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03 de mayo de 2024

General Gregor MacGregor

General Gregor MacGregor

Picotazos de historia

¿Por qué el padre de la estafa inmobiliaria está enterrado en la catedral de Caracas?

Falleció el 4 de diciembre de 1845 siendo enterrado en la catedral de Caracas con todos los honores: civiles, eclesiásticos y militares

Gregor MacGregor ( 1786 – 1845), obviamente del clan MacGregor como Rob Roy, fue un oficial británico que consiguió notoriedad al servicio de la causa independentista venezolana. Ingresado en el ejército británico, su padre compró una alferecía –un sistema de venta de nombramientos o comisiones, lo que permitía rápidos ascensos a personas con medios suficientes– y lo destinaron a Gibraltar donde se casó con una rica heredera con buenos contactos y relaciones familiares.
Ambas cosas le permitirán un rápido ascenso hasta capitán, lamentablemente su carácter le juega una mala pasada y un grave enfrentamiento con un superior le obliga a abandonar el ejército y vender su capitanía. El matrimonio se instalará en Londres y Edinburgo donde el caradura se hará llamar Sir Gregor MacGregor, baronet (dignidad nobiliaria británica inferior a los pares –título– del reino) y caballero de la orden portuguesa del Cristo, además de inventarse parentescos con miembros de la nobleza.
Todo esto funcionó hasta que falleció su esposa, perdiendo el dinero y el apoyo de su familia política. Sin futuro en el Reino Unido se lanzó a la aventura y en abril de 1812 partió hacia Venezuela.
Por supuesto, nada más llegar fue a ofrecer sus servicios a los rebeldes como oficial inglés con experiencia en campaña y al mando de tropas y perteneciente a un regimiento de prestigio. Encantados, inmediatamente lo contrataron y le dieron el empleo de coronel, en junio se había casado con una prima de Simón Bolívar y al mes siguiente fue ascendido a general de brigada.
La aventura americana fue de escasa duración, la Primera República de Venezuela (5 de junio de 1811 hasta 1812) pero al llegar a la isla de La Jamaica, donde antes no le habían mirado a la cara por carecer de cartas de presentación, se encontró recibido como un héroe de la libertad, un personaje romántico como Byron. En los siguientes años participaría en diferentes aventuras en Florida y Granada.
En 1821 lo encontramos de vuelta en Londres, como siempre contando unas mentiras como autobuses. Gregor hizo correr el rumor de que en la Costa de los Mosquitos, en el Golfo de Honduras, un cacique local reconocido por los ingleses como «rey Jorge Federico Augusto» le había creado «cacique de Poyáis» y que en dicho territorio se había desarrollado una rica colonia en la que prosperaban los ingleses.
Al señor y señora MacGregor pronto se les vio «como un gran adorno de comedores y salones del Londres más sofisticado». Tan buena maña se dio el trolero que para finales de año el alcalde de Londres –William John Richardson– era uno de los principales defensores del proyecto de inversión de Poyáis. Abrieron oficinas en Edinburgo y Glasgow, además de la de Londres, donde se negociaban y vendían certificados –muy bonitos y bien hechos– de tierras en el imaginario Poyáis.
Un grabado de Sketch of the Mosquito Shore, que supuestamente representa el "puerto de Black River en el territorio de Poyais"

Un grabado de Sketch of the Mosquito Shore, que supuestamente representa el «puerto de Black River en el territorio de Poyais»

En 1822 vio una intensa campaña de promoción de bonos bursátiles que prometían intereses –garantizados– del 6%, en un momento en que lo normal estaba entre el 2 y 3 % debido al reajuste de la economía tras el fin de las guerras napoleónicas.
Apareció en las librerías una Guía de la Costa de Mosquitos y de la Colonia de Poyáis con descripciones de la que parecía el mismo paraíso terrenal. Según la Guía la capital del territorio de Poyáis era la ciudad de San José. Población que contaba con unos veinte mil habitantes censados (¿Por quién?), avenidas pavimentadas, teatro, opera, catedral, sede del banco de Poyáis, Parlamento y Palacio Real. Parece ser que en la actualidad Gregor MacGregor está considerado como el padre del fraude inmobiliario, pero continuemos con la historia.
Durante los siguientes meses Gregor no solo vendió miles de certificados de propiedad de unas tierras inhóspitas y lejanas, también consiguió prestamos estatales por valor de 200.000 libras. Cinco barcos cargados de ilusionados aventureros partieron hacia esas tierras de felicidad y dicha.
MacGregor contaba con el largo trayecto de ida y vuelta para ganar tiempo antes de que la verdad saliera a la luz, pues sabía lo que contarían los colonos a la vuelta: hambre, fiebres, muerte, selva virgen, etc. Requerido el magistrados General Británico en la Honduras Británica (actual Belice) acerca del territorio de Poyáis respondió: que no se sabía nada de ningún cacique de Poyáis, que efectivamente existía un reyezuelo que controlaba una extensa área de terreno al que llamaba Rey Jorge, que éste había concedido unas tierras de selva virgen a Gregor MacGregor.
También comunicaba el magistrado que el dicho Gregor de ninguna manera tenía poderes ni permisos para negociar ventas de territorio o terrenos, prestamos o bonos, que la concesión de tierras que le habían hecho a MacGregor había sido revocada hacía tiempo y, lo más terrible, que una cuarta parte de los 1.600 colonos que habían llegado a Honduras cargados de ilusiones y sueños habían perecido victimas de las fiebres y el hambre.
Gregor MacGregor abandonó Inglaterra –por motivos de salud– y se instaló en Venezuela, después de que le echaran de Francia, Holanda y Niza. El gobierno de la república le confirmo como general de división y ciudadano, lo que le permitió disfrutar de una pensión vitalicia. MacGregor falleció el 4 de diciembre de 1845 siendo enterrado en la catedral de Caracas con todos los honores: civiles, eclesiásticos y militares.
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