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20 de abril de 2024

Los vecinos denuncian a Rafael Amargo por tráfico de estupefacientes

Los vecinos denuncian a Rafael Amargo por tráfico de estupefacientes

Los vecinos de la casa de Rafael Amargo acuerdan denunciarlo y es detenido por tráfico de drogas

Los investigadores comprobaron un alto trasiego de personas que entraban y salían de la casa del bailaor y, cuando les daban el alto, llevaban droga encima

El 20 de julio de 2022, hace menos de 8 meses, Don Federico, administrador de fincas y representante de una comunidad de propietarios de la calle Espíritu Santo se presentó en los juzgados de Plaza de Castilla y presentó el siguiente escrito: «Denuncio al famoso bailarín conocido como Rafael Amargo, porque los vecinos entienden que está efectuando venta y tráfico de estupefacientes desde la vivienda que habita en el piso bajo. Ya en la junta de propietarios de dicha comunidad celebrada el 21 de abril de 2022 se pusieron de manifiesto quejas de los vecinos por el continuo tránsito de personas a ese piso, algunos de ellos quedándose a dormir en descansillos superiores. En la actualidad el transito de personas a dicho piso no sólo se ha mantenido sino que se han visto jeringuillas, papel Albal y colillas en el portal de la finca».
El asunto llegó a la Comisaría de Centro, al mismo grupo que ya detuvo al bailaor por idéntica causa en el 2020. El primer paso fue establecer dispositivos de vigilancia: «Fruto de estos dispositivos», dice el atestado policial al que ha tenido acceso El Debate, «se pudo comprobar cómo a diario, y de manera constante, accedían al interior de un domicilio del inmueble de la calle Espíritu Santo diversas personas con aspecto de toxicómano, las cuales, tras permanecer unos minutos en el interior, abandonan el mismo de forma apresurada».
Lo primero que averiguaron es que el piso al que accedían los teóricos toxicómanos pertenecía a Rafael Amargo. Deciden entonces realizar seguimientos a las personas que acuden a esa vivienda después de salir. El 24 de agosto, a las nueve de la noche: «Se observa cómo un varón se aproxima al edificio del investigado, toca el bajo en el portero automático y accede a la finca. A los pocos minutos, dicho varón sale en actitud nerviosa».
Los agentes empiezan a seguirle y, cuando ven que el momento es discreto, le sacan las placas, se identifican y le dan el alto. «¿Llevas algo de droga?», le preguntan. «Sí, me la ha vendido Rafa», explica el toxicómano. «Danos lo que llevas», le piden. El hombre les entrega «una bolsa de plástico trasparente con auto cierre, conteniendo una sustancia cristalina, al parecer metanfetamina». Las vigilancias y seguimientos continúan durante nueve días más: el 8, 12 y 19 de septiembre y el 3, 6, 10, 14, 20 y 25 de octubre.
El modus operandi siempre es el mismo. Incluso alguna de las personas a las que los agentes dan el alto confiesa. Es lo que ocurre con un tal Alejandro el 3 de octubre: «He ido a la calle Espíritu Santo a abastecerme de metanfetamina. Llevo haciéndolo ya varios días. He llamado al portero automático del bajo y me han abierto. Me ha recibido un tío de raza blanca de pelo negro con coleta, algo gordo y tatuajes en los brazos y la espalda. He comprado metanfetamina (3 gramos) y mefedrona (1 gramo). He pagado 210 euros por todo a Rafa, que es como se llama el que me la ha vendido. Contacté con él por WhatsApp».
A continuación les enseña la conversación en su teléfono en la que se puede leer:
Alejandro: Necesito 4, ¿vale?
Rafa: Ok. Más o menos a qué hora para tenerlos aquí. Así. no esperas.
Alejandro: A las 17.00 voy.
Rafa: Pa las 17.00 te los tengo aquí.
En este punto Rafa manda un audio que escuchan los agentes. Uno de ellos reconoce sin ningún género de dudas la voz como la de Rafael Amargo.
Rafa: Querido, ya tengo esto aquí, ¿cómo vas? No tardes que está esto ya aquí y el chaval se quiere llevar su dinero.
Los agentes piden permiso a Alejandro y graban un vídeo de su teléfono y después le ensañan varias fotografías para que identifique a la persona que le ha vendido la droga. Él estampa su firma sobre la imagen de Rafael Amargo.
De momento permanece detenido en la comisaría de Alicante. Los delitos que pesan sobre él son de tráfico de drogas y atentado contra la autoridad, porque cuando los agentes fueron a detenerle parece ser que agredió a uno de ellos. Es su segunda causa abierta. Ya fue detenido el 1 de diciembre de 2020 por lo mismo. El juicio por esta primera causa se celebrará en la Audiencia Provincial de Madrid a principios del próximo mes de junio. El fiscal pide para él nueve años de prisión.
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