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La actitud de Victoria Federica cuando la prensa no la ve
La nieta del Rey Juan Carlos ha sido contratada para una campaña de publicidad de gafas
El año pasado, el artista invitado a esta cita anual y efímera que confirmó su ruptura con Victoria Federica, fue el DJ Bárcenas. Este año en la tercera edición de Casa Mo, la influencer invitada que confirma que la vida le sonríe y que con sus amigas se lo pasa bomba, ha sido la sobrina del Rey, que llegó como si no hiciera frío pero muy a la moda, con las trencitas que se hace Rosalía, los vaqueros abiertos y anchos, el top negro ceñido y espalda al aire y con cejas pintadas de rosa.
Bárcenas ejerció su profesión de DJ y Vic la de influencer. La nieta del Rey Juan Carlos ha sido contratada para una campaña de publicidad de gafas y su cara con gafas ya está por todas las marquesinas del país. Vic Marichalar posó en el photocall, pero no quiso contestar ninguna pregunta. Tampoco Manuel Díez El Cordobés, que acompañaba a su hija Alba, también influencer y amiga de Vic.
«Lo que estoy viviendo ahora es tan bonito, tan esperado y tan especial para mí, que no quiero estropearlo. Quiero guardármelo para mí. Sé que tu lo entiendes y cuando llegue el momento, que llegará, hablaremos», palabra de Maestro que me tomo al pie de la letra y más porque le entiendo y he sido testigo de su sufrimiento. Con gafas y sin gafas, Victoria Federica lo está disfrutando y aún no se ha visto en las marquesinas de la calle «mis amigos me envían fotos, pero yo aún no me he visto. A mi me encanta».
Si con DJ Ardiya bailó, con Andy y Lucas se convirtió en una groupie total. 22 años que está viviendo a tope. No paró de bailar, de hablar (hoy está ronca seguro) de saludar y encontrarse amigos, de hacerse selfies con gafas y sin gafas y comerse una hamburguesa de BBQ que estaba de vicio y para la que tuvo que esperar pacientemente su cola, como el resto de influencers y artistas.
Casa Mo es un festival de música, gastro y gafas, sobre todo gafas que las hay de todos los colores y formas posibles. Digamos que quien es invitado dispone de barra libre de gafas. Desde las seis y media de la tarde, comenzaban a llegar coches a uno de los pabellones de la Casa de Campo de Madrid.
Influencer e influencer como si no hubiera un mañana, los había nano, micro, macro y megainfluencer, los que pasan de un millón de seguidores, como Laura Escanes, que necesito un coche grande porque acudía con sus asistentes; una le llevaba el bolso, otra le sujetaba la cazadora y la cuarta le daba conversación. La comida callejera que se servía; hamburguesas, burritos, patatas, gofres o pizzas alimentaban a los 500 invitados y la música de Andy y Lucas, Ana Torroja, Los Diablos, OBK y Álvaro de Luna alimentaban el alma. Cerraba sus puertas a las dos de la madrugada hasta el año próximo.