El Papa Francisco ha llamado la atención a las familias por las peleas derivadas de la sherencias
Repartir la herencia, el gran problema al que se enfrentan las familias
Las empresas dedicadas a las herencias han desarrollado nuevas soluciones para intermediar entre familiares
La sabiduría popular asegura que a las personas de nuestro entorno se les conoce de verdad en situaciones límite, como a los hermanos en la herencia. Esto demuestra que cada vez hay más disputas entre familiares a la hora de heredar.
Si los últimos momentos de la persona que fallece son duros también para su entorno, el momento de repartir los bienes hace que afloren sentimientos encontrados, situaciones duras y conflictos que generan distanciamiento entre hermanos o primos que han convivido durante años en paz.
¡Cuántos miembros de una misma familia se pelean desgraciadamente, y quizás ya no se hablan, a causa de la herencia!
Esta realidad ha llegado hasta el Vaticano. El Papa Francisco denunció en una de sus homilías esta situación y declaró que «Cuántos hermanos y hermanas, cuántos miembros de una misma familia se pelean desgraciadamente, y quizás ya no se hablan, a causa de la herencia».
Nuevas soluciones
Desde Heritae, una startup española especializada en gestión de herencias, Ernesto Rivera comenta que «es complicado ver cómo una familia no es capaz de ponerse de acuerdo a la hora de repartir la herencia y por este motivo incluso dejan de hablarse. La parte buena es que, en muchos casos, con una mediación inicial, se consigue llegar a un entendimiento».
Las empresas se han tenido que adaptar con soluciones como la intermediación «es un servicio que comenzamos a ofrecer hace un tiempo y está funcionando bastante bien, ya que al final, lo que sucede en muchos casos, es que hay una falta de comunicación en la familia».
Con el servicio de intermediación entre familiares logramos que las herencias no se resuelvan judicialmenteAbogado experto en herencias
Los conflictos más habituales son entre los propios herederos relacionados con el reparto o las discrepancias entre los herederos con el cónyuge viudo, aunque cada vez crecen más los casos de desavenencias con segundos cónyuges o hermanos de padre o madre. Herederos que han convivido de manera forzada los últimos años de vida del fallecido por, por ejemplo, haber contraído segundas nupcias y que, a la hora de hacer frente al testamento, se encuentran incluso con beneficios unos sobre otros.
Un drama entre hermanos
Ernesto Rivera insiste en que con diálogo entre las dos partes «logramos que no se resuelvan judicialmente. Logramos ahorrar tiempo y dinero a nuestros clientes». Es una medida interesante para adelantarse a situaciones de conflicto que pueden darse en el futuro, para repartir el patrimonio y explicar a los legatarios cuáles han sido las últimas voluntades del finado y resolver sus dudas antes de que los lazos familiares se rompan definitivamente.
Es un ahorro de tiempo y de dinero, pero también de momentos que pueden convertirse en algo irreversible con el paso de los años. José tiene hoy 67 años y hace siete años que murió su hermano. El reparto de la herencia de sus padres fue un drama que dividió a las familias. «No supimos ser hermanos en el momento más importante de nuestras vidas», explica. «Mis padres nos compraron una casa a cada hermano, una sí que se cambió de propiedad con ellos en vida, pero la otra no y eso obligó a que formara parte de la herencia. Fue como si uno de los dos hubiera sido privilegiado ante el otro hermano» y añade algo importante «no estuvimos bien asesorados, los abogados preferían pleitear y separarnos algo que consiguieron porque nunca más volví a tener relación con mi hermano».
No supimos ser hermanos en el momento más importante de nuestras vidasHeredero
Abogados, expertos fiscales y peritos judiciales inmobiliarios son algunos de los actores principales en este tipo de herencias para dar seguridad a todas las partes. También es importante que entiendan y acepten la voluntad del fallecido.
El Papa ha querido llamar la atención a la sociedad sobre este tipo de comportamientos irracionales entre familiares o seres cercanos ante una muerte. En el plano profesional, la ley y los profesionales del sector han sabido adaptarse a los tiempos para dar respuestas a las dudas, evitar problemas y que se disponga de la voluntad del fallecido tal y como él querría.
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