. Entonces como la prioridad soy yo, el tú tiene poco espacio. Y así no es que los corazones se endurezcan sino que se parcelan. Hacemos parcelitas de caridad, parcelitas de tiempo, parcelitas de donativo. La gente no quiere una parcela de ti, sino una dedicación tuya hacia ellos. Hay gente que viene a estos barrios a hacer lo que yo llamo «actuaciones estelares». Duran lo que dura la actuación. No, nosotros queremos continuidad. Que pises el terreno, nos quieras y seas de los nuestros. Que dediques el tiempo que puedas, pero con continuidad. He tenido niños de acogida durante muchos años y lo que peor llevábamos eran las visitas institucionales, porque lo peor que tú le puedes hacer a un niño de acogida es recordarle que está acogido. Lo peor que le puedes recordar a un pobre es su pobreza. Aquí, la campaña de reyes, por ejemplo, no se hace con juguetes usados ni colas de niños pobres. Se lleva a cabo con padres que vienen, que dicen lo que quieren para sus hijos, y buscamos familias de Córdoba que lo buscan, y cuando lo tienen, llamamos al papá y se lo damos, para que ese padre, en su dignidad, esa noche se lo pueda regalar a sus hijos. A veces, con buena intención siempre- quiero suponer- venimos a la caridad vertical: «Yo soy el que te doy a ti, porque tú eres el pobre». Bueno, todos podemos ser pobres en un momento dado. Nos puede cambiar la vida. Nosotros en ‘La maleta’ ha habido días que no teníamos para comer. Hemos tirado con lo que tira la gente; de una tarjeta, de un préstamo… Eso de no poder poner la mesa parece un cuento romántico, pero es algo tremendamente real en muchísimas familias de nuestra sociedad. Hay muchas familias ‘normalizadas’ que no tienen un menú que poner.

Hay gente que viene a estos barrios a hacer lo que yo llamo actuaciones estelares. Duran lo que dura la actuación. No, nosotros queremos continuidad"

- Entre las personas que acuden a esta parroquia hay musulmanes. Al final la fe que se profese no es un problema.
- Nosotros nos hacemos presentes en su vida y ellos se hacen presentes con nosotros. Muchos. No solo desde Cáritas. En ‘La maleta’, en su parte externa, chicos que están en pisos o viviendo con otros recursos, vienen a aprender español. Y luego, entre los chicos de ‘La maleta’ que viven con nosotros, hay musulmanes. No es una barrera para nosotros aunque a veces a algunos de ellos les cuesta.
- ¿Qué es lo mejor de este barrio?
Miguel David Pozo León

Miguel David Pozo LeónJesús D. Caparrós Carretero

- Pues como de cada barrio, la gente. Hay gente que parece impresentable, porque no se pueden ‘presentar’ en sociedad, pero pienso que presentar la pobreza, la droga, el tabaco de contrabando, no es malo. Es lo feo que tiene un barrio y no se debe de esconder. En estos barrios es muy fácil arreglar una fachada. Pones una subvención, cosa que está muy bien, y se arregla una manzana. Vale. Pero hay que arreglar por dentro, y eso es más difícil. Aquí hay gente a la que hay que cuidar, a alguna hay que soportarla y a mucha que aplaudirla.
- Lo que sí nos queda claro es que este año tenemos que venir aquí a la Misa del Gallo ¿no?
- Bueno, yo hago lo que puedo con lo que tengo. Tenía misas del gallo maravillosas a las doce de la noche con una comunidad increíble que vibraba, y ahora la tengo a las siete, en un barrio pobre. A esa hora es de noche y seguimos sin tener luz alrededor porque roban los cables. Llevo seis años pidiendo que pongan luz alrededor de la iglesia. Pero yo os invito a que vayáis a cualquier Misa del Gallo. O a cualquier misa, porque es bonito.
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