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29 de abril de 2024

Nicolás Maduro en un acto cultural en Caracas

Nicolás Maduro, en un acto cultural en CaracasPalacio de Miraflores / EFE

Hispanoamérica

Maduro busca protagonismo internacional a costa de atizar el fuego de la hispanofobia

El dictador venezolano sigue la estela del movimiento «Black Lives Matter» en Estados Unidos y del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador

El dictador venezolano, Nicolás Maduro, ha visto en la ola de revisionismo histórico indigenista una buena oportunidad para lograr protagonismo internacional. El chavismo sabe crear y aprovechar polémicas para ocultar sus problemas internos y a la vez posicionarse como víctima ante Estados Unidos, Europa y ahora especialmente ante España.
Recientemente Maduro develó sus cartas y apuesta por abanderar la hispanofobia como estrategia de su propaganda internacional. El pasado 26 de enero ha enfilados los cañones chavistas contra España, en plena sintonía con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, creando una comisión especial que investigue «el dominio colonialista europeo y español».
Pero, al igual que en otras cosas, Maduro no destaca en originalidad. El mandatario mexicano ya se le había adelantado en abanderar la hispanofobia y exigir a España pedir perdón por los «crímenes» durante la conquista. Sin embargo, la estrategia tampoco nació al sur del río bravo, si no que más al norte.

¿Columbus Day o Día de los Indígenas?

Al menos desde 2017, ha tomado fuerza en los Estados Unidos la idea del revisionismo histórico y la prevalencia del indigenismo sobre el legado español en América. Decenas de ciudades estadounidenses ya han remplazado la celebración del «Columbus Day» –que desde 1937 es feriado federal– por una jornada de homenaje a los «pueblos indígenas».
Berkeley, un bastión izquierdista en el estado de California, fue la primera ciudad que tomó ese camino. Otras 50 ciudades la siguieron, entre ellas Los Ángeles, la segunda del país, que en agosto de 2017 decidió en una votación sustituir a Colón por los indígenas.
Desde entonces, también en Nueva York las estatuas de Cristóbal Colón han estado en entredicho. La más conocida es una erigida para el 400 aniversario del «descubrimiento», en 1892, en la cima de una columna de 23 metros de alto con vistas a la célebre plaza de Columbus Circle al pie del Central Park.
A la fecha la figura de Colón ha logrado sobrevivir, pero la estatua de Theodore Roosevelt, criticado de esclavista, no corrió con la misma suerte. La estatua, que llevaba varios meses encerrada en unos andamios cubiertos con tela, fue finalmente desmantelada en la noche del 21 de enero, según confirmó un portavoz del museo a Efe. Su destino final será la Biblioteca Presidencial Theodore Roosevelt en Dakota del Norte y que no abrirá hasta 2026.

El movimiento Black Lives Matter

Una ola de protestas callejeras azotó numerosas calles de Estados Unidos en junio de 2020, a tan sólo 5 meses de las elecciones presidenciales donde finalmente se impuso el demócrata Joe Biden.
Las manifestaciones se organizaron tras la muerte de George Floyd, un hombre negro en manos de policías blancos. El hecho fue catalogado por la izquierda norteamericana como un acto de violencia racista y dio impulso al movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan).
Pero el objetivo de Black Lives Matter iba más allá de denunciar la violencia policial o la discriminación racial y pronto se amplió al revisionismo histórico y el indigenismo. De tal forma que las estatuas de Cristóbal Colón se convirtieron en su objetivo.
Así se vieron caer estatuas en Boston, Virginia y Baltimore; mientras otras fueron vandalizadas como el caso de Miami donde una estatua fue cubierta con pintura roja y mensajes que decían «Nuestras calles», «Black Lives Matter» y «George Floyd»
Black Lives Matter rápidamente logró fijar la idea de que Colón era el responsable del genocidio de indígenas y lo denunciaron con igual fuerza con que lo hicieron con los 'defensores de la esclavitud'.

Trump denunció a la izquierda radical

El 4 de julio de 2020, el día de la independencia en Estados Unidos, el entonces todavía presidente Donald Trump mencionó en un discurso a Colón.
«Lucharemos juntos por el sueño estadounidense y defenderemos y protegeremos y preservaremos el modo de vida estadounidense que comenzó en 1492 cuando Cristóbal Colón descubrió América», dijo Trump que atacó a los manifestantes que denuncian las discriminaciones raciales.

Estamos venciendo a la izquierda radical, a los marxistas, los anarquistas y los agitadores y saqueadores(Presidente) Donald Trump (4 de julio de 2020)

«Estamos venciendo a la izquierda radical, a los marxistas, los anarquistas y los agitadores y saqueadores», afirmó Trump en una ceremonia en los jardines de la Casa Blanca y agregó: «Nunca permitiremos a una muchedumbre encolerizada derribar nuestras estatuas, borrar nuestra historia y adoctrinar a nuestros niños», agregó.
El Rey estrecha la mano con el expresidente de EE.UU., Donald Trump

El Rey estrecha la mano con el expresidente de EE.UU. Donald TrumpGTRES

En Estados Unidos, las estatuas de Colón son numerosas y fueron instaladas en un tiempo en que los inmigrantes italianos sufrían discriminación y fue una forma de alentar su integración en la sociedad estadounidense.

Traslado del experimento social a Hispanoamérica

Esta ola de revisionismo e indigenismo, curiosamente fue maximizada en el contexto electoral estadounidense y en algunos distritos electorales pudo ser determinante para la movilización del voto demócrata impulsado por los grupos de extrema izquierda.
Lo que podría tratarse de un experimento social exitoso, parece haberse trasladado a Hispanoamérica, con las masivas protestas por reivindicaciones sociales en Colombia –que están allanando el camino al izquierdista Gustavo Petro– o en Chile donde encarriló a Gabriel Boric, un líder de extrema izquierda, a una amplia victoria electoral.
Así mismo el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en vísperas de la celebración del 12 de octubre de 2021, envió al Papa Francisco, por medio de su esposa Beatriz Gutiérrez, una solicitud del gobierno mexicano dirigida a la Iglesia Católica y a la Corona española. En la carta, el mandatario izquierdista expuso sus razones para pedir que los pueblos originarios reciban una disculpa por los abusos cometidos hace 500 años.
Maduro al igual que AMLO, también quiso escribir una carta, pero esta vez el destinatario sería el Rey de España Felipe VI. «Nos sumamos a las voces que en América se han levantado para exigir al rey de España que rectifique en su posición, que reflexione y que le pida perdón a América por el genocidio de 300 años», señaló Maduro.
Maduro parece haber notado que la fuerza del odio y el resentimiento que encierra la hispanofobia no sólo tumba y vandaliza estatuas, sino que también mueve significativamente la correlación de fuerzas, de ahí quizás la razón de ser de la 'creativa idea' de investigar y determinar la «verdad histórica, justicia y reparación sobre el dominio colonial y sus consecuencias» por medio de una comisión de compinches, al tiempo que se niega a aceptar una investigación de crímenes de lesa humanidad cometidos desde 2017 por parte de la justicia internacional.
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