
Sarah Ferguson, con su hija Beatriz de Inglaterra en la Royal Ascot
La dura infancia y los problemas de salud mental de Sara Ferguson ven la luz
La duquesa de York es la exesposa del Príncipe Andrés y ya no forma parte de la Familia Real, aunque vive en Windsor
Sara Ferguson acaba de reaparecer en público este lunes en las carreras de caballos de Ascot junto a su hija, la Princesa Beatriz.
Una cita, entre caballos y tocados, muy simbólica para la que fue esposa del hijo favorito de la Reina Isabel II, el Príncipe Andrés, a quien precisamente conoció en Ascot, gracias a la Princesa Diana, y quien con el tiempo se convirtió en su marido durante diez años. Hoy en día, es su mejor amiga y compañera de vida.
Su vida dentro y fuera de la Familia Real Británica no fue un camino de rosas, y así lo relata en primera persona en la prensa británica. «Siempre supe que había problemas que debía abordar, derivados de mi infancia y mi paso por el ojo público. Luego me diagnosticaron cáncer dos veces en el mismo año, algo que sería un desafío para cualquiera, tanto para la salud mental como para la física», explica.

Diana de Gales y Sara Ferguson en 1980
Su testimonio
Una infancia dura y dos diagnósticos de cáncer, amén de un divorcio y una vida vivida intensamente y muy cuestionada por ello, no le han borrado la sonrisa, pero sí le han servido para dar aliento público a todas aquellas personas que sufren problemas de salud mental.La duquesa de York ha querido dar un paso al frente y compartir su historia, su dura historia. «Como madre, figura pública y alguien que ha experimentado los profundos desafíos de la salud mental, siempre he creído en el poder de la apertura, la amabilidad y la compasión. Pero hablar abiertamente de las luchas que he enfrentado no siempre ha sido fácil», escribió en una carta publicada este lunes en The Telegraph, para arrojar luz sobre los problemas de la salud mental.

Sarah Ferguson durante el 'Easter Day' en Windsor
Con sinceridad reconoce «las profundas cicatrices» que arrastra y cómo sufrió por «los titulares de prensa de los años 1980 y 1990». También sufre en estos tiempos por lo que se dice sobre ella en redes sociales, lo que describe como «un pozo negro».
Desde que era niña, sufrió. Recuerda la dura infancia que vivió, lo que le provocó «sentimientos de indignidad hacia mí misma», y sus problemas con la comida, «una lucha constante que a menudo amenaza con convertirse en un trastorno alimenticio a gran escala».
La salud mental
«Me preocupa especialmente la crisis de salud mental que estamos observando en nuestros jóvenes. Hay tasas crecientes de ansiedad, depresión y otros problemas de bienestar en la próxima generación. Esta crisis se debe a una combinación de factores sociales, económicos y digitales, agravados por las numerosas dificultades que enfrentan las personas para acceder a un apoyo oportuno y eficaz», relata en su carta.

Sarah Ferguson con su hija Beatriz Royal Ascot en 2024.
Una clínica para recibir ayuda
Y la duquesa de York no tiene tampoco reparo en reconocer que visitó un centro de salud mental en Zurich, Paracelsus Recovery, para recibir ayuda. «No me avergüenza revelar que la clínica me ofreció un refugio, reconocida por su tratamiento personalizado y de vanguardia para quienes lidian con problemas de salud mental y adicciones, en particular para quienes sus problemas a menudo se ocultan tras una fachada pública. Quizás hayan oído hablar de Paracelso, llamado así por el médico y pionero suizo del siglo XVI que fue contra corriente al declarar que quienes padecían enfermedades mentales no estaban poseídos por espíritus malignos, sino que merecían un trato humano», confesó compartiendo su experiencia.