Asamblea de hermanos mayores que ha aprobado los nuevos estatutos de la Agrupación

Asamblea de hermanos mayores que ha aprobado los nuevos estatutos de la AgrupaciónFL

Aprobados los nuevos estatutos de la Agrupación de Cofradías de Córdoba

La imagen de Jesús de la Sangre presidirá el Vía Crucis y Pedro Soldado es elegido Cofrade Ejemplar

La asamblea de hermanos mayores de la Agrupación de Cofradías de Córdoba ha dado luz verde con una holgada mayoría a los nuevos estatutos por los que se regirá este organismo y que vienen a sustituir a los anteriores, aprobados en 2000, que desde hace tiempo se habían quedado desfasados y no daba respuesta a las necesidades de las hermandades de hoy día.

Este fue uno de los objetivos que tuvo la anterior junta de gobierno de la Agrupación, presidida por Olga Caballero, pero no llegaron a salir adelante. El actual presidente, Manuel Murillo, tras su elección para el cargo en junio de 2024, se fijó el reto de dotarse de una nueva normativa, algo que ha sido posible en la asamblea de este lunes con una más que holgada mayoría.

La votación

Una vez escrutada la votación, el resultado ha sido de 39 votos a favor, siete en contra, dos en blanco y dos abstenciones. De este modo, han quedado aprobados a falta de ratificación por la autoridad eclesiástica para su entrada en vigor.

Los nuevos estatutos de la Agrupación suponen un cambio considerable respecto a los hasta ahora vigentes. Aportan cambios en numerosas cuestiones, pero los más llamativos son los relativos a la incorporación a la carrera oficial de nuevas hermandades, a las que se les exigirá que durante las procesiones de vísperas hayan tenido al menos un centenar de nazarenos o que exista el compromiso de entrar y salir en su sede canónica, después de que el Cabildo haya decidido suspender esta práctica en la Catedral, entre otras.

El Vía Crucis de las hermandades

Por otra parte, la asamblea ha decidido que la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Sangre, titular de la Hermandad del Císter, sea la encargada de presidir el Vía Crucis de las Cofradías, que tendrá lugar el primer sábado de Cuaresma.

La elección de Jesús de la Sangre adquiere un significado muy especial, ya que coincide con el cincuentenario de la fundación de la Hermandad del Císter, que celebrará este importante aniversario en 2026. Esta corporación, fundada en 1976 por un grupo de jóvenes vinculados al Colegio La Salle, «se ha destacado por su espíritu monástico y por promover valores de humildad, silencio y fraternidad, consolidándose como una de las hermandades más representativas de Córdoba», según ha informado la Agrupación de Cofradías.

Este titular ya presidió en una ocasión anterior el Vía Crucis de las Cofradías, pero la designación para el próximo año cobra un valor añadido al coincidir con el 50 aniversario de la hermandad. «Este importante aniversario servirá para que Córdoba reconozca la huella espiritual, artística y humana que esta corporación ha dejado en la ciudad durante sus cinco décadas de existencia», concluye el organismo cofrade.

El Cofrade Ejemplar

Además, la Agrupación de Cofradías ha informado de que Pedro Soldado Barrios será el Cofrade Ejemplar 2026, «en reconocimiento a su vida de entrega al servicio del pueblo de Dios y a su dedicación a las hermandades de la ciudad», como señala el organismo en un comunicado.

Consideran que Pedro Soldado «reúne de manera sobresaliente los valores que definen la figura del Cofrade Ejemplar», ya que «su trayectoria ha estado marcada por un servicio constante, la fidelidad a la Iglesia y la entrega generosa al mundo de las hermandades».

En 2003 fue nombrado delegado diocesano de Hermandades y Cofradías, un cargo que desempeñó hasta 2025. Durante más de dos décadas orientó a las hermandades cordobesas, promoviendo reformas significativas como la reorganización de la carrera oficial en la Semana Santa y la celebración de grandes procesiones como el Magno Vía Crucis en el aniversario del rezo del Beato Álvaro de Córdoba.

En 2008, fue nombrado canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba, donde formó parte del Cabildo Catedralicio. Su dedicación a la liturgia y la pastoral en la Catedral consolidó su vínculo con la vida religiosa de la ciudad.

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