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03 de mayo de 2024

La activista sueca Greta Thunberg

La activista sueca Greta ThunbergEFE

COP26

Jeff Bezos, Greta Thunberg y Leo DiCaprio: los 'chupa cámaras' de la COP26

Ante la crisis climática en la COP26, los medios prefirieron a Bezos, Thunberg y DiCaprio

La cumbre de la COP26 está despegando; con motivo de la crisis climática y la urgencia para encontrar su solución, 120 líderes globales se reunirán durante las dos próximas semanas en un centro de eventos de la ciudad escocesa de Glasgow. Se espera que tengan lugar negociaciones tensas y de carácter imperioso, donde cada país tendrá que comprometerse a cambiar drásticamente su forma de funcionar.
Fuera del centro de eventos, tres manifestaciones siembran el caos en la ciudad de Glasgow; destaca la del movimiento juvenil contra el calentamiento global «Viernes para el Futuro» (FFF), en el parque Cessnock cerca del recinto de la COP26. Allí, masas de jóvenes de todo el mundo protestan contra la gestión de sus gobiernos, que tachan de insuficiente.
Pero para Greta Thunberg es Pascua; caracterizada como si tuviera 13 años a pesar de rondar los 19, la activista sueca llevó a cabo su labor por el planeta fuera del recinto. Mientras que dentro dialogaban 120 líderes mundiales, en el exterior las masas de hasta 25.000 personas hacían eco de los cantos de Greta, un pueril «os podéis meter vuestra crisis climática por el cu…».

¡Se acabó lo que quiera que están haciendo ahí dentro!Greta Thunberg, activista

«Dentro de la COP hay políticos que fingen tomarse en serio nuestro futuro», comunicó Greta a sus espectadores, en el parque Cessnock. «¡Nosotros decimos basta del bla bla bla! ¡Basta de explotar a la gente, la naturaleza, y el planeta! ¡Se acabó lo que quiera que están haciendo ahí dentro!», exclamaba Thunberg, refiriéndose a los compromisos y sustanciales propuestas de legislación que se negociaban dentro del centro.
El impacto de Thunberg es difícil de medir y siempre debatible. La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, alaba la ambición de Greta, agradeciendo el «reto» que le propone la adolescente, y comentando que «tiene razón al querer desafiar a los líderes mundiales, que deberían estar haciendo más». La contradice Piers Morgan, conocido presentador de televisión de Reino Unido: «a mi me cae bien Greta, es una activista eficiente, pero puede ser muy, muy pesada».
Eficiente o no, la voz de Greta se sobrepone a otras aun cuando no tiene nada que decir. En las manifestaciones de Cessnock, al margen de la COP26, la presidenta escocesa del movimiento FFF suplicaba a las masas que prestaran atención a su delegada de México, Adriana, que traía un testimonio de peso sobre la situación en su país.
Nadie prestó atención a Adriana, ni a los delegados de Argentina, Uganda y Filipinas, países en vías de desarrollo especialmente afectados por la crisis climática. Cada cámara, cada foco estaba firmemente pegado a Greta Thunberg, como de costumbre.
Las cámaras hacen una excepción para Leonardo DiCaprio. También lo hacen las masas de gente, que se permiten dejar de protestar por la importantísima crisis global durante un rato, lo que tarden en sacarse un selfie con el actor. DiCaprio se presentó en la zona con la intención de figurar en los paneles de discusión de la cumbre, como activista medioambiental.
De camino al evento, la estrella de Hollywood fue asaltada por hordas de fans deseosos de posar junto a él en una foto. Su equipo de seguridad tuvo que escoltarlo hasta la puerta del centro de conferencias con rapidez, intentando evitar las masas de gente. Con todo, el actor no pudo evitar monopolizar los medios durante un rato; los titulares de la BBC hablan de la llegada del «estrellato» a Escocia, y un hombre local tuitea: «Joe Biden y Leonardo DiCaprio en Glasgow, ¿estamos en un universo paralelo?».
El gran esfuerzo medioambiental de Leo DiCaprio ha consistido en volar desde Los Ángeles hasta Edimburgo mediante un vuelo comercial. Dejó de usar su jet privado en 2016, tras críticas de «eco hipocresía» a manos de las organizaciones medioambientales.
No ha sido así en el caso de Jeff Bezos, que aterrizó el lunes en Escocia con su avión personal. En su discurso el primer día de la cumbre, el billonario dueño de Amazon se comprometió a invertir 2 mil millones de dólares en restaurar paisajes, ecosistemas, y estructuras alimenticias. Contó que pudo comprobar con sus propios ojos la «fragilidad de la tierra» cuando voló al espacio, misión que costó 5,5 mil millones de dólares y supuso 300 toneladas de carbono por minuto por cada 180 segundos en la estratosfera.
Empresarios como Bezos han sido profundamente criticados por los expertos por preferir «huir» al espacio antes que salvar la tierra. Asimismo, la infraestructura de Amazon, desde los paquetes hasta las fábricas, es considerada muy poco medioambiental.
Frente a la reunión de la COP26, donde profesionales diplomáticos y líderes mundiales se han comprometido a negociar posibles soluciones para el problema de la crisis, los medios han preferido centrarse en figuras como Thunberg, DiCaprio, y Bezos, celebrities con muy poco poder legislativo.
Tanto los titulares mediáticos como los manifestantes dan prioridad a las voces sensacionalistas, que monopolizan los focos por costumbre, mientras que a escasos metros de distancia sus presidentes y ministros toman decisiones capaces de cambiar sus vidas. 
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