Misa de María Auxiliadora en el colegio Salesianos

Misa de María Auxiliadora en el colegio SalesianosJesús D. Caparrós

María Auxiliadora hace disfrutar a los suyos

Centenares de personas asisten a la misa celebrada en el patio del colegio Salesianos

La devoción a María Auxiliadora es transversal desde mucho antes de que este término se aplicara a la sociología y a la política. La mejor demostración es la misa que cada 24 de mayo se celebra en el patio del colegio Salesianos antes de la salida procesional de esta imagen. Allí, mayores y pequeños, hombres y mujeres, alumnos y exalumnos, quienes han tenido algo que ver con el centro docente y quienes no están unidos de una manera que es difícil de encontrar en muchas devociones.

Si en algo se caracterizaba el ambiente que se vivía en el patio del colegio era por su tono festivo. Era el día grande de todos y así se notaba en las centenares de personas de todas las edades, de toda condición, que poblaban las sillas de plástico desde las que seguir la ceremonia religiosa.

El vicario general de la Diócesis, Jesús Daniel Alonso, fue quien presidió la misa y, conocedor de la devoción a María Auxiliadora, no dudó en invitar a todos «a disfrutar» del día grande. Ése era el ánimo de todos los asistentes, que habían acudido precisamente a eso, a disfrutar.

El celebrante tenía motivos para esta afirmación. Contó que hace 15 años y 14 días se ordenó sacerdote y que su primer acto fue acudir a la coronación canónica de María Auxiliadora en el bulevar del Gran Capitán, para «poner mi sacerdocio a los pies de la Virgen», algo que ha surtido efecto, ya que «en algunos momentos de mi vida sacerdotal he notado esa presencia».

Casi con toda seguridad, la práctica totalidad de quienes llenaban el patio del Colegio Salesianos podrían contar algo parecido, desde aquel veterano alumno que ya peina canas y que desde hace décadas sabe que María Auxiliadora no le falla hasta la niña que ahora pisa cargada de inocencia las aulas del centro y que le confía en la capilla sus cuitas infantiles. Esa es la transversalidad de esta devoción, que llega a todos, sin distinción alguna.

La procesión

Terminada la ceremonia se puso en marcha la procesión, con la que se cerraba un extenso programa de actividades de todo tipo que en las últimas semanas han prologado este día grande para toda la familia salesiana.

Precisamente, toda esta familia salesiana estaba representada en el cortejo, a través de sus numerosas ramificaciones para, siguiendo el mandato de Don Bosco, insuflar el espíritu salesiano hasta el último rincón de la sociedad. Pero si algo sobresalía en la procesión era la presencia infantil y juvenil, con los cursos del colegio perfectamente ordenados, donde no faltaban en un lugar de honor los niños que este año han hecho la Primera Comunión.

Las parihuelas de Santo Domingo Savio y los pasos de San Juan Bosco y María Auxiliadora protagonizaron en la noche de este viernes el ambiente festivo que se vivió en las calles del barrio de San Lorenzo y de Puerta Nueva, cuyos párrocos concelebraron la misa junto a la comunidad salesiana y los canónigos Antonio Llamas y Alfredo Montes, y que entre otros muchos factores se encuentran unidos por la inconfundible devoción a María Auxiliadora.

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