Su cuento de hadas terminó siendo una historia de terror con terribles repercusiones tanto físicas como psicológicas
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Los alimentos que Lady Di comía a escondidas
A pesar de sus problemas alimenticios, tenía especial preferencia por la pizza y las crepes
El carisma, la humildad, la empatía y el gran sentido de la moda ubicó a Lady Di en la esfera mundial más allá de su matrimonio con el Príncipe Carlos. Veinticinco años más tarde del trágico accidente de coche que le arrebataría la vida, el mundo continúa recordándola como sinónimo de elegancia y autenticidad.
Escaló en la aristocracia hasta convertirse en la mujer del heredero al trono, pero su cuento de hadas terminó siendo una historia de terror con terribles repercusiones tanto físicas como psicológicas.
La última temporada de The Crown recupera, de hecho, uno de los momentos más crudos de su vida: cuando reconoce ante Andrew Morton que incluso planteó quitarse la vida y tirarse por las escaleras de palacio estando embarazada del Príncipe Guillermo. Una auténtica revelación que se suma a los ya conocidos problemas con su alimentación. Sufrió durante años bulimia, algo a lo que no ayudaron las estrictas reglas y protocolos de la realeza con la comida.
Adoraba la pizza y salía a escondidas del palacio para evitarle disgustos a la Reina Isabel II
La comida rápida como hamburguesas, pizzas y dulces estaban prohibidos para los miembros de la monarquía pues era necesario que todos se mantuvieran completamente sanos, cosa que solo se lograría con una buena dieta a base de vegetales, frutas orgánicas y una rutina de ejercicio. Sin embargo, la Princesa Diana adoraba la pizza y salía a escondidas del palacio para que no la pillase la Reina Isabel II. Normalmente, acudía acompañada de sus hijos al restaurante italiano Da Mario, situado entre el Palacio de Buckingham y el de Kensington.
El que fuera chef personal de la Princesa durante once años habló, además, de forma reciente sobre sus aficiones. Darren McGrady reconoció que su plato favorito eran las berenjenas y los pimientos rellenos de calabacín, champiñones, arroz y ajo cubiertos de parmesano, mozzarella y salsa de tomate. «A menudo entraba en la cocina y pedía su plato favorito, y se sentaba a charlar mientras [yo] lo preparaba», añadió. Una actitud calificada por el chef como inaudita en un miembro de la realeza.
Le encantaba comerse un tazón entero de lichis, una fruta tropical procedente de la cultura asiática
Confesó también adoraba su budín de pan y mantequilla y que tenía un gusto ecléctico cuando se trataba de frutas y no solo se deleitaba con manzanas y peras. Todo indica que a Lady Di le encantaba comerse un tazón entero de lichis, una fruta que, aunque aún poco conocida en España, cada vez tiene más presencia dentro de la cocina moderna gracias a la tendencia y demanda de la comida asiática en nuestro país. El lichi es un pequeño fruto de piel roja, rugosa, áspera y curtida de pulpa blanca, acuosa y translúcida similar al madroño español. De sabor muy dulce, contiene mucha cantidad de agua y antioxidantes.
Una vez superada la bulimia, su única preocupación fue tener una dieta saludable libre de grasas. «Tú cuida las grasas y yo cuidaré los carbohidratos en el gimnasio», asegura McGrady que le dijo. Eso no le impedía, en cambio, seguir disfrutando de los postres. El chef reveló que, como regla protocolaria, debía presentar dos menús opcionales para que la Reina eligiera. Cuando sabía que Lady Di también comería en palacio incluía también dos opciones de postre: crepes francesas –el favorito de la Princesa– y otro que a la Reina no le gustaría. De esta forma, se aseguraba que elegiría el primero. «Funcionó todas las veces».
La mujer del Príncipe Carlos, en cambio, no solía pedir postre cuando estaba en compañía de su suegra. «Estaba demasiado asustada para pedir algo frente a ella. Por eso, siempre hacía de más. «Sabía que la Princesa bajaría a la cocina en minutos para comer una porción de su postre favorito» a escondidas.
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