Fundado en 1910

02 de mayo de 2024

Posibles escenarios para el fin del mundo

Posibles escenarios para el fin del mundoRon Miller

El día que 20.000 personas abandonaron Londres ante la llegada del fin del mundo

Los primeros años del siglo XVI estuvieron marcados por toda una serie de profecías catastróficas que vaticinaban el fin del mundo

Los años 20 del 1500 estuvieron marcados por toda una serie de profecías catastróficas que vaticinaban el fin del mundo. Sobre la primera, la más famosa de 1524, hablaremos posteriormente. Otra está vinculada al astrólogo Johannes Stöffler, que interpretó una alineación planetaria en Piscis, por lo que supuso que el fin del mundo para el 20 de febrero de 1524. Otra está vinculada al anabaptista Thomas Müntzer, que predijo el fin del mundo para el 1525. Sus seguidores fueron asesinados y él murió bajo tortura, siendo decapitado.
El anabaptismo es un movimiento procedente de la Reforma radical. Los principales grupos son los amish, los huteritas, los menonitas y la Iglesia de los Hermanos. El nombre anabaptista hace referencia a bautizar de nuevo. Consideraban inválido el bautismo infantil y el segundo bautismo como adulto creyente era de hecho el primer bautismo válido. Por ello, los anabaptistas abogan por el bautismo de creyentes adultos, pues, por una parte, consideran que los niños son salvos, y por otra consideran el bautismo como símbolo de fe, la cual no manifiesta un bebé.
Anabaptistas reunidos en secreto en la barca de Peter Piersz

Anabaptistas reunidos en secreto en la barca de Peter Piersz

Hubo otras dos profecías. El anabaptista Hans Hut predijo el fin del mundo para el 27 de mayo de 1528. Arrestado el 16 de septiembre de 1527, fue torturado y murió por asfixia tras un incendio en su celda, el 6 de diciembre de 1527. Al día siguiente su cadáver fue quemado en la hoguera. El científico Johannes Stöffler, de nuevo, predijo el fin del mundo para mediados del año 1528.

La llegada del fin del mundo

La que produjo mayor reacción en la sociedad europea del siglo XVI fue la de 1524. Un grupo de astrólogos, muy destacados en su tiempo, tuvieron una reunión en junio de 1523. Cada uno de ellos expuso sus estudios y conocimientos, para llegar todos a una conclusión apocalíptica. El 1 de febrero de 1524 llegaría el fin del mundo, el cual se produciría con devastadoras inundaciones en la ciudad de Londres.
Durante el mes de julio de 1523 se extendió la noticia por la población con terror. Muchos religiosos, desde los púlpitos, anunciaron la llegada de un nuevo Diluvio Universal. Esto provocó que muchísimos ciudadanos se inquietaran o se pusieran nerviosos. Recordemos que en el siglo XVI los sacerdotes y la Iglesia en general, lanzaban prédicas para que la gente fuera temerosa de Dios. En gran medida se llevaba a cabo esto por el analfabetismo y era una manera de imponer normas. De ahí que la noticia provocara una profunda ansiedad en la sociedad, al temer que desaparecería la vida en la tierra.
Aquella situación de miedo por lo que pudiera pasar hizo que, semanas antes de que llegara el 1 de febrero, la gente empezó a «aprovisionar» alimentos en sus casas. Esto lo tenemos que entrecomillar. Estamos hablando del siglo XVI. No había supermercados y la gente malvivía o sobrevivía en la pobreza.

La iglesia de Saint Bartholomew convirtió el templo en una fortaleza para que el agua no pudiera entrar y salvarse del diluvio que debía arrasar Londres

Los que se dedicaron a acumular alimentos fueron los que tenían dinero para hacerlo. Entre estos hay noticias de los religiosos de la iglesia de San Bartolomé, en Smithfield, al norte de Londres. Y no solo se abastecieron de comida para dos meses, convirtieron la iglesia en una fortaleza para que el agua no pudiera entrar y salvarse del diluvio que debía arrasar Londres. También el conde Von Iggleheim, un noble alemán, llegó incluso a construir un arca de tres pisos.
Poco antes de la fecha llegó una noticia que provocó aún más miedo. El astrólogo Nicolás Perauzonus, estudiando la conjunción de todos los planetas en la constelación de Piscis, anunció catastróficas inundaciones, para ese mes de febrero, que supondría la destrucción de la vida en la tierra. El tema se complicaba. Ya eran varios sabios/astrólogos los que habían llegado a la misma catastrófica conclusión.
El 1 de febrero del año 1524, unos 20.000 pobladores londinenses abandonan sus hogares y se dirigen a terrenos más altos, en espera de la inundación que producirá el fin del mundo

El 1 de febrero del año 1524, unos 20.000 pobladores londinenses abandonan sus hogares y se dirigen a terrenos más altos, en espera de la inundación que producirá el fin del mundo

Era tal el miedo que 20.000 personas abandonaron la ciudad de Londres y se desplazaron a lugares elevados. Creían que de esta manera podrían salvarse. Muchos de ellos fueron a Harrow on the Hill, actualmente un barrio londinense, que forma parte del Gran Londres. Hasta allí consiguieron subir varias barcas. Con ellas conseguían sobrevivir de producirse la inevitable inundación. En una crónica de la época leemos:
«Londres, 24 de enero 1524. Se extiende el pánico en la población londinense ante la inminente inundación de Londres. El verano pasado, varios adivinos y astrólogos estudiaron una alineación de planetas en la constelación de Piscis, llegando a la conclusión de que una terrible inundación destruiría Londres el 1 de febrero de este mismo año.
Esta predicción ha provocado una gran alarma, y unas 20.000 personas han abandonado la ciudad en busca de refugio en los pueblos de alrededor, a la espera de que suceda la tragedia.
El prior del convento de San Bartolomé ha levantado una fortaleza en la colina con víveres suficientes para sus amigos durante 2 meses. Esta mañana ha hecho subir varias barcas a la colina de Harrow, para estar preparados en caso de aislamiento».

Un error de cálculo

Y llegó el 1 de febrero de 1524. Aquel día el cielo apareció despejado. No cayó una sola gota de agua. No llovió. Tampoco lo hizo al día siguiente, no a lo largo de aquella semana. Sequía absoluta. ¿Qué había ocurrido? Algo tan sencillo como un error de cálculo. Los astrólogos volvieron a reunirse y se dieron cuenta de que se habían equivocado. El fin del mundo no era aquel día, sino que ocurriría el 1 de febrero de 1624. Se habían equivocado en un siglo. Al darse a conocer la noticia se tranquilizó a la población, volvieron a sus casas y continuaron con su vida.

Los astrólogos volvieron a reunirse y se dieron cuenta de que se habían equivocado. El fin del mundo no era aquel día, sino que ocurriría el 1 de febrero de 1624

El que peor acabó fue el astrólogo, matemático, astrónomo y clérigo alemán Johannes Stöffler. Con anterioridad a la predicción tenía un cierto reconocimiento. Realizó un globo celeste para el obispo de Constanza, publicó dos libros comentando obras de Ptolomeo y a la Sphera del Pseudo-Proclo, y publicó varios libros sobre la construcción de un astrolabio y diseño unas Tablas Astronómicas. Sin embargo, al darse cuenta la sociedad que sus profecías eran erróneas, perdió toda credibilidad como profeta o adivino y pasó al olvido.
Comentarios
tracking