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28 de marzo de 2024

"La coronación de Nicolás II el 14 de mayo de 1896". 1898. Museo Estatal del Hermitage, San Petersburgo

«La coronación de Nicolás II el 14 de mayo de 1896». 1898. Museo Estatal del Hermitage, San Petersburgo

Picotazos de historia

La tragedia que ensombreció el inicio del reinado de Nicolás II

Cuatro días más tarde de la coronación de los nuevos monarcas tuvo lugar el tradicional banquete que los nuevos soberanos solían ofrecer al pueblo de Moscú, con motivo del inicio de su reinado

Se conocía como el campo de Khodynka a un área de espacio abierto, al noroeste de Moscú, en lo que ahora es el inicio de la Perspectiva o Avenida de Leningrado. El 26 de mayo de 1896 fue coronado Nicolás II y su esposa Alexandra Feodorovna (Alix de Hesse) como zar y zarina de Rusia. Cuatro días más tarde tuvo lugar el tradicional banquete que los nuevos soberanos solían ofrecer al pueblo de Moscú, con motivo del inicio de su reinado. El lugar tradicional para este festejo era el campo de Khodynka y esta vez también se haría allí.
Rápidamente se levantaron calles, un teatro, tenderetes y plazas para conducir y acoger al gentío que acudiría a las más de 150 mesas de buffet que distribuirían, los alimentos, las bebidas y los regalos que los nuevos zares daban a su pueblo. Los preparativos fueron acordes al acontecimiento: veinte barracones estaban listos para la distribución gratuita de más de treinta mil cubos de cerveza, diez mil cubos de miel y más de cuatrocientas mil bolsas con los regalos que los zares hacían a su pueblo. Estas bolsas contenían una taza esmaltada fabricada especialmente para la ocasión, un pan de una libra de harina blanca, media libra de salchichas, un pan de jengibre, una bolsa con frutos secos y arándanos, otra con golosinas y un pañuelo con una vista impresa del Kremlin.

No pudieron contener la muchedumbre que se lanzó, temerosa de perder las bolsas y las monedas, contra los barracones y las mesas

Estaba previsto que empezaran los festejos a las 10:00 de la mañana del día 30 de mayo. Días antes se habían reunido gentes que venían de los alrededores y de distantes lugares para presenciar el espectáculo y recibir los dones de sus señores. Un rumor –se desconoce su origen– difundió que dentro de las bolsas el zar había puesto un rublo de oro para cada súbdito, así que pronto el gentío supero el medio millón de personas. Entre esta ansiosa masa de gente, unos individuos hicieron circular el bulo de que los cantineros estaban repartiendo las bolsas entre sus familiares y estaban sacando las monedas para quedárselas. Unos mil ochocientos policías especialmente destinados para mantener el orden no pudieron contener la muchedumbre que se lanzó, temerosa de perder las bolsas y las monedas, contra los barracones y las mesas. La ciega presión de la masa empujó a grupos enteros a zanjas, que se rellenaron con los cuerpos que fueron pisoteados por la multitud. Cundió el pánico y los empujones aumentaron la confusión. Cuando, por fin, se pudo poner orden, el suelo del campo de Khodynska estaba sembrado de cadáveres.
Rápidamente se recogieron y trasladaron a los heridos a los hospitales, los cadáveres a los depósitos y se arreglaron los desperfectos para la visita del zar esa misma tarde. Informado de los sucesos, Nicolás II acudió a los actos aunque se le vio profundamente afectado. Mientras las cifras de muertos y heridos iban subiendo. Hoy se calcula entre 1200 y 4000 los primeros y entre 10.000 y 15.000 los segundos.

Cuando, por fin, se pudo poner orden, el suelo del campo de Khodynska estaba sembrado de cadáveres

La familia imperial donó 80.000 rublos al fondo para las familias de las víctimas y mil botellas de vino de Madeira para los heridos en los hospitales. Nicolás era buena persona y sinceramente estaba consternado por la tragedia, a tal punto que decidió cancelar su asistencia a un baile que en su honor organizó la embajada de Francia. Fue su tío, el no demasiado bien considerado gran duque Seguei Alexandrovich, que le insistió en la importancia de la asistencia debido al enorme gasto hecho por el gobierno francés y el embajador, conde de Montebello.
Discurso inaugural de Nicolás II ante las dos cámaras de la Duma Estatal en el Palacio de Invierno, 1906

Discurso inaugural de Nicolás II ante las dos cámaras de la Duma Estatal en el Palacio de Invierno, 1906

Y es que se habían traído ricos tapices de Gobelinos para adornar la embajada, cajas y más cajas de las más costosas cosechas de los preciados vinos de Francia, más de veinte mil rosas del Midi, etc. Nicolás acudió y abrió el bailes con la esposa del embajador. Fue una decisión de la que se arrepintió toda su vida. Sus detractores inmediatamente lo mostraron como una persona despreocupada, distante y egoísta.
Nicolás el Sangriento le llamaron y, durante mucho tiempo, las negras sombras de ese día le persiguieron hasta que otras más siniestras se abatieron sobre él. En cuanto al tío Serguei, el miope gran duque que además era el gobernador de Moscú y, por lo tanto, el máximo responsable de los sucesos: moriría asesinado –en 1905– al explotar una bomba que le arrojó un exaltado.
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