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25 de abril de 2024

Carme Chacón, durante una reunión del ejecutivo del PSOE en 2015

Carme Chacón, durante una reunión del ejecutivo del PSOE en 2015GTRES

Carme Chacón, la primera mujer que ordenó ponerse firmes

Son muchas las personalidades que reciben, una vez se despiden de este mundo, un tardío (aunque sincero) homenaje post mortem, pero en el caso de Carme Chacón es merecido. La que fuera ministra de Defensa socialista fue una mujer que luchó por convertirse en una política de primer nivel y lo consiguió pese a las dificultades. Quizá si su corazón no hubiera dejado de latir hace hoy exactamente cinco años, en su currículum podría leerse presidenta de España.
No sin sacrificios para conciliar su carrera con la vida personal. «La política te roba muchísimo tiempo. El tiempo de ocio apenas existe ni los fines de semana y te roba también el anonimato. Por eso es importante saber qué es lo que te mueve, por qué estás allí», dijo en su último discurso público en el Centro Cultural español (Ccemiami) en Miami el 6 de abril de 2017, días antes de fallecer.
Pero si hay algo que desease en el mundo era convertirse en madre a toda costa. Le dio igual que su médico le recomendase no hacerlo por la cardiopatía severa con la que nació (o un corazón al revés, como a ella le gustaba decir). «De pequeña le dijeron que no podría tener hijos y sin embargo fue el gran deseo de su vida. No sabes cómo miraba a su hijo», dijo su gran amiga Joana Bonet en una entrevista con motivo del libro Chacón, la mujer que pudo gobernar. Como contaba hace unas semanas, su hijo Miguel fue «su gran amor y su mejor conquista».
Aunque nunca priorizó la familia por encima de sus obligaciones laborales. Como simple ejemplo, la manida imagen de Chacón pasando revista a las tropas españolas en Afganistán embarazada de casi ocho meses. Pero, como dijo ella en aquel momento, «embarazada o no, la obligación era visitar a quienes son capaces de poner su vida en riesgo por valores superiores: la libertad de los otros». Y añadía: «Seguro que es más duro ser cajera y estar todo el día de pie». Con esas palabras, y meses de duro trabajo, calló las bocas de los sectores más tradicionales, que no vieron con buenos ojos su nombramiento como ministra de Defensa.
Nacida en Esplugues de Llobregat (Barcelona) en 1971, dedicó su vida al PSOE desde bien adolescente mientras se licenciaba en Derecho por la Universidad de Barcelona. Con tal solo 16 años entró en las Juventudes Socialistas de Cataluña aunque no fue hasta 1994 cuando metió cabeza de manera definitiva en el partido.
Su trabajo como ministra la hizo popular y su nombre llegó a sonar con fuerza para liderar el PSOE. «Cuando vieron que podía convertirse en la próxima secretaria general hubo una campaña feroz en su contra para frenarla. Lanzaron hasta campañas de fake news diciendo que era su marido Miguel Barroso quien iba a quedarse con el poder si ella ganaba», decía Bonet. Emprendió una nueva vida en Miami pero nunca dejó atrás al partido por el que lo dio todo pese a las diferencias en su etapa final.

Impronta feminista

Si hay algo por lo que luchó con fervor a lo largo de su carrera fue por los derechos de las mujeres. Ha servido y sirve como fuente de inspiración a las generaciones políticas venideras del signo político que sea, como así han reconocido muchas. «Su nombramiento como ministra de Defensa la erigió como la primera mujer que accedió a un ámbito hasta entonces reservado a hombres, lo que fue un hito importante para romper prejuicios instalados en la sociedad», dijo de ella Inés Arrimadas. Para Andrea Levy fue «un precedente en materia de igualdad».
A día de hoy es la Fundación Carme Chacón quien lucha por «mantener su legado inspirador, divulgando su pensamiento y obra como motor de compromiso y cambio social», como se puede leer.
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