La Princesa Ana, en una imagen de archivo
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La estricta dieta a la que se somete la Princesa Ana a sus 72 años
Muchos son los titulares en la crónica social de nuestro país que copa la dieta de la Reina Letizia y, por consiguiente, del Rey Felipe VI y sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía. Pero, ¿qué hay del régimen y honorarios del resto de casas reales europeas?
Una de las dietas más peculiares es sin duda la de la Princesa Ana del Reino Unido, la segunda de los hijos de la Reina Isabel II y de su marido, el Príncipe Felipe, duque de Edimburgo. Según ha trascendido este martes, la Princesa arranca sus días con un tazón de fruta en el que no pueden faltar los plátanos muy maduros. Tanto, que lleguen hasta a tener algo de moho. «En su desayuno no pueden faltar los plátanos pasados, con la piel casi negra y la pulpa sobre madurada, porque se digieren fácilmente», ha confesado Darren McGrady, chef de la Casa Real británica.
Un desayuno muy distinto al que consumía la Reina Isabel, que siempre comenzaba el día con un té Earl Grey con cereales, un yogur y unas tostadas con mermelada de naranja amarga de Sevilla.
Al igual que el Rey Carlos, Ana suele saltarse el almuerzo, pero no pasa hambre. Hasta la hora de cenar, la princesa come algo de fruta –especialmente, kiwis–, o naranjas, que le aportan mucha vitamina C, flavonoides y aceites esenciales.
La Princesa Ana es también gran amante de los pescados ahumados, como el salmón, la caballa y la trucha; y de los arenques, un tipo de pescado forrajero, perteneciente en su mayoría a la familia Clupeidae, provenientes de océano Atlántico y el Mar Báltico; que aunque en Inglaterra se suelen comer acompañados con huevos, la princesa consume con ensalada o patatas, o con pasta o menestra de verduras.
«También se sabe que los miembros de la Familia Real disfrutan de nuestros arenques y Su Alteza Real la Princesa Ana ha escrito a Barry y Derek diciéndoles cuánto disfruta de sus arenques», señalan desde Fortune Kippers, una empresa de 140 años con sede en Whitby, en North Yorkshire.
«Tanto la Reina como su hermana Margarita tomaban arenques ahumados desde niñas en el Castillo de Windsor desde tiempos de la guerra. Fue el ama de llaves, la señora Alice Bruce, quien se los descubrió», rezan, por su parte, las páginas del libro Dinner at Buckigham Palace.
En la dieta de la Princesa Ana tampoco pueden faltar el pastel de galletas de chocolate, el pastel de jengibre o los sándwiches de pepino, huevo y salmón ahumado. Asimismo, a la hermana menor del Rey Carlos III le encantan los pasteles de carne en lata, un pastel salado hecho con salados; aunque si tuviera que escoger su plato favorito, sería sin duda el faisán con chutney de mango, elaborado por John Williams, chef del Hotel Ritz. Por su parte, la Reina Isabel II siempre prefirió el paté Gleneagles elaborado con salmón ahumado, trucha y caballa, y de postre las fresas de Balmoral y los melocotones cultivados en el Castillo de Windsor.