Eduardo Zaplana
El extraño descuido doméstico que hizo caer a Zaplana: así arrancó el caso Erial
El expolítico se enfrenta a una petición de 19 años de cárcel por los presuntos delitos de prevaricación, cohecho y blanqueo
Siempre le ha sobrado la ambición, envuelta en un trato cercano y dicharachero. Durante 17 años, Eduardo Zaplana gozó de la suerte en la arena política, en la que se inició como alcalde de Benidorm y culminó como ministro y portavoz del PP. El descenso a los infiernos le pilló en su casa de Valencia el 22 de mayo de 2018. Los agentes de la UCO lo arrestaban en su domicilio, un exclusivo piso en la calle Pascual y Genís por el que pagaba 3.000 euros de alquiler.
Esta semana, ha arrancado en Valencia el juicio del llamado caso Erial. Zaplana se enfrenta a una petición de 19 años de cárcel por los presuntos delitos de prevaricación, falsedad, cohecho y blanqueo. «¡Haz la cola!, ¡haz la cola!», le increpaba una mujer en el acceso a la Ciudad de la Justicia de Valencia, este martes. Unas imágenes que se han reproducido hasta la saciedad los últimos días por lo cómico de la situación.
Eduardo Zaplana, este martes, durante el juicio por el caso Erial
En el caso Erial se investiga el presunto cobro de comisiones derivadas de la concesión de las Inspecciones Técnicas de Vehículos (ITV), realizadas en 1997 durante la gestión de Zaplana al frente de la Generalitat, y del Plan Eólico de la Comunitat Valenciana, puesto en marcha en 2003.
A muchos aún les cuesta creer cómo Zaplana cayó en un absurdo movimiento: al mudarse de casa se olvidó unos papeles que marcaban la hoja de ruta del amaño de los contratos. El nuevo propietario alquiló la vivienda de Valencia a un imán sirio a quien se atribuye el hallazgo fortuito. Aunque se publicó que los habría encontrado en un altillo, posteriormente se desmintió esta teoría. Según la declaración de Al Naddaf Yaloud Imad, halló un sobre blanco «muy fino» en el lateral de una caja fuerte de la vivienda que se encontraba en la habitación principal de la casa. El sirio entregó aquellos folios a Marcos Benavent, exgerente de la empresa pública Imelsa y autodenominado yonki del dinero. La UCO los encontró durante un registro al despacho de un abogado de Benavent. Esos papeles propiciaron la detención de Zaplana y el inicio del famoso caso.
Su vida en Madrid
Zaplana en Madrid
Hasta hace poco era habitual ver a Zaplana paseando por el centro de Madrid. Vive en la calle Zurbarán y es socio del club Metropolitan, de José Abascal. En este gimnasio entrenan multitud de rostros conocidos como los actores José Coronado, Juan Echanove o Chris Hemsworth, cuando viaja a Madrid; políticos como Antonio González Terol. «Los últimos meses Zaplana ya no ha venido por aquí. Entendemos que ha estado preparando el juicio, más liado», aseguran a El Debate.
Club Metropolitan
El expolítico siempre ha sido esclavo de su imagen y durante años, ha acudido con regularidad a sacar músculo a este club. «Solía entrenar los fines de semana. Estaba como dos horas y media. Pesas, abdominales y elíptica, con un entrenador personal», añaden. Existen distintas tarifas que se adaptan a las necesidades del perfil del cliente y la cuota mensual más barata es de 120 euros al mes. La matrícula asciende a 370. El precio por supuesto no incluye entrenador personal que ha de contratarse aparte.
Leucemia y trasplante
A sus 68 años, Zaplana ha enfrentado varios problemas de salud y familiares. En 2015 le diagnosticaron una leucemia y posteriormente, se sometió a un trasplante en un hospital público valenciano. Permaneció en prisión provisional durante nueve meses, a pesar de que su defensa pidió otras medidas menos lesivas para su estado de salud.
Su mujer Rosa Barceló también fue diagnosticada con la misma enfermedad. El matrimonio tuvo tres hijos y el menor falleció a los 22 años por una patología congénita.
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