
Restos del poblado ibérico de San Antonio, en Calaceite, que data del siglo V a.C.
La Ruta de los Iberos, un viaje único a la civilización icónica de la Península Ibérica
Poblados y necrópolis de esta antigua civilización ibérica se pueden descubrir a través de unos itinerarios fascinantes por el Bajo Aragón
Además de como un itinerario turístico, la llamada Ruta de los Iberos, se ha diseñado como una experiencia cultural para mostrar la vida, las costumbres y los misterios de los antiguos pobladores de la Península Ibérica. Este proyecto, impulsado por las comarcas comprendidas en el Bajo Aragón Histórico, comprende ocho rutas temáticas que conectan yacimientos arqueológicos, necrópolis, centros de interpretación y museos, todos ellos dedicados a desvelar los secretos de esta antigua civilización.
Ocho rutas temáticas conectan yacimientos arqueológicos, necrópolis, centros de interpretación y museos
Uno de los puntos más destacados de la ruta es el Cabezo de Alcalá, en Azaila. Este yacimiento, considerado uno de los más importantes de la época ibero-romana en España, permite pasear entre los restos de una ciudad que fue testigo de la convivencia entre íberos y romanos. Sus murallas, termas y edificios públicos evocan un mundo donde la cultura local se fusionó con la influencia de Roma.

Vista aérea del asentamiento ibero de Cabezo de Alcalá, en Azaila.
Yacimientos magníficos
En Oliete, el poblado de San Pedro sorprende por su imponente sistema defensivo, una muestra del ingenio y la habilidad de los íberos para proteger sus asentamientos. Y una experiencia singular se encuentra en El Cabo, en Andorra, ya que este yacimiento es un ejemplo pionero de arqueología experimental: tras ser excavado y documentado, fue reconstruido en una nueva ubicación, permitiendo a los visitantes imaginar cómo era la vida en un poblado íbero hace siglos.
La ruta también incluye otros yacimientos fascinantes, como la necrópolis de Alcorisa, los hornos cerámicos de Mazaleón o el impresionante Morrón del Cid en La Iglesuela del Cid. Este último, uno de los yacimientos más grandes y espectaculares de la zona, permite explorar los restos de un asentamiento que combina influencias íberas y romanas, con además una magnífica vista panorámica.

Calzada ibero-romana cerca de Azaila.
Actividades y talleres
Para completar la experiencia, la Ruta de los Iberos cuenta con once centros de visitantes, cada uno dedicado a un aspecto específico de esta cultura. En Alcañiz, por ejemplo, se puede profundizar en la vida cotidiana de los íberos, mientras que en el poblado ibérico de San Antonio, en Calaceite, que data del siglo V a.C., se descubre su arte y su religión. Estos centros no solo exhiben piezas arqueológicas sino que también ofrecen actividades interactivas, talleres y exposiciones temporales para que la historia cobre vida.
Uno de los aspectos más interesantes de estos centros es su enfoque didáctico, pensado para que toda la familia disfrute y aprenda. Los más pequeños podrán participar en talleres de cerámica, juegos de pistas o incluso excavaciones simuladas, convirtiéndose en arqueólogos por un día.
Esta mezcla de historia, cultura y naturaleza en un mismo recorrido es una oportunidad para entender cómo vivían, pensaban y luchaban los iberos, y para descubrir cómo su legado sigue vivo en el patrimonio y las tradiciones de este extenso territorio milenario llamado Bajo Aragón Histórico. Una región llena de encanto, con paisajes que van desde las suaves colinas cubiertas de olivos hasta los imponentes cañones del río Guadalope. Su gastronomía es otro de sus grandes atractivos: no hay que marcharse sin probar el ternasco de Aragón, el melocotón de Calanda o el aceite de oliva de la zona.