Norman Foster, el millonario arquitecto que no quiere jubilarse

El reconocido arquitecto británico, de 90 años, casado con la sexóloga española Elena Ochoa, no piensa en su jubilación, ni mucho menos. Su imperio crece por minutos desde 1990, cuando echó raíces junto al Támesis.

Su éxito y su leyenda comenzó hace más de seis décadas en un modesto apartamento que Foster compartía con su primera esposa y también arquitecta, Wendy Cheesman. De ahí a tocar el cielo, con sus rascacielos y edificios singulares salpicados por el mundo. Viene de abajo, no siempre fue rico, y estudió con beca. Trabajó como panadero y repartió helados, antes de ser quien es hoy en día. Además sufrió acoso en el colegio, lo que retrata una infancia nada fácil.

Entre manos, 95 proyectos

Con 20 años quiso dibujar edificios y se apuntó a la universidad. Foster inició a duras penas la carrera, se esforzó y obtuvo su título en 1961. A día de hoy tiene 20 oficinas en 12 países y cuenta con más de 2.500 trabajadores en todo el mundo. Es, para muchos, el mejor en lo suyo. Él y su equipo diseñan pensando en el futuro sin perder de vista el pasado y la historia. Entre manos, tiene ahora mismo, 95 proyectos en marcha en 49 ciudades distintas. Esquiar sigue siendo su hobby favorito. Y junto a su mujer, forma un todopoderoso dúo en el mundo del arte contemporáneo.

«No se desanimen por el fracaso, porque ningún esfuerzo sincero es en vano», así anima en una reciente entrevista desde la revista de interiorismo a los jóvenes que comienzan cualquier andadura. Unas sabias palabras que demuestran su talante. Entre sus muchos premios, ha sido galardonado con el premio Pritzker en 1999 y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2009. Norman Foster además es Barón Foster de Thames Bank. Recibió el título nobiliario de Lord en 1999 de la Reina Isabel II, después de haber sido nombrado caballero -«Sir»- en 1990.

La arquitectura la entiende como un mecanismo para mejorar la vida de las personas, y en eso está, con sus diseños colosales, día tras día. Bodegas Faustino, un edificio diseñado por el prestigioso estudio Foster & Partners, acaba de ser reconocido con el premio Best Of Wine Tourism 2025 en la categoría de Arquitectura, Parques y Jardines, por ejemplo.

Madrid,su segunda casa

Madrid es una ciudad que visita con frecuencia junto a su mujer y que le gusta mucho. Desde 2016, la capital española es la depositaria del legado del arquitecto, que creó la Fundación Norman Foster en un antiguo palacete de 1902 situado en la calle Montesquinza. El matrimonio acude, siempre que puede, a comer al restaurante La Parra, en Chamberí, muy cercano a su fundación. Su corazón británico late en español, a pesar de que viven en Suiza.