
Una pareja haciendo cuentas a final de mes
El error financiero que puede acabar con tu matrimonio, según un estudio
Creer que tu cónyuge malgasta el dinero aumenta un 45 % el riesgo de divorcio
Hasta el Banco de España advierte que hablar de dinero puede ayudar a una pareja a prevenir conflictos por su economía. «Es conveniente mantener una comunicación fluida con tu pareja y comentar todo lo relacionado con las finanzas en común», explican, ya que los problemas financieros suelen ser una fuente habitual de disputa.
Según recoge un estudio del Centro de Estudios, Formación y Análisis Social CEU-CEFAS, publicado en 2024, «creer que tu cónyuge malgasta el dinero aumenta un 45 % el riesgo de divorcio». Así las cosas, los expertos recomiendan tener conversaciones habituales sobre las cuentas de cada uno de los miembros de la pareja, así como que ambos miembros revisen sus gastos, sus ahorros comunes y planes de futuro.
Hay cuatro preguntas que las parejas deberían poner sobre la mesa antes de comprometerse. Para empezar, conviene hablar de la situación personal de cada uno. ¿Están saneadas nuestras finanzas? Una conversación sincera puede servir para que cada uno entienda la situación personal del otro. Es posible que haya personas que escondan sus dificultades financieras por vergüenza; sin embargo, esconder las deudas puede generar un gran estrés y acabar perjudicando la relación.
Cuatro sencillas preguntas
La segunda pregunta sería cómo vamos a organizar las finanzas comunes. Básicamente, hay dos formas de repartir los gastos conjuntos: a partes iguales o de forma proporcional a los ingresos. Sea cual sea la opción escogida, es importante cumplir los compromisos a los que se haya llegado con la pareja. Si los ingresos de cada uno son muy desiguales, es probable que aportar al bote común en función de las ganancias sea menos asfixiante para la persona que menos gana.
La tercera, ¿cuenta conjunta o separada? Una cuenta conjunta facilita mucho la gestión de la economía familiar. Además, compartir una cuenta obliga a los miembros de la pareja a hablar de finanzas regularmente. Si cada miembro de la pareja ingresa a principio de mes su parte, todos los gastos comunes pueden descontarse de esa cuenta y no hará falta calcular continuamente cuánto dinero le debe cada uno al otro. Actualmente, hay muchas cuentas conjuntas sin comisiones que se pueden abrir fácilmente por Internet.
A principio de cada mes, cada miembro de la pareja puede transferir la cantidad acordada a la cuenta conjunta. El resto puede mantenerlo en su cuenta o transferirlo a su cuenta de ahorro.
Por último, ¿cuáles son nuestros objetivos a corto y a largo plazo? La falta de consenso puede ser motivo de discusión. Asimismo, las parejas que tengan proyectos en común deberían establecer un plan para lograrlos. Es posible, por ejemplo, abrir una cuenta de ahorro conjunta y destinar cada mes cierta cantidad de dinero para lograr una meta, como, por ejemplo, comprar un coche. No cumplir los acuerdos alcanzados con la pareja o no actualizarlos si la situación cambia puede favorecer la aparición de discusiones.