El Debate daba noticia del robo que se había producido en la embajada alemana de Roma: «Tres ladrones han entrado esta noche en la Embajada alemana en el [Palacio del] Quirinal, forzando la caja de caudales, llevándose unos papeles y abandonando el dinero», recogía el diario e indicaba que los papales «carecían de importancia», pues el embajador, temiendo un robo político, había sustituido los documentos por papeles en blanco; «dejando, en cambio, 600.000 liras en la caja de caudales».
Ante un posible robo, el embajador también ordenó organizar un servicio de vigilancia con «señales de alarma eléctrica» que sorprendieron a los ladrones que intentaron defenderse «a tiros». Sin embargo, uno de ellos fue herido en el vientre por el consejero de la embajada y «los otros dos fueron detenidos por el personal de la Embajada», relataba.
Los dos detenidos resultaron ser un obrero romano «especialista en hechos de esta clase» que declaró haber recibido la orden de robar ignorando las razones y otro un exoficial del Ejército italiano. Aunque no se supo quien motivó el robo, El Debate había recibido dos largos comunicados de París negando que los ladrones fuesen espías al servicio de Francia. Lo único claro que se sabía era que fue un robo político y que los periódicos romanos acusaban a los franceses.