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03 de mayo de 2024

Los desastres de la guerra, n.º 5: «Y son fieras»

Los desastres de la guerra, n.º 5: «Y son fieras»Francisco de Goya - Museo del Prado

Picotazos de historia

Historias de la Guerra de Independencia española: el alcalde de Andújar y el general francés Chabert

Muchos protagonistas y testigos nos dejaron testimonio en su escritos y memorias y, en especial, destacan los de los propios franceses que no esconden el comportamiento vergonzoso del Ejército francés en España y la reacción del pueblo español, ofendido y exacerbado por los sistemáticos saqueos, destrucción, asesinatos y violaciones

La Guerra de Independencia española (1808 – 1813) fue un conflicto considerado de alta intensidad por el numero elevado de batallas, combates y escaramuzas que se libraron, en comparación con otras campañas. Al alto grado de lucha se sumó una crueldad nunca conocida desde la Guerra de los Treinta Años (1618 – 1648) en Centroeuropa.
Francisco de Goya reflejó el horror de esta guerra en su serie de grabados denominado Los Desastres de la Guerra, terrible testimonios de como se desarrolló. Muchos protagonistas y testigos nos dejaron testimonio en su escritos y memorias y, en especial, destacan los de los propios franceses que no esconden el comportamiento vergonzoso del Ejército francés en España y la reacción del pueblo español, ofendido y exacerbado por los sistemáticos saqueos, destrucción, asesinatos y violaciones. Pero en medio de estos actos terribles también brillaron otros llenos de dignidad y honor por ambas partes. Permítanme ahora que les relate uno breve y característico del que nos dejó testimonio el general francés Chabert.
La Rendición de Bailén obra de José Casado del Alisal

La Rendición de Bailén obra de José Casado del Alisal

En 1808 el general Theodore Chabert comandaba la 2ª brigada de la división del general Barbou que formaba parte del Cuerpo de Ejército bajo el mando del general Dupont. Chabert fue uno de los tres oficiales que negoció y firmó la capitulación de las tropas francesas tras su derrota en Bailen (1808). Esta circunstancia afectaría su carrera futura. Antes de estos hechos, según nos relata él mismo en sus Memorias, estaba acuartelado en la ciudad de Andújar cuando recibió orden de llevar sus tropas a la ciudad de Córdoba.

El alcalde dio su palabra de hacer cuanto estuviera en su mano para proteger las personas y bienes a él confiados

Chabert, no pudiendo trasladarlas consigo, confió la vida y seguridad de su esposa y su joven cuñada, junto con sus efectos personales, al alcalde, con quien estaba en buena relación pero no ocultaba su apoyo a los insurgentes. El alcalde dio su palabra de hacer cuanto estuviera en su mano para proteger las personas y bienes a él confiados.

Un hombre de palabra

Una vez que las tropas francesas abandonaron Andújar se presentaron en la ciudad las diferentes partidas de guerrilleros que abundaban por la zona. Reclutaron a toda la gente que pudieron para combatir a los franceses y exigieron al alcalde la entrega de los enfermos y heridos franceses que estaban en el hospital. Nadie se engañaba de cual sería el destino de estos desgraciados en manos de la guerrilla y la población de Andújar, con su alcalde a la cabeza, se negaron en redondo a entregarlos para que los escabecharan.
La guerrilla se asombró de la unánime reacción y en vista del poco éxito afirmaron conformarse con las dos jóvenes francesas y los efectos del general Chabert. No se amilanó el alcalde ante esta nueva exigencia, al contrario, envió a las señoras y el equipaje del general a la cárcel de Andújar y allí se encerró dispuesto a defender con su vida la palabra dada. La guerrilla, admirando la resolución del alcalde, decidió que no merecía la pena y abandonó la ciudad cuando tuvieron noticias de la vuelta de las tropas francesas. Días después llegó el general Chabert con su brigada y, al devolver las vidas y bienes a él confiados dijo el alcalde a Chabert.
«He mantenido mi palabra. Dejo en sus manos el encargo que juré cumplir. Pero mis compatriotas han empuñado las armas en favor de su independencia. Puede verlos en esos cerros. Ya sabe a quien me debo. Si caigo en sus manos recuerde lo que he hecho por usted». Y añadió Chabert a continuación: «Tal era, casi por lo general, la manera de ser de los españoles».
Lo curioso de este tipo de anécdotas y opiniones es que las encontramos de forma generalizada entre los escritos de los participantes franceses durante la guerra. Lean ustedes las memorias de: Brun, Marbot, Husson, Clerc, Chevillard, Fée, Foy, Lejeune, Chabert... El máximo elogio lo dejó el propio Napoleón Bonaparte en las Memorias que escribió en Santa Elena: «Los españoles todos se comportaron como un solo hombre de honor». Leo las noticias que diariamente se publican y me pregunto. ¿ Qué nos ha pasado?
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