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Razones para la esperanza en el amor: ecos familiares del Congreso Católicos y Vida Pública

Algunas cosas se están moviendo entre los jóvenes, a muchos ya no les vale lo insulso, lo ideológico o falto de sentido. El bien, la verdad y la belleza siguen atrayendo. Es lo que se constató en el último Congreso de Católicos y Vida Pública.

Agustín Laje, en su ponencia del Congreso Católicos y Vida PúblicaCEU

El pasado fin de semana se ha celebrado la 27 edición del Congreso de Católicos y Vida Pública que anualmente organiza la Asociación Católica de Propagandistas en colaboración con el CEU.

De nuevo el congreso ha tenido una gran afluencia de público, y es destacable que en estos últimos años ha crecido el número de jóvenes que acuden interesados por los temas que se ofrecen.

Las ponencias sobre temas de afectividad, noviazgo, matrimonio y familia suscitaron un enorme interés, y el sábado por la tarde se tuvieron que habilitar varias salas para que los jóvenes pudieran escuchar a los ponentes.

Agustín Laje comenzó con una valiente ponencia sobre el asedio que sufre la familia en la actualidad en muchos países de nuestro entorno. Denunció diferentes ataques que se vienen produciendo en torno a la vida, el matrimonio y la familia, promovidos por los paladines de la ideología woke. Puso de manifiesto la falta de sentido común y el enorme daño a niños y a adolescentes que tales ideologías están provocando. Sin embargo, Laje terminó su ponencia insistiendo en que hay razones para la esperanza y señalando que muchos jóvenes ya están de vuelta de las ideologías imperantes y buscando afrontar su vida con formas más tradicionales y conservadoras, tanto en cultura como en la política.

La tertulia moderada por Carla Restoy, «Red de redes», en la que participaron los sacerdotes Jesús Silva, Patxi Bronchalo y Antonio María Domenech, se refirió al enorme deseo que tienen los jóvenes de vivir con plenitud y buscar el sentido profundo de la vida dónde ellos perciben que pueden encontrarlo.

Finalmente, una de las ponencias que generaron más expectación entre los universitarios fue la que Pep Borrell, siempre tan sugerente, tituló 'Esperanza de enamorarse como Dios manda'.

Jóvenes y no tan jóvenes escuchamos sus palabras llenas de sentido común y sentido del humor, con la esperanza cierta de acertar en el amor, de elegir bien en el noviazgo y de cuidar el matrimonio con decisión, entrega y alegría.

Todos necesitamos palabras verdaderas, palabras con sentido para construir sobre roca.

Algunas cosas se están moviendo entre los jóvenes, a muchos ya no les vale lo insulso, lo ideológico o falto de sentido. El bien, la verdad y la belleza siguen atrayendo. Estamos bien hechos.

  • Carmen Sánchez Maíllo es secretaria académica del Instituto CEU de Estudios de la Familia