Amaia Salamanca y Rosauro Varo celebran la Primera Comunión de sus hijos pequeños, Nacho y Mateo

Si el año pasado era el turno de su hija mayor, Olivia, de 11 años, en esta ocasión han sido los pequeños de la casa, Nacho y Mateo, los protagonistas del evento. Los benjamines de Amaia Salamanca y Rosauro Varo, de nueve y ocho años, realizaron la Primera Comunión el pasado viernes 9 de mayo en la urbanización Guadalmina de Marbella en la que reside la familia al completo.

Hasta este lujoso y exclusivo paraje de Andalucía se desplazaron amigos y familiares para celebrar un momento tan especial. Entre los invitados más destacados, Eugenia Silva y Alfonso de Borbón, que horas después conocería la muerte de su padre, Alfonso de Borbón y Escasany. Tampoco faltaron rostros conocidos como José María Aznar y Ana Botella; Ariadne Artiles, junto a sus tres hijas –la pequeña Ari y las gemelas, María y Julieta– y su marido, José María García Fraile, Rudy Fernández y Helen Lindes, Miguel Baez El Litri o Cayetana Guillén Cuervo.

Pese a la variedad de invitados, quien destacó por su look fue la madre de los protagonistas. La actriz madrileña se decantó para esta fecha tan especial por un elegante traje de la firma Vogana Collection. La chaqueta, el modelo Corinta arena, en beige, con escote cruzado en uve con solapa a contraste y precio de 195 € destaca por su manga abullonada y el cierre con cinturón de la misma tela y hebilla de madera. El pantalón jen arena, en el tono mismo y un precio de 135 € tiene un talle alto favorecedor, pernera acampanada y cremallera trasera invisible.

Siguiendo su discreción habitual, se desconocen más datos sobre el evento. «En nuestro caso tenemos claro que, como familia, no queremos esa exposición mediática». Lo único que se puede afirmar es que ninguno de los niños recibió como regalo al recibir la Primera Comunión un móvil. Fue la propia Amaia Salamanca la que se mostró en contra de ello hace justo un año, cuando era su primogénita la que recibía el sacramento. «Mi hija va a hacer la Comunión y varias personas querían regalarle un móvil y he dicho que no».

La familia reside en Guadalmina Baja, una de las urbanizaciones más exclusivas de Marbella, situada en San Pedro de Alcántara. Esta zona se ha consolidado como refugio de la élite empresarial y política, gracias a su privacidad, seguridad y cercanía tanto al mar Mediterráneo como a campos de golf de primer nivel. El entorno, salpicado de villas de lujo y exuberantes jardines, ofrece un estilo de vida tranquilo y sofisticado, enmarcado por la sierra malagueña y la brisa marina. Guadalmina se ha convertido en sinónimo de distinción en la Costa del Sol, siendo elegida por numerosos rostros conocidos del panorama nacional.

La vivienda de la pareja, ubicada en una amplia parcela de más de 3.500 metros cuadrados, se integra perfectamente en el paisaje con un diseño arquitectónico moderno y minimalista. La casa, distribuida en dos plantas y con una superficie de 644 metros cuadrados, cuenta con cinco dormitorios, gimnasio, amplias zonas comunes y una piscina infinity que se abre hacia un jardín cuidadosamente diseñado. Esta residencia no solo refleja el gusto por la elegancia discreta, sino también la intención de crear un hogar familiar en un entorno privilegiado que permite combinar el descanso con la actividad profesional desde una ubicación estratégica.