
Marta Ortega, en una imagen de archivo
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La sorprendente opinión de Marta Ortega sobre su padre Amancio
La hija menor lidera Zara con la misma pasión que su padre, preservando el legado familiar mientras lo lleva a nuevas alturas
Zara celebra 50 años de historia, un legado que comenzó en la calle Juan Flórez de La Coruña y que hoy brilla como la joya de Inditex. Con 1.759 tiendas en 97 países y una facturación de 27.778 millones de euros, la marca fundada por Amancio Ortega ha transformado la industria textil con su rapidez, adaptabilidad e innovación, ofreciendo colecciones de tiradas limitadas que responden con agilidad a las demandas del mercado.
Desde 2022, bajo la presidencia de Marta Ortega, Zara no solo ha buscado ser más deseable, sino también más responsable y sostenible, apostando por un crecimiento consciente que respete tanto el legado de su padre como el futuro de la compañía.
Amancio Ortega, el visionario fundador de Inditex, dejó una huella imborrable en la industria. Hoy, su hija pequeña ha consolidado su lugar como una figura clave en la evolución de la compañía. Con 41 años, ella destaca por su discreción y su impacto; detrás de su apariencia calmada se esconde una mujer decidida, estratégica y con una visión clara. Desde pequeña, ya mostraba una curiosidad insaciable por el negocio familiar, acompañando a sus padres a las fábricas y planteando preguntas que reflejaban el deseo de aprender. Aunque suele mantenerse alejada de los focos, en una entrevista con El País Semanal, deja claro que su ambición es inquebrantable: «Nunca imaginé que el imperio que mi padre creó llegaría tan lejos», reflexiona.
Con una humildad que refleja la verdadera clave de su éxito, Marta Ortega subraya que lo esencial no es la vanidad, sino el esfuerzo constante. «No nos gusta creernos nada. Y también el trabajo día a día, que es lo que de verdad importa. Todo esto es lo que nos ha enseñado mi padre: hay que estar siempre preparados para lo que pueda venir», comparte, destacando que su visión para la empresa va más allá de la fama.
Junto a Óscar García Maceiras, enfrenta el reto de mantener la esencia de la compañía, honrar el legado de Amancio Ortega y adaptarse a un cliente más exigente. Bajo su dirección, la firma se ha convertido en algo más que un simple punto de venta; ahora es un espacio experiencial donde los clientes no solo compran productos, sino que disfrutan de un ambiente que fusiona el mundo físico y digital. Las tiendas ahora cuentan con dependientes conectados digitalmente, capaces de realizar transacciones desde cualquier rincón del establecimiento.

Amancio Ortega y su hija Marta
La familia como pilar
A lo largo de la entrevista, Marta Ortega no puede evitar hablar con profunda admiración de su padre, una figura esencial en su vida. «Tiene 89 años, hace ejercicio cada mañana, se cruza con la gente de A Coruña, desayuna donde siempre y está aquí [en Arteixo] a las ocho de la mañana. En lo que llamamos fábrica. Es austero, a pesar de la magnitud de su patrimonio. Le gusta hablar de lo que está por venir, de los pasos que debemos dar, pero nunca se regodea en el pasado ni se mira al ombligo. Es un eterno insatisfecho, siempre quiere ir más lejos», expresa con cariño.
La figura de su madre, Flora Pérez Marcote, también ocupa un lugar especial en su corazón. «Ha sido para mí un modelo a seguir. De ella he aprendido todo. Empezó haciendo las colecciones de Mujer de Zara», dice. Además de ser parte del Consejo de Administración de la empresa, preside la Fundación Amancio Ortega.

Amancio Ortega y Flora Pérez se divorciaron, pero mantienen una relación cordial
Aunque sus padres se separaron, guarda con cariño los recuerdos de su infancia. «Cuando era pequeña, mis amigos siempre me decían que tenía suerte porque mis padres trabajaban con ropa, y les parecía divertido», comenta, evocando esos primeros momentos que despertaron su amor por la moda y la visión que la acompañaría siempre. Además, la influencia de su abuela, una costurera que dedicó su vida al trabajo fuera de casa, fue decisiva. «Era una mujer con una enorme capacidad de sacrificio», afirma.
Y si algo tiene claro, la empresaria asegura que, más allá del dinero y el poder, lo que realmente importa es la familia. «La familia es lo más importante». Casada con Carlos Torretta, tiene tres hijos: Amancio, fruto de su primer matrimonio con el jinete Sergio Álvarez Moya, y Matilda y Manuel, de su actual relación. Para ella, son ellos los que le dan la fuerza y la inspiración para seguir adelante, siempre con el corazón y la mente enfocados en lo que más quiere.