Fernando Alberca, en una de las aulas del 'Sagrado Corazón'

Fernando Alberca, en una de las aulas del 'Sagrado Corazón'LVC

Fernando Alberca, profesor y escritor

«Nadie es feliz sin problemas»

Hablamos con el especialista en neuropedagogía sobre su nuevo libro La magia del esfuerzo

Tiene su centro de operaciones en un edificio junto a la Escuela de Magisterio ‘Sagrado Corazón’ , y la agenda, en esa mañana, está despejada, porque la mayoría de sus alumnos están haciendo prácticas. Hemos quedado con Fernando Alberca (Córdoba, 1966) porque acaba de publicar un nuevo libro que añadir a su ya extensa carrera como escritor divulgativo, que además es políticamente incorrecto: el esfuerzo está mal visto por un amplio sector de la sociedad (subvencionada) y su cultura es cosa de peligrosos conservadores.

Al igualitarismo hace tiempo que se le tiene calado, pero el daño lo ha hecho. Si en la ecuación añadimos usos y costumbres consumistas, el aliño de la digitalización y la vuelta de tuerca siempre forzada para la prisa y la inmediatez, lo del esfuerzo, la paciencia, disfrutar del trayecto y aceptar consecuencias para inmediatamente al mundo de los marcianos. Y es verdad que a veces a los hijos se les ve como extraterrestres, pero no lo son. El libro La magia del esfuerzo (Toromítico, 2024) no solo está dirigido a niños y adolescentes, sino a padres de este planeta también afectados por la escasez de musculatura para mover y mantener la voluntad.

Alberca ha hecho durante estos años el esfuerzo de dar con una guía que funcione. Este nuevo título es el resultado que, en palabras del autor, ha disfrutado más mientras lo escribía.

Fernando Alberca

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- ¿Por qué el esfuerzo ha caído en desgracia?

- Es una cuestión generacional que tiene que ver con el sistema de consumo y con el bienestar, entendido como que la vida sea lo más cómoda posible. Sobre todo la generación nacida en los 80, aunque también anteriores, llegó a una sociedad en la que había que evitar la incomodidad y también la imperfección. Hemos vendido a nuestros hijos el objetivo de que la vida fuera cómoda y fácil, que no hubiera sufrimiento. Al no aprender a sufrir, la vida se hace insoportable.

- Resulta paradójico que sin sufrimiento la vida sea insoportable.

- El sufrimiento nos hace valorar muchísimas cosas, dar valor a nuestra propia vida y sentirnos fuertes, capaces de superar obstáculos. La vida está llena de problemas y eso no es negociable. Los problemas se dan al mismo tiempo que la felicidad, porque nadie es feliz sin problemas. Se busca la felicidad evitando los problemas y es justo lo contrario, porque superar las adversidades es lo que nos hace avanzar y sentirnos mejor.

- Usted reivindica que el esfuerzo vuelva a las clases, a la familia y a la vida. ¿Nadie se esfuerza ya en conseguir nada?

- En ninguno de esos tres campos, que son los que nos socializan, está presente el esfuerzo. Queda algún resquicio en el deporte, que nos deja ejemplos de cómo el esfuerzo puede tener recompensa. Tanto en la escuela como en la familia hemos engañado a los niños diciéndoles que el objetivo era el resultado final. Por ejemplo, para ellos es más importante obtener el B2 que aprender inglés, y así lo tienen asumido. O ir al gimnasio y tener un cuerpo aparente antes que estar sano a través del deporte. Se le da más importancia a conseguir una copa que jugar los partidos cada domingo. Nos hemos equivocado totalmente.

- Permítame que piense mal. En el ámbito educativo ¿qué intención oculta hay para fomentar el aprobar sin estudiar?

- O estudiando muy poco, sí. Hay una mezcla de cosas. Por un lado se vio la necesidad de bajar los contenidos para meter mucho inglés. Las autoridades de la ONU y la UNESCO decidieron en 2003 que nos hacía falta un mayor nivel de inglés, posiblemente con buena intención. Para eso se introdujo el inglés en las asignaturas que más estructuraban la cabeza, como sociales o ciencias naturales. Al meter el inglés hay que reducir el contenido, si no el alumno no llega. Y así los Reyes Católicos, por ejemplo, quedan reducidos a tres frases, y la geografía a dos párrafos. Es absurdo que un idioma esté por encima de todo un conocimiento. Y eso coincidió con una tendencia para evitar el fracaso y que todo el mundo pudiera llegar a la Universidad, que aprobara 4º de la ESO o que no suspendiera un examen determinado. Y así se prima no que el que más se esfuerce consiga más, sino que todo el mundo consiga lo mismo.

Tanto en la escuela como en la familia hemos engañado a los niños diciéndoles que el objetivo era el resultado final.

- Nos advierte que ser vago nos hace infelices.

- Las encuestas dicen, tanto en Europa como en EEUU, que la mayoría de las personas se sienten infelices. Y es curioso porque otras encuestas señalan que dan por válida la vida que tienen. Se resignan. Se observa también que sube la necesidad de ir al psiquiatra o al psicólogo, o de huir de la propia realidad, y aumenta la frustración ante la contrariedad. La inmadurez avanza. Tenemos todos los síntomas para saber que la sociedad va hacia un camino de infelicidad, que no acaba de encontrar sentido. El ser humano se empieza a encontrar cada vez más solo y más vacío. Eso lleva a más depresiones que nunca, y a más suicidios. El sucidio ha llegado a Primaria y esto no había ocurrido nunca. Los niños de África no se suicidan y los de Europa sí. Tiene que ver con esa falta de esfuerzo. Se quedan solos e impotentes. Cuando el ser humano no aprende a defenderse, se queda quieto y se extingue.

Fernando Alberca, con alguno de sus libros

Fernando Alberca, con alguno de sus librosLVC

- ¿Qué es más difícil, trabajar la fuerza de voluntad o mantenerla?

- Hace diez años se hablaba de motivación. Es muy fácil motivar a un niño. Tiene muchas ganas de aprobar, por ejemplo. Pero no es capaz de mantener la fuerza para ello, ni del inicio, ni de la persistencia, ni para acabar bien. Son tres momentos que tiene todo esfuerzo. Hay una resistencia natural en el ser humano a cambiar, en comenzar a hacer algo nuevo y dejar lo que se estaba haciendo. Tenemos que enseñar a nuestros hijos no que deben hacer un esfuerzo sino cómo se hace. Porque el esfuerzo llena. Nadie se arrepiente de hacerlo para conseguir un logro. El reto es enseñar, como digo, a coger fuerza tanto en el inicio como en la persistencia. Otro momento que no aprovechamos es el final, el acabar bien las cosas, que tiene que ver también con otra cosa natural que tiene el ser humano y es la curva del cansancio. Cuando se ve próximo el final, nos preparamos para un impulso. Lo hacen los atletas, o los mismos estudiantes.

- De todas maneras el fracaso se asimila de manera diferente si hay trabajo previo y se reconoce el esfuerzo realizado.

- Totalmente. Una de las cosas que pretendo en el libro es que el esfuerzo se reconozca no como algo negativo sino que es algo siempre positivo. Siempre tiene un resultado beneficioso. El objetivo no debe ser siempre el resultado sino el hecho en sí, qué se gana esforzándonos. No se trata solo de aprobar el examen en sí sino que alguien aprenda una materia, y fruto de eso se apruebe el examen. El objetivo, insisto, no es aprobar, sino estudiar y aprender algo que seguramente no será útil para la vida.

- Hay una vertiente práctica en su libro, con una serie de ejercicios sobre todo dirigidos a fortalecer la voluntad.

- La clave está en que no hay musculación suficiente para hacer algo. Se quiere, se desea hacer, se entiende el medio. Se ha motivado a la persona y diseñado bien el objetivo y los medios, pero no hay forma de dar el primer paso, ni el segundo ni el tercero. Estuve mucho tiempo dándole vueltas a ver cómo conseguía que alguien que no tiene la fuerza para hacer algo superara eso. De hecho antes de superar los obstáculos, muchos prefieren cambiar de objetivo. Conozco, y así lo tengo experimentado, el disfrute que produce esforzarse. No es lo mismo sentirse inútil que muy valioso. Y como te digo, después de pensarlo durante años, me salieron quince ejercicios que se podían hacer en casa y que aportaran fuerza a esa musculación que tendría que ver con todos los esfuerzos, fueran del tipo que fueran. Además, cuando ya te encuentras con un esfuerzo concreto, hay diecisiete operaciones que realizar en ese esfuerzo concreto. Una parte del libro está dedicada al entrenamiento, que hay que hacer, y otra se centra en quince disposiciones para poder llevar a cabo hasta el final lo que uno desee. En cada ejercicio ya hay satisfacción.

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