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Elena Postigo, en la sede de la Fundación Jérôme LejeuneValentina Yusty

Entrevista filósofa y bioeticista

Elena Postigo: «Los úteros de alquiler violan los derechos fundamentales»

La directora académica de la Cátedra de Bioética Jérôme Lejeune aborda las consecuencias bioéticas de los vientres de alquiler

Olivia Maurel tiene hoy 33 años, está casada y tiene 3 hijos. Hace 16, comenzó a indagar acerca de sus orígenes. Siempre sintió «discrepancia» entre lo que sus padres le contaban y su verdadera historia y desde pequeña tuvo dificultad para ver qué rasgos de su físico o de su carácter podía haber heredado de su progenitora. Ese camino la llevó a descubrir que, en realidad, la mujer que la gestó durante nueve meses no era la que la había criado. Había nacido por gestación subrogada. Hoy, Maurel se dedica a luchar contra la práctica de los úteros de alquiler y por ello ha sido elegida como portavoz de la Declaración de Casablanca, que aboga por la abolición universal de los vientres de alquiler.

En este mismo documento, según indica Elena Postigo, directora académica de la Cátedra Internacional de Bioética Jérôme Lejeune y profesora en la Universidad Francisco de Vitoria, se han puesto de manifiesto por primera vez las consecuencias bioéticas de la gestación subrogada. También cómo los vientres de alquiler suponen una violación de los derechos humanos, tanto de la madre gestante como de los menores. En esta entrevista, la experta ahonda en cuestiones como los perjuicios para las progenitoras y los no nacidos de estas prácticas y en la normalización de estas que hacen los famosos.

– Ha participado en una cumbre de bioética, con una intervención sobre maternidad subrogada y sus implicaciones bioéticas, ¿cuáles son estas? ¿Qué consecuencias traen consigo los vientres de alquiler, para la salud de la madre gestante como para el niño?

–Para analizar las implicaciones éticas, entendiendo por bioética la disciplina que estudia la moralidad de una intervención, es decir, si esta es ética o no, cómo afecta a la vida de las personas sobre la cual se realiza. Partimos del estudio del análisis de carácter médico, es decir, para ver cómo afecta esta práctica a las personas en las personas implicadas. Para ello empecemos por el más vulnerable, que es el no nacido. El feto antes de ser feto es embrión. Para realizar una gestación subrogada en un útero de alquiler hay que utilizar embriones humanos, hay que hacer una fecundación in vitro, con todo lo que supone el proceso. Entre otras cosas, el riesgo que corre también la vida de los embriones o la llamada selección embrionaria o diagnóstico pre-implantatorio, de manera que se seleccionan los embriones sanos o perfectos que se implantan. Esto afecta ya claramente afecta a la vida y la integridad del embrión o en su caso que este también quede congelado. Los niños nacidos por fecundación in vitro generalmente tienen un nacimiento prematuro, nacen con bajo peso. Ya hay estadísticas que se están empezando a mostrar en las que se ve que esto puede afectar a la salud del menor que nace. Otro tema que nos preocupa es la llamada eugenesia prenatal: imaginemos un caso real en el que ha habido dos niños que se han gestado y a uno de ellos se le diagnostica síndrome de Down y se propone a la mujer gestante abortar. Es más, en el contrato de gestación subrogada está incluido el aborto en caso de que uno de esos niños tuviera síndrome de Down. Se produce claramente una eugenesia prenatal y la discriminación por una razón genética. Atenta contra un derecho fundamental que es el derecho a la no discriminación por razón genética.

En cambio, en lo que se refiere a la madre, a la mujer gestante, la donante de óvulos, muchas veces no se habla de que el donar óvulos es someterse a ciclos de hiperestimulación ovárica repetidamente que puede afectar incluso seriamente a la salud de la mujer. A veces no se les dice todos los riesgos que conlleva la hiperestimulación ovárica. La mujer gestante, su útero, tiene que estar preparado, con lo que esto también significa de inyecciones previas. Ha habido casos de mujeres que han gestado hijos para otros repetidas veces y en alguno de estos ciclos han tenido problemas graves de salud como preeclampsia u otros muy graves que pueden conllevar hasta la muerte de la mujer gestante. A veces se nos muestra como lo bonito del proceso de tener un hijo, pero además de las implicaciones éticas hay otras de carácter legales.

–El subtítulo de su ponencia añade: violación de los derechos humanos. ¿De quién y de qué manera viola los derechos humanos la maternidad subrogada?

–Los úteros de alquiler violan derechos fundamentales. En primer lugar, el derecho a la vida del embrión no nacido con discapacidad, que en muchos casos viene seleccionado. Se viola también el derecho a la libertad de la mujer que vienen explotadas. Tengamos en cuenta que muchas veces la mujer que recurre a este tipo de prácticas por necesidad económica es una mujer en condición de vulnerabilidad. Pienso en países en vías de desarrollo o en países del tercer mundo donde son mujeres que necesitan ese dinero, donde se puede conculcar su derecho a la libertad, porque, como he dicho antes, el consentimiento informado no es pleno o está supeditado a intereses económicos. Y también el derecho a la vida de la mujer, porque esta puede también padecer un grave riesgo para su salud y su integridad. También el derecho del menor, que está reconocido en la Convención de Derechos del Niño, de conocer sus orígenes biológicos. En muchos casos, en muchos países, la fecundación in vitro no se sabe quién es el donante de gametos o de óvulos, es anónimo, lo que supone que el niño que nace no conoce quiénes son, violando un derecho fundamental. Y esto, por cierto, lo ha puesto de manifiesto recientemente la declaración de Casablanca y su portavoz, Olivia Maurel, que nació por gestación subrogada, y ella misma muestra cómo esto a ella le ha supuesto un problema de carácter psicológico. No olvidemos que se rompe el vínculo de apego materno filial entre mujer gestante y el niño recién nacido, entregando ese niño a los llamados progenitores comitentes, los que lo han encargado, lo han comprado.

En la ONU ha habido una declaración donde se habla de la explotación de la mujer que se somete a este tipo de proceso, bien porque sea vulnerable, bien porque se la utiliza en el fondo para obtener otros fines. Todo esto ha sido muy criticado por distintos ámbitos del feminismo clásico, porque significa un uso de la mujer como si fuera un instrumento, cuando en el fondo ni la mujer ni partes de ella pueden ser objeto de contrato.

–¿Cuál diría que es una de las implicaciones éticas de los vientres de alquiler de la que no se habla?

– En torno a todas estas prácticas hay una mercantilización de la reproducción humana, no lo olvidemos, donde la mujer se convierte en un medio para la obtención de un beneficio que es esa vida perfecta. Si no es perfecta, es descartada para entregarla a alguien que ha pagado por ello. Aquí hay una objeción que se podría hacer: si es altruista, ¿sería lícita? No, siguen dándose todas las implicaciones previas que hemos visto para la salud de la mujer y del niño.

Se habla mucho de la mujer, porque aquí el feminismo estaba en contra de la práctica en cuanto a que se usa la mujer con un fin mercantilista, comercial, reproductivo, etcétera Pero se habla poco del niño o se habla en un segundo lugar, cuando en realidad es el más vulnerable en toda esta situación. No olvidemos que aquí lo que se obtiene entre comillas y el objeto del contrato es la gestación y el nacimiento de ese niño. Y para más inri, no se habla para nada de los niños que como fruto de una fecundación in vitro donde puede haber un niño con una determinada patología, este viene descartado. Es decir, del aborto selectivo eugenésico que se realiza de niños con síndrome de Down.

Hemos conocido el caso de Pattaramon Chanbua, una mujer que se sometió a una gestación subrogada por dinero, ella misma lo reconoció, por parte de una pareja homosexual australiana. Cando hicieron el diagnostico prenatal vieron que uno de los dos venía con Síndrome de Down y la pareja dijo que tenía que abortarlo. Ella luchó por la vida de este niño, ganó la batalla legal y adoptó al niño.

Se nos vende la gestación subrogada de casos de famosos que han recurrido a ella como algo bonito porque no podían tener niños. Pero no se habla de que en el fondo se está convirtiendo en un auténtico negocio que mueve billones de dólares en países en vías de desarrollo, del tercer mundo, donde hay grupos sociales que se están sirviendo de mujeres vulnerables para obtener ciertos beneficios. Toda esta práctica debería ser condenada, por eso nosotros proponemos su abolición universal.

–Italia acaba de aprobar una ley en la que se pena con la cárcel la subrogación en terceros pases, ¿cree que una ley así podría aprobarse en España?

–No sé lo que puede pasar en España, pero intuyo que, de momento, con este gobierno, no va a salir la ley, porque todo el ámbito de izquierdas y progresista, tanto el feminismo clásico como el más radical, es contrario a la práctica. En cambio, el colectivo LGTBI+, al menos en gran parte, está a favor de la gestación subrogada para que los homosexuales puedan tener hijos. La izquierda está dividida y la derecha también: hay un conservadurismo en lo moral que está en contra, en cambio, los libertarios están a favor bajo ciertas condiciones, que sea altruista. No creo que en esta situación vaya a ser aprobada en España una ley de gestación subrogada. Está prohibida, el contrato de subrogación es nulo de pleno derecho, pero dudo mucho que se vaya a condenar con penas de cárcel si se produce en el extranjero, como ha hecho Italia, por ejemplo. El Comité Nacional de Bioética de España emitió un dictamen contrario a la práctica por razones médicas, éticas y legales. La tendencia internacional es a su prohibición en todos los casos, como ya ha hecho Suecia, por ejemplo. Y los países en vías de desarrollo o del tercer mundo están restringiendo sus condiciones. El panorama global está cambiando.

–Paris Hilton, Ana Obregón o Khloé Kardashian son algunas personalidades que han sido madres por gestación subrogada, ¿los famosos ayudan a normalizar estas prácticas?

–Los casos que conocemos son siempre de personas famosas, futbolistas, madres solteras, homosexuales. No quiero decir nombres porque no está bien decirlos y tampoco emito juicio de valor acerca de las personas, solo acerca de la práctica. Mostrar solamente primero que son personas con alto poder adquisitivo, tengamos en cuenta que este es un tipo de práctica que cuesta bastante y en torno a la cual hoy se mueve un mercado detrás, de alguna manera sí que están haciendo que se normalice una práctica que conlleva toda otra cara, otra parte de la que no se habla: ¿Dónde está la madre gestante? ¿Qué situación ha vivido? ¿Cuánto ha cobrado por ello? Hay quien lo llama colonialismo reproductivo: el primer mundo está recurriendo al tercer mundo o países en vías de desarrollo para que se realicen estas prácticas.

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