La movilización parcial de la reserva militar rusa anunciada esta mañana por el presidente ruso, Vladimir Putin, y su amenaza de emplear armamento nuclear ha causado miedo.
Tanto miedo que incluso los aliados más fieles y poderosos de Rusia empiezan a mirar con desconfianza la desbocada huida hacia delante del inquilino del Kremlin.
Es el caso de China que, por medio del portavoz del ministro de Exteriores, Wang Wenbin, ha pedido a las partes beligerantes en el conflicto ucraniano un «alto el fuego a través del diálogo».
Según informó AFP, Wenbin indicó en una rueda de prensa que «llamamos a las partes relevantes a alcanzar un alto el fuego a través del diálogo», y a «encontrar una solución que responda a las legítimas preocupaciones de seguridad de todas las partes lo antes posible».
China y Rusia se han acercado en los últimos años como parte de lo que denominan una relación «sin límites», y que conciben como un contrapeso a la influencia global de Estados Unidos.
La semana pasada, Putin y su homólogo chino Xi Jinping se reunieron en una cumbre regional en Uzbekistán, donde junto a otros líderes abogaron por un nuevo «orden internacional», recordó AFP.
Este miércoles, Wang reafirmó la posición china de que «debe respetarse la integridad territorial y soberana de todos los países, cumplirse los propósitos y los principios de la Carta de Naciones Unidas, tomarse seriamente en cuenta las legítimas preocupaciones de seguridad de todos los países, y apoyarse todos los esfuerzos tendentes a la resolución pacífica de las crisis».